Vecinos y locatarios se resisten a un proyecto subterráneo de comercio y estacionamientos, aprobado por la municipalidad de Vitacura del que -dicen- se han ido enterando por goteo. La empresa está a la espera del permiso de edificación. Ad portas de dejar el cargo tras 25 años de gestión, el proyecto se ha convertido en un dolor de cabeza para el alcalde Torrealba.
Licitación. La alta circulación entre Bicentenario y Américo Vespucio ameritó una licitación, en 2006, para un proyecto subterráneo de estacionamientos en la plaza Lo Castillo y en Alonso de Córdova, donde se prometió eliminar los de la calle para fortalecer las ciclovías. Nadie se resistió. Había conciencia de la necesidad de descongestionar el barrio.
- La concesión que contempla tres etapas, entre el Bicentenario y Américo Vespucio, quedó en manos del grupo de capitales españoles, representado por José Luis Cabrerizo, y hoy la propiedad se divide en partes iguales con la familia Abumohor –Roberto y su sobrino Rodrigo-, e inmobiliaria SuKsa, famosa por la construcción de ghetos verticales en Estación Central.
- Los vecinos y locatarios indican que el proyecto original de estacionamientos subterráneos tuvo una modificación “entre cuatro paredes” en 2014. El consejo presidido por el alcalde Raúl Torrealba y la Seremía de Vivienda autorizaron incluir en el plan 6000m2 con 25 tiendas, un gimnasio, un supermercado, y trasladar el Registro Civil que recibe 1500 visitas diarias al masterplan.
- Juan Gabler, vecino y dueño del BebeQu en Nueva Costanera con Alonso de Córdova, -y uno de los que ha liderado la arremetida en contra del proyecto-, afirma que la municipalidad les ha negado detalles del proyecto desde hace mucho tiempo, y que se han ido enterando de los “detalles” vía Transparencia.
- Fue en octubre pasado cuando algunos locatarios fueron llamados por la oficina del grupo Abumohor que les entregó información sobre el proyecto apoyado por el alcalde Torrealba, quien ha señalado que “para hacer tortilla hay que romper huevos”. El también dueño del Cuero de Vaca, Juan Gabler, señala que “aquí se romperían 400 huevos -locales y restaurantes, que no podrán sobrevivir con el cierre que provocaría la construcción del proyecto, sobre todo después del impacto de la pandemia-, para beneficiar sólo 3 huevos, los dueños de la iniciativa”.
- Desde el grupo dueño de “Zoccalo”, como han bautizado el negocio, afirman “que el proyecto busca ampliar la capacidad de estacionamientos de la zona, pero lo más importante, mejorar la seguridad y la experiencia de todas las personas del barrio y sus visitantes.” Mauricio Muñoz, director del grupo, y quien ha estado a cargo de la tramitación del proyecto, asegura que la aprobación es sólo para el tramo entre Francisco de Aguirre y Nueva Costanera, “aunque la idea remodelar las veredas hasta Vitacura”.
- Los vecinos afirman que el nuevo plan viola el espíritu de la concesión porque aporta 500 estacionamientos nuevos (eliminando los 350 que hoy existen sobre la calle). “Pero 150 nuevos estacionamientos no descongestionan el barrio, cuando se ofrece toda una oferta comercial nueva”, explica uno de los vecinos.
Impacto ambiental. Ad portas de dejar el municipio que ha liderado durante 25 años, este conflicto podría teñir la administración de Torrealba.
- Según distintos locatarios, ha habido poca transparencia en varios de los proyectos inmobiliarios de la zona. Si bien en éste el edil ha manifestado su respaldo (de hecho es una concesión, por lo tanto le pertenece al municipio), los candidatos a alcalde de todos los colores políticos y concejales, incluidos los RN, se resisten a la iniciativa y a los cambios que ha experimentado con los años. En la última reunión en la Plaza Turquía, se manifestaron públicamente en contra del proyecto.
- Hay cuestionamientos sobre el impacto ambiental que podría generar Zoccalo. Los vecinos afirman que se sacarían de cuajo 400 árboles, y los render muestran sólo grandes maceteros en la zona después de la construcción del nuevo plan. Muñoz, en cambio, asegura que Zoccalo sólo afectará 63 árboles que serán reinstalados en otras zonas de Vitacura.
- Dos estudios de abogados representan a la Asociación de vecinos y locatarios de Alonso de Córdova, creada para oponerse al proyecto: Pellegrini & Rencoret y Guerrero y Olivos. Desde las oficinas afirman que “cuando se concesiona y adjudica un proyecto, por ley no se puede cambiar, salvo que se realice una nueva licitación”, aunque los dueños del proyecto insisten que la iniciativa consideraba servicios complementarios.
- Zoccalo consiguió en agosto pasado la aprobación final del Ministerio de Vivienda para un bien nacional de uso público. Ahora están a la espera de que la municipalidad entregue el permiso de edificación. El conflicto está lejos de terminar. Dicen que la arremetida judicial podría terminar en una demanda en contra de la municipalidad y su dirección de obras por “contener ribetes de ilegalidad”.