Análisis: El momento de decisiones de la campaña de Sichel tras días de tormentas

El debate presidencial llevó a su comando a la conclusión de que en su búsqueda del centro el candidato le dejó demasiado espacio a Kast. No admitir rápido su retiro de las AFP y lanzar la propuesta de sacar el 100% para amortiguar lo anterior, también lo afectó. Lo cierto es que sus adversarios buscan cuestionar su carácter, de lo que se hizo eco su padrastro en una controvertida entrevista a The Clinic.

El campanazo. Tras el debate presidencial del 22 de septiembre el comando de la campaña de Sichel pasó a tomar en cuenta un factor que no estaba en sus cálculos: que el potencial de José Antonio Kast de quitarle votos a su candidato por la derecha era un peligro mayor del estimado. Pero esa conclusión venía de la mano de otra: la necesidad de un mayor esfuerzo por incorporar a su campaña a los partidos de la coalición, donde se ha resentido un trabajo en que las decisiones se toman en un círculo considerado demasiado cerrado.

• El desempeño de Kast abrió una verdadera catarsis en el círculo interno de Sichel, a partir de las críticas que recibió por parte de personeros de la UDI, entre ellos el senador Claudio Alvarado, muy apreciado y respetado en ese partido y generalmente alejado de polémicas, pero que escribió un tuit muy crítico, según sus cercanos para dar “un campanazo” y “mover la aguja”.
• Alvarado lo logró no solo por su intervención, sino que por la respuesta dura que le dio Sichel al tratarlo de “senador designado”.  Eso obligó a al timonel UDI, Javier Macaya, gran aliado de Sichel, a salir a defenderlo.
• Si bien las críticas de Alvarado hacían solo alusión al riesgo de minimizar a Kast, había otra queja de fondo: el manejo en grupos demasiado pequeños de la campaña, sin tomar en cuenta a los partidos, algo que funcionó en las primarias pero que no es una fórmula eficiente en un pleito presidencial y parlamentario.
• Detrás del llamado de atención por el desempeño de Kast había otro tema: la preparación de Sichel para el debate se había resumido básicamente a la participación de su asesora, Victoria Paz, apuntada por algunos como una de las personas más influyente de la campaña.
• Posteriormente, se empezaron a incorporar cuadros de Chile Vamos con gran experiencia en el campo territorial, como los ex subsecretarios Miguel Flores (UDI) y Rodrigo Ubilla (RN). Además, en un  gesto más público, se sumaron como voceros el diputado Francisco Undurraga (Evópoli) e Isabel Plá (UDI), para reforzar a Katherine Martorell (RN).
• Sin embargo, persisten fuertes dudas de cuánto de formal hay en esas incorporaciones y cuánto de influencia real se les ha otorgado.

El retiro de fondos. Una parte de las diferencias con la coalición tienen su origen en la forma en que Sichel intentó en una primera instancia disciplinar a los parlamentarios de Chile Vamos para que no votaran a favor del cuarto retiro, una política que considera populista y dañina para los sectores más vulnerables, en lo que coinciden en forma transversal técnicos desde el FA a la UDI, además del Banco Central.

• Posteriormente, Sichel se dio cuenta que ese estilo frontal de tratar de disciplinar a su coalición le traía más costos que beneficios con sus aliados, bajó el tono de sus críticas y optó por entregarle a los partidos la tarea de disciplinar a sus parlamentarios.
• Sin embargo, cuando desde la oposición lo conminaron a trasparentar que había hecho un retiro de fondos surgieron nuevamente las dudas de cuánto espacio hay para escuchar opiniones más allá de su círculo cercano.
• Fue el diputado Francisco Undurraga quien precipitó el reconocimiento en una entrevista donde se manifestó favorable a que se admitiera de una vez por todas, incluso porque Sichel sólo había ejercido su derecho y en ningún momento había variado su posición contraria a los retiros.
• El detalle es que Undurraga, según fuentes consultadas por Ex-Ante, no tuvo una conversación previa con el candidato, lo que revela carencias de una comunicación fluída. De hecho, quien llamó a Undurraga para incorporarlo a la campaña fue Pedro Browne, no el candidato.
• Dadas las críticas que surgieron desde la coalición a su propuesta de retirar el 100% de los fondos para evitar que sean confiscados, tampoco hubo comunicación fluída con la coalición antes de hacerla. Fue interpretada como una forma de poner en segundo plano el reconocimiento de su giro de ahorros de las AFP.

La ofensiva contra su carácter. Desde la oposición se ha estado buscando desde hace tiempo poner en tela de juicio el carácter del candidato. Primero, criticándolo por haber pasado desde las filas de la centroizquierda a la centroderecha, a lo que ha replicado con el argumento de que la centroizquierda abandonó sus posiciones de centro y se radicalizó hacia la izquierda.

• La que más se ha destacado por cuestionarlo es Yasna Provoste, quien busca salir de su estancamiento en las encuestas para lograr llegar al balotaje con Gabriel Boric. Hay muchas dudas si con esa estrategia lo va a lograr, dado que en vez de apuntar hacia el centro con eso fortalece la estrategia de Boric de mostrarse más moderado. La postura de Provoste exime a Boric de disparar contra Sichel: ella se encarga de esa tarea.
• Además de los cuestionamientos por su cambio de posición política, se ha buscado poner en tela de juicio su relato biográfico, de una persona que gracias a su esfuerzo logró superar una situación familiar vulnerable y salir adelante.
• Su padastro dio una entrevista a The Clinic en esa línea. Sin embargo, más allá del titular, el contenido de su versión reafirma el relato del candidato, ya que queda claro que hubo situaciones fuertes de vulnerabilidad social y también violencia intrafamiliar.

Las lecciones. Los últimos días han traído lecciones importantes a la campaña para no repetir errores no forzados. La primera es la forma de relacionarse con la coalición y, la segunda, los espacios que es necesario abrir para escuchar las opiniones de expertos y políticos fuera de su círculo más estrecho. El corto tiempo que queda para las elecciones del 21 de noviembre se verá hasta qué punto serán asimiladas por el candidato y su comando.