La UDI elige este sábado a su nueva directiva. La apuesta de Macaya es la de renovación; la de Pérez, la unidad. El exministro tiene la ventaja de que su partido es conservador en materia de cambios, siempre ha optado por la continuidad. Ambos dicen que ganarán. En el lado del diputado, por un resultado estrecho; en el del exministro, por uno más amplio.
El hito: 5 días después de que el Gobierno anunció el retroceso de la RM a fase 2 y cuarentena total los fines de semana, se desarrollarán las elecciones internas de la UDI.
- Pese a que el partido y sus militantes cuentan con un permiso especial para llevar a cabo los comicios, en la UDI existe un alto temor a que acuda un bajo porcentaje de gremialistas a las urnas.
- El partido cuenta con 45 mil militantes. En la elección interna pasada participaron alrededor de 15 mil y hoy, las proyecciones internas contemplan una cifra bajo los 10 mil.
Las diferencias: En materia de ideas, Macaya y Pérez no tienen diferencias profundas en materias doctrinarias: representan una derecha conservadora y sus votaciones en el Congreso no han contado con grandes contrastes. Pero sí hay diferencias en la forma que enfrentarán los desafíos de la UDI.
- Macaya representa el recambio generacional. Cercanos al diputado UDI señalan que su candidatura obedece a que Chile ha cambiado mucho y la nueva generación entiende mejor los códigos necesarios para enfrentar a la izquierda de hoy.
- Otro punto que destacan es que el sector renovador ha defendido con más convicción las ideas del partido en el Congreso. Los defensores de Macaya señalan que en los últimos 4 años la UDI ha estado dividida por la resistencia de los líderes tradicionales a la renovación.
- Según sus cercanos e incluso algunos del sector renovador, Pérez tiene la ventaja de ofrecer más gobernabilidad por su forma de relacionarse internamente. “Es cercano a Van Rysselberghe pero no es ella y si Macaya pierde la disidencia no se le haría la guerra como a su antecesora”, señalan.
- Otros dos puntos a favor de Pérez serían que estaría dispuesto a ser más duro con el gobierno si es necesario y que por su perfil sirve como dique al crecimiento de José Antonio Kast, tal como su antecesora.
Desafíos internos: Los retos que deberá enfrentar la próxima directiva son diversos, a nivel interno buscarán reimponer la “disciplina” por la que era conocida el partido y trabajar por la unidad.
- Orden: Si bien se ha evitado tildar de “crisis interna”, en la UDI admiten que el desorden y los votos desalineados de sus parlamentarios en materias claves para el partido y Gobierno, han pasado la cuenta. Según dirigentes gremialistas, uno de los grandes desafíos para quien asuma la directiva UDI será reimponer la disciplina.
- Unidad: Desde que Van Rysselberghe ganó su primera elección interna se comenzó a gestar una disidencia liderada por su contrincante de ese entonces, Jaime Bellolio. El proceso se agudizó tras la derrota de Macaya en 2018 en contra de la senadora y la bancada de diputados tomó una actitud más confrontacional ante la mesa.
Desafíos externos:
- Fuerza territorial: Hasta 2016, la UDI era el mayor partido de Chile Vamos, con más parlamentarios, alcaldes y concejales. Hoy solo lidera en ediles. Una de las metas es volver a ser el partido con mayor presencia territorial de la coalición.
- Defensa de las ideas: La elección que apuntan como fundamental en la UDI y así lo afirman tanto Macaya como Pérez es la de constituyentes, para defender las ideas que la colectividad considera intransables. Pérez y Macaya votaron Rechazo.
- Presidencial: La próxima mesa será la que deberá definir el mecanismo para elegir el candidato presidencial del partido. Altas fuentes UDI afirman que tanto Macaya como Pérez prefieren a Lavín que a Matthei. Pérez ha dicho que lo mejor es llevar un solo candidato a las primarias. Macaya defiende garantías para todos e incluir al independiente Sebastián Sichel.
Apoyos: Si bien en la interna anterior se podía dilucidar claramente dónde estaban puestos los respaldos tanto los coroneles como de La Moneda, esta vez, la mayoría ha mantenido silencio y el panorama se diluye.
- En la elección interna de la UDI el 2018, Van Rysselberghe no era la carta de La Moneda. Macaya en cambio contaba con la venia de Andrés Chadwick. Esta vez desde Palacio se cuidan de no dar señales. Si bien Macaya cuenta con redes al interior, es sobrino de Larroulet y se lleva bien con el mandatario, Pérez se la jugó como ministro del Interior en un momento complejo y eso es valorado desde el oficialismo. En el gabinete, de los seis ministros UDI, la mayoría se inclina por Macaya.
- Chadwick y el senador Juan Antonio Coloma, ambos coroneles del partido que apoyaron a Macaya la vez pasada, no han hecho público su respaldo esta vez. Su fuerte cercanía con Pérez los complica. Mientras que, por su parte, Pablo Longueira ha sido líder de la campaña de quien aceptó liderar su lista.
- Las cartas presidenciales de la UDI, alcaldes Joaquín Lavín (Las Condes) y Evelyn Matthei (Providencia), tampoco explicitaron su apoyo por uno u el otro. Esto, afirman desde el partido, porque su neutralidad les jugará a favor si el día de mañana solo uno pasa el filtro de ser candidato único del partido. Ambos se reunieron y sacaron fotos con los dos candidatos.
- Será una batalla entre ambas cámaras: Macaya suma la mayoría de los votos de la bancada de diputados pese a que Ramón Barros va como secretario general de la lista de Pérez y el exministro cuenta con el respaldo de casi todos los senadores. En la lista de Macaya va la jefa de bancada María José Hoffmann como secretaria general, Pérez contempla a Van Rysselberghe y Claudio Alvarado como vicepresidentes.