Si se confirman las proyecciones de expertos electorales y analistas, este domingo las elecciones representarán un giro en la política chilena. Las principales incógnitas son la forma en que el presidente Boric administrará la derrota del oficialismo, los pasos que dará José Antonio Kast en caso de que republicanos se convierta en el principal partido político chileno y el impacto que tendrá en el equilibrio de fuerzas entre Apruebo Dignidad y el Socialismo Democráticos. Vea aquí los posibles escenarios del día después.
¿Cómo quedará Boric? En La Moneda las proyecciones para este domingo son sombrías: los cálculos son que el oficialismo obtenga, en el mejor de los casos 21 consejeros, y en el peor, 16. Vale decir, las posibilidades de que la oposición obtenga 3/5 de los consejeros, la cifra necesaria para dominar el nuevo proceso constitucional, serían altas.
- Si esa previsión se concreta, será la última pala de tierra al programa de transformaciones con que llegó Boric a La Moneda. Con minoría en el Congreso y un proceso constituyente en manos de la oposición -bajo la hegemonía de su ala más dura, los republicanos- el Presidente tendrá que navegar en aguas muy turbulentas para sacar adelante las únicas reformas posibles que le quedan en carpeta -tributaria, pensiones y salud- a sabiendas que esos proyectos saldrán del Legislativo muy diferentes a lo que estipula su programa de gobierno. Ese escenario no cambia sustancialmente incluso si la derrota del gobierno no es tan contundente como se espera y el oficialismo logra pasar la barrera de 20 escaños.
- Por más que La Moneda haya tomado distancia de este proceso -una lección aprendida duramente en el anterior- lo cierto es que el resultado será leído como una repetición del golpe que sufrió el Presidente en el plebiscito del 4 de septiembre, con dos posibles agravantes.
- El primero es la ya mencionada hegemonía de republicanos, que en La Moneda temen que se traduzca en un endurecimiento de Chile Vamos.
- El segundo es que los pronósticos apuntan a que Apruebo Dignidad, pero muy especialmente el PC, podría sacar un resultado superior al de los partidos del Socialismo Democrático. En La Moneda aseguran que sea cual sea el resultado, no hay motivos para un cambio de gabinete, donde los ministros del Socialismo Democrático ocupan los cargos clave. Eso no es lo que ha manifestado el secretario general del PC, Lautaro Carmona, quien en una entrevista a Ex-Ante señaló que cree que el día después de las elecciones “va a aparecer la discusión sobre por qué una fuerza tiene más o menos influencia”.
- La de Carmona se trató probablemente de la primera señal de que la noche de este 7-M será la de los “cuchillos largos”, como también un recado directo a La Moneda, que deberá administrar las presiones por reorientar la agenda del gobierno, que transita hacia la centroizquierda -y el realismo político- desde la derrota del 4S. Boric pareciera no tener otro camino que intentar retomar al menos una parte del control de la agenda, un asunto cuesta arriba tras una derrota política y en momentos en que sus 2 coaliciones mantienen profundas diferencias frente a la reformas tributaria y previsional, que serán abordadas por el Presidente este miércoles en un cónclave en Cerro Castillo.
El factor Kast. Si republicanos sale convertido en la primera fuerza política del país será un remezón en todo el cuadro político. En la oposición el partido más afectado sería la UDI, colectividad en la cual José Antonio Kast militó más de 20 años y abandonó por considerar que ya no representaba el ideario de su fundador, Jaime Guzmán.
- El principal problema para la UDI es que esa eventual derrota a manos de republicanos podría traducirse en deserciones de dirigentes, alentados a unirse a los republicanos para no verse amenazados por rivales de esa tienda en las elecciones siguientes. Por lo mismo se estima que no será fácil para el gremialismo mantener el estilo dialogante que le ha imprimido su presidente, Javier Macaya.
- La gran incógnita es cómo van a administrar los republicanos su eventual victoria. Kast ha dado señales de que evitará el triunfalismo y que pretende imprimirle a la bancada de su partido en el Consejo Constitucional un estilo más dialogante, similar al que le han reconocido sus pares al representante republicano en la comisión de expertos, Carlos Fontaura.
- Lo anterior hace sentido en la medida en que si Kast pretende llegar a La Moneda el 2026 correrse en alguna medida hacia el centro parece ser el mejor camino. Pero es difícil hacer un pronóstico sobre si lo hará y, en ese caso, cómo manejará los tiempos. Una lección que tiene a la vista es la de su principal rival, Gabriel Boric, que solo al costo de muchos golpes fue ajustando su discurso y sus metas tras llegar al poder.
- Pero Boric se encontró sorpresivamente con la perspectiva de llegar a la presidencia pocos meses antes de aterrizar en La Moneda. Kast viene planificando sus pasos con el mismo objetivo desde que sacó 44% de los votos en segunda vuelta, hace un año y medio, y todavía tiene dos años y medio de carrera. Una enormidad en tiempos políticos. Basta ver cómo cambió el paisaje político del país en el último año y medio.
- Otro punto es que en caso de una victoria, la derecha tendrá una oportunidad inmejorable de negociar una constitución, con concesiones aquí y allá, razonablemente a la medida del sector. Si esa oportunidad se pierde por intransigencia de los republicanos, podría tener costos importantes.
Las dos almas del oficialismo. Si se confirma que Apruebo Dignidad sacará más votos que el Socialismo Democrático no solo le será más difícil al Presidente Boric administrar las diferencias entre sus dos coaliciones. La resistencia del PC y el FA a consensuar una nueva Constitución con una mayoría en manos de la derecha podría llevarlos a desembarcarse del proceso, tal como lo sugirió el presidente de RD, senador Juan Ignacio Latorre, al señalar en estos días que en esas condiciones el nuevo texto constitucional “podría ser peor” que el de los 80′.
- La gran bandera de la izquierda más dura desde hace mucho tiempo ha sido cambiar la Constitución de 1980, que ha sido reformada numerosas veces en democracia. Bajo el liderazgo del PC y del FA, hacía sentido sustituirla por un texto con modificaciones radicales, como el presentado por la fallida Convención Constitucional. Pero no sería lo mismo hacerlo en un proceso donde los equilibrios políticos obligarían a reformas más bien moderadas.
- Las dos listas para el Consejo Constitucional no reflejan exactamente las dos almas del oficialismo, ya que el PS va en la misma lista (Unidad por Chile) que el FA y el PC y no en la del PPD-PR-DC (Todo por Chile). A la hora de contar los votos, y de hacer cálculos sobre la distribución del poder al interior del gobierno, lo cierto es que se sumarán los votos del PS a la lista del Socialismo Democrático para confrontarlas con el PC-FA.
- El Presidente Boric ya bajó la línea de que no habrá cambio de gabinete, sea cual sea el resultado de la elección. Pero habrá que ver, si el PC obtiene un buen resultado, hasta qué punto esas presiones pueden ser contenidas sin ajustes.
- Las derrotas tienden a dividir y más aún a coaliciones que representas almas diferentes. Si se confirman los resultados adversos que teme el gobierno, y pronostican los expertos electorales, evitar sobresaltos entre sus dos coaliciones será el principal test de liderazgo del Presidente.
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