-¿Cómo te ha influido Darwin y cuándo surge tu interés en él?
-Darwin me cambió la vida. No sólo me dio una base científica, sino que me abrió un mundo de conexiones, con científicos y expertos en su obra por todo el mundo. Pero fue tardío. A los 42 años, me topé con un artículo de la revista The Economist, sobre la naturaleza humana y la sicología evolutiva. Leyendo, me di cuenta que era una manera de describir la naturaleza humana que calzaba muy bien con mis intuiciones. Entonces, empecé a tirar esa hebra, me compré libros, y quedé atrapado como cuando tienes 18 años y hay un tema que te apasiona.
Escribí libros. Me fue agarrando. Conocí a grandes intelectuales de distintas partes del mundo. De hecho, hicimos seminarios en 2009 cuando se cumplieron 200 años del nacimiento de Darwin, invité a los más capos como Steven Pinker, Daniel Dennet, Helena Cronin, al escritor Ian McEwan.
-Y ahora se cumplen 190 años desde la llegada del Beagle a Chile con un joven naturalista. ¿Qué tan importante fue este periplo?
-Muy importante. Efectivamente él salió en diciembre de 1831 desde Inglaterra; se fue a las islas de Cabo Verde, después a Brasil, bajó a Montevideo, siguió a Argentina. Se demoró un año en llegar a Chile, donde llega a fines de 1832.
-Darwin reconoce el impacto por llegar a este confín del mundo y encontrar a gente que vivía casi desnuda, los fueguinos. Dice que son miserables, que viven en condiciones abyectas.
-Efectivamente. Esos adjetivos que usó Darwin hoy son considerados ofensivos y denigrantes, pero yo creo que están mal interpretados, porque en esos tiempos la manera de hablar era mucho más directa que hoy. No existían esta necesidad de tener un lenguaje políticamente correcto. Darwin consideraba que vivían en condiciones infrahumanas.
-A bordo del Beagle, venían tres yaganes que unos años antes habían sido capturados por el capitán Fitz Roy en Tierra del Fuego y llevados a la sociedad inglesa, para que fueran “civilizados”. ¿Por qué quisieron volver?
-Fue un experimento sociológico, que no funcionó bien, aunque fueron recibidos por los reyes, y Fitz Roy decide traerlos de vuelta. Además le había quedado una embarrada allá: uno que tenía 30 se había entusiasmado con la niña de 12. Para los Yaganes no era un problema pero para la sociedad victoriana era tremendo. Fitz Roy se estaba metiendo en un problema gigante.
-Uno de ellos era el famoso Jemmy Button, cuyo nombre proviene de haber sido intercambiado por un botón, y del que se han escrito libros.
-Darwin empatizó y reconoció en Jemmy Button a un igual. El libro que escribió en 1872, trece años después de “El Origen de las Especies”, sobre los seres humanos, está muy basado en sus observaciones en los yaganes en Chile. Él reconocía que los fueguinos tenían las misma emociones, los mismo gestos y la misma inteligencia.
-La pregunta que se hace Darwin, es por qué estas tribus de la Patagonia, se quedaron ahí, viviendo en condiciones tan duras.
-Se quedaron atrasados, pero no en la evolución biológica. Se quedaron atrasados en la evolución cultural.
-Tenían la misma capacidad mental de Shakespeare, dice Darwin, el mismo cerebro, pero no desarrollaron una civilización compleja. ¿Por qué?
-Exactamente. Los seres humanos, cuando han evolucionado culturalmente, es porque se han organizado socialmente, han intercambiado con otros pueblos conceptos o bienes, que han permitido ir avanzando en esta línea de progreso. En el caso de los Yaganes eso no ocurrió, porque estaban en una lugar alejado del mundo, y con muy poco intercambio, salvo con los selknam de la Tierra del Fuego, y muy poco.
-¿Cuáles son los principales hitos de este paso de Darwin por Chile?
-Primero, siempre recordar que el viaje del Beagle fue el elemento más importante de toda su vida y marcó toda su carrera. Segundo, ese viaje que duró 58 meses, un tercio de él fue en Chile. Tercero, el viaje al cual fue invitado por Fitz Roy era un viaje a Tierra del Fuego, que era la zona más remota del mundo.
-¿Era como ir a la Luna?
-Exactamente. Haber conocido a los yaganes fue decisivo para Darwin. Siendo seres humanos iguales a nosotros, eran a la vez tan distintos: eso lo obligó a pensar respecto de qué compartíamos y qué no. Desde el punto de vista geológico, en Chile se encuentra con glaciares que van cayendo al mar, de los que se desprenden icebergs. Va a la cordillera a 3 mil metros de altura y descubre fósiles marinos. Le toca la erupción del volcán Osorno, el 18 de febrero de 1835. Todo esa experiencia desde la geología fue muy importante para su teoría.
-Luego vive un terremoto.
-Claro. Un mes después llega a Concepción, el terremoto fue en la misma falla del 27/F de 2010. Darwin nunca había vivido un terremoto. Se dio cuenta de que aquello que la geología predecía a partir de las observaciones, ¡eso lo estaba viviendo con sus propios ojos!
Le produjo un impacto emocional tan importante que lo convenció de que lo que él estaba buscando, que era una explicación de esta teoría de la evolución, que tenía de manera intuitiva, estaba en la senda correcta. Que la variación geológica tenía que tener un equivalente de biodiversidad biológica.
Chile fue muy importante para convencerse de que su intuición intelectual estaba en el buen camino. Aquí le tocó observar todas estas cosas, contactarse con la sociedad chilena, en Quillota, por ejemplo, donde conoció a las hermanas Álvarez.
-¿Se enamoró?
-No. Él tenía una novia, con la cual la correspondencia se fue diluyendo, y ella se aburrió y se casó con otro. El se vino a los 22 años, a un viaje que no se sabía cuánto iba a durar, que tenía una serie de peligros. Un día se le ocurrió partir de Santiago a Mendoza, se fue por el Cajón del Maipo. Si le toca una tormenta se muere. Recorrió desde Cabo de Hornos hasta Copiapó, donde terminaba Chile en ese momento. Chiloé, Valdivia, Concepción, Valparaíso, Santiago, San Vicente de Tagua, Mendoza, Jahuel. Prácticamente todo el país en 19 meses.
-En cierto sentido, ¿Darwin forma parte de la identidad de Chile?
-Yo creo que sí. La importancia que tuvo Chile para Darwin fue crucial. Siempre se habla de los Galápagos, pero yo creo que Chile fue muy importante.
-¿Qué piensas de la actualidad de Darwin, sobre todo que hoy en Chile hay una discusión sobre los pueblos originarios?
-Me parece que la propuesta constitucional es un grave retroceso civilizatorio en esa materia. La teoría de Darwin, que era anti esclavista, considera que todos los seres humanos somos iguales. De ese principio, pasar a que tengamos que hacer distinciones raciales o étnicas para saber quién tiene derecho a qué, me parece lamentable. Entiendo que lo hacen por buenas razones, porque quieren ayudar a los pueblos indígenas, pero yo creo que es un tremendo retroceso civilizatorio. Tendría que haberse hecho de una forma muy distinta y fuera de la Constitución.
-¿Vas a votar rechazo?
-Creo que sí, voy a votar rechazo, por estas razones, entre otras.
-¿Darwin sigue siendo moderno?
-Absolutamente. Su teoría no ha sido modificada, hay muy pocas teorías científicas que se resisten el paso de 150 o 170 años. Darwin sigue sólido.
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