En la recta final de esta carrera presidencial, una buena parte de la oposición pareciera haber hecho suya en versión criolla aquella cita irónica de Manuel Vázquez Montalbán sobre la manera de enfrentar la transición por cierta izquierda española: “contra Franco vivíamos mejor”.
Y es que cuando tras el estallido de octubre de 2019 se arrasó con el relato de la transición varios de sus protagonistas se quedaron congelados. “Contra los 30 años estábamos mejor”, parecieran todavía querer decirnos en el camino fácil de aunarse contra un enemigo común antes que en el del esfuerzo de construir una nueva narrativa o propuestas de futuro.
Junto con la negación de los 30 años, el rol aglutinador también lo asumió el encono hacia el actual Presidente, que por cierto no necesitaba enemigos para su propia demolición (10% es la aprobación de Piñera en la última Criteria). “Contra Piñera nos unimos mejor”, es otra amalgama expresada en sucesivas acusaciones constitucionales en su contra.
Pero para que una narrativa hegemónica muera definitivamente, otra tiene que nacer. Y salvo los notables esbozos mostrados por la candidatura de Gabriel Boric en una primaria donde logró instalar una épica en torno a un joven desafiante que traía como promesa la reducción de la desigualdad, la discriminación y los abusos, poco más hubo. La épica original se deshilachó al poco andar, enredada en los dimes y diretes del PC con el Frente Amplio y la necesidad de administrar las tensiones internas en desmedro de la construcción de un programa de renovación. Poco esfuerzo hubo en sostener una nueva narrativa social que fuera más allá de la impugnación empujada por el PC.
Yasna Provoste en tanto, que por momentos bosquejó una apuesta por el diálogo y los acuerdos, terminó sometida al juego adversarial, más preocupada de pegarle a sus contrincantes que de reivindicar el virtuosismo de los 30 años, cosa que tardíamente hizo el jueves recién pasado en ENADE.
Sin claridad ni novedad narrativa, arropados en la superioridad moral de la derrota de la constitución de Pinochet y del Gobierno, la oposición optó por focalizarse en aquello que los confirmaba contra algo (los 30 años, Piñera y su modelo), defendiendo en el mismo gesto a los presos de la revuelta como presos políticos y hasta justificando intelectualmente la violencia del estallido. Pero gran parte de la energía social del estallido ya se había encauzado en una Convención Constitucional y la restante se había disipado, dejando una secuela de destrucción, incertidumbre y de angustia ante lo incontrolable.
En los hechos, durante un buen rato de esta campaña presidencial las coaliciones de oposición se vaciaron propositivamente insistiendo en sus “contras”, y en política los vacíos se llenan rápidamente. No vieron por el retrovisor el retorno de aquello que se había encapsulado ante la vorágine refundacional del 19` y que, como en toda historia, ahora clamaba su espacio en una suerte de un nuevo estallido, silencioso esta vez. La amenaza migrante en tiempos de escasez, el temor frente al vandalismo, la negación de la inseguridad cotidiana, la falta de foco en la Araucanía y la asonada del narco, entre otros.
Un estallido silencioso de muchas personas que ya no querían seguir demoliendo y que encontraron una historia a la que asirse en la propuesta de José Antonio Kast. Un cuento simple, básico si se quiere, pero verosímilmente radical en ofertar control, certidumbre. Kast no ofrece ni más igualdad ni hacerse cargo de las demandas del estallido. Tampoco le pone fichas a la nueva constitución. Con sólo apostar consistentemente a reestablecer el orden para que las personas puedan desplegar sus proyectos de vida ha consolidado un relato restaurador.
Kast no tiene ganada la elección, pero ya dejó instalada una narrativa restauradora que disputará su hegemonía con aquella de que “no son 30 pesos sino 30 años”. Bien le haría a esa oposición, particularmente a la coalición Apruebo Dignidad que tiene mayores chanches de gobernar, abandonar el ensimismamiento y recuperar una épica con vocación de mayorías que les permita no tener que seguir viviendo contra algo (los 30 años), o contra alguien (José Antonio Kast).
Tras una serie de presiones internas y de la preocupación debido a su débil desempeño en las encuestas, la senadora Paulina Vodanovic decidió deponer su candidatura a primarias. En su declaración no llamó a apoyar a Tohá, como tampoco lo hizo una comunicación interna de la directiva.
En el marco del Caso Procultura, el fiscal a cargo de la investigación, Patricio Cooper, solicitó intervenir el celular del Presidente Gabriel Boric, según altas fuentes vinculadas al caso. Uno de los principales involucrados en el caso es el psiquiatra Alberto Larraín, fundador de ProCultura y cercano al mandatario. Según fuentes del caso, en las […]
¿Por qué el PS ha insistido hasta ahora en la candidatura de Vodanovic y arriesgar con eso un fracaso rotundo en las primarias? ¿Ha primado la mantención del equilibrio entre las distintas facciones en lugar de la búsqueda de mayor influencia y mejor resultado del conjunto del partido? No sería la primera vez.
El mundo bancario ha cambiado y con ello la forma en que los bancos enfrentan las corridas bancarias. El avance tecnológico ha impuesto nuevos desafíos a la banca y los reguladores ya que en lugar de las filas físicas en las sucursales bancarias, hoy los fondos pueden ser retirados instantáneamente o con un click por […]
En preferencia presidencial espontánea, la ex alcaldesa de Providencia está en el primer lugar con 20% (3 puntos más que hace una semana), seguida por José Antonio Kast con 12% y Johannes Kaiser con 11%. Más atrás se ubican Carolina Tohá (6%), Gonzalo Winter y Jeannette Jara (ambos con 4%).