Tras más de una semana de protestas, cuyo detonante fue una reforma tributaria que ya fue retirada por el Gobierno en vista de las manifestaciones, el presidente Iván Duque intenta retomar la iniciativa con un “diálogo nacional” para aplacar los disturbios e impedir que su peso político se reduzca a un año del fin de su mandato.
Los antecedentes. Las protestas comenzaron con un paro convocado para el pasado miércoles 28 de abril. Eso en respuesta a una reforma tributaria, para paliar el déficit presupuestario generado por la pandemia, y que entre otras cosas aplicaba el IVA a los servicios básicos de los sectores medios.
Demandas en aumento. Más allá de la reforma tributaria (ya retirada), las protestas destaparon un cúmulo de inconformidades, en opinión de los analistas, una amplia amalgama de reclamos que incluyen la denuncia del incesante asesinato de líderes sociales y de los abusos policiales, la implementación de los acuerdos de paz, mayores fondos para la educación pública, la lucha contra la desigualdad o los asuntos ambientales. Una serie de demandas que complica la solución del actual conflicto.
El camino conocido. Colombia ya vivió algunas semanas de violentas protestas —aunque con menos situaciones de vandalismo— en noviembre y diciembre de 2019, y nuevamente en agosto de 2020. En 2019 el Gobierno de Duque convocó a mesas de trabajo para reunir las demandas ciudadanas. Pero el proceso, que si bien fue útil para aplacar las protestas, se diluyó y se enfrió. En 2020 contribuyó a bajar las manifestaciones el avance de la pandemia del coronavirus.
Diálogo más amplio. Al parecer Duque se abrió a iniciar una diálogo más amplio, exigencia que han venido reclamando la oposición y los convocantes al paro. Eso podría ser lo que comenzó al mediodía de este miércoles y que el mandatario llamó un “diálogo nacional”. La idea del gobernante es conversar con diferentes sectores políticos y sociales, entre los que se cuentan los líderes de los poderes del Estado, pero también gobernadores, alcaldes y sindicatos.
La mano dura. Desde su propio partido, el Centro Democrático (del ex presidente Álvaro Uribe), han llamado a Duque a que opte por otro camino y declare el estado de conmoción interior (un símil al estado de emergencia), con el que puede militarizar las ciudades. “Se trata de una figura constitucional, pero de esa forma el presidente podría acumular enormes poderes, más de los que ya tiene con nuestro sistema hiperpresidencialista”, explicó Muñoz Yi.
Críticas internacionales. El Gobierno también debe enfrentar los cuestionamientos del extranjero. Tanto la ONU, la Unión Europea y la OEA han condenado el uso excesivo de la fuerza contra los manifestantes. Sin embargo, Duque dijo que la Policía ha actuado de acuerdo con los protocolos establecidos. Aseguró que, si se presentan abusos, se abrirá una investigación interna de la Policía y en los organismos de control.
Año final de mandato. Iván Duque enfrenta el último año de gestión complejo, debilitado políticamente y donde el favorito para sucederlo es el candidato de la izquierda Gustavo Petro. Según una encuesta conocida a fines de abril, Petro tiene el 24% de las preferencias, seguido del ex alcalde de Medellín, Sergio Fajardo, con 16%. El posible candidato del oficialista Centro Democrático Tomás Uribe está en la sexta posición con apenas el 4% de las intenciones de voto.
Luis Eduardo Thayer atribuyó a temas logísticos, como la falta de impresoras en Colchane, la tardanza en la implementación del acuerdo de reconducción de migrantes irregulares que el Gobierno suscribió en diciembre con Bolivia. En el Ejecutivo dan por hecho que el proceso comenzaría esta semana, pese a la demora de más de 2 meses.
Según informa The New York Times, el borrador divide a los países en tres grupos para controlar el ingreso de sus ciudadanos: Rojo, naranjo y amarillo. A 11 países -entre ellos, Cuba y Venezuela- la propuesta es que haya una suspensión total de visas.
El condenado, un hombre de 69 años que cometió un doble asesinato en 2001, prefirió ese método, que no se había usado desde 2010 en el país, en vez de la silla eléctrica o la inyección letal. Solo cinco de los 50 estados de ese país permiten el fusilamiento como forma de ejecución.
El incidente, que ha desatado alarma en Estados Unidos, ocurrió esta madrugada a solo una cuadra de la sede presidencial norteamericana y terminó con el hombre herido y trasladado a un hospital. Al momento del tiroteo, el Presidente Donald Trump se encontraba en su casa de Mar-a-Lago en el estado de Florida.
El periodista, una de las víctimas más reconocidas del caso Karadima, encabeza una misión permanente de ayuda a las víctimas de la guerra en Ucrania. Crítico de Donald Trump y defensor de Volodímir Zelenski, Cruz afirma que los ucranianos jamás aceptaran que Rusia se quede con los territorios conquistados.