-¿Cuáles son los principales puntos de la agenda legislativa 2024?
-Pese a la atomización parlamentaria hemos logrado aprobar un número récord de leyes, con 221 proyectos despachados por el Congreso y continuaremos con ese esfuerzo. Para este 2024 tenemos una nutrida agenda legislativa en el marco de lo que hemos denominado las tres seguridades.
En seguridad pública debemos completar el fast track legislativo acordado por la ministra Tohá y los presidentes de ambas cámaras, que tiene más de un 70 % de cumplimiento. A la fecha se han despachado 49 proyectos de seguridad, lo que también constituye un récord. Adicionalmente se han presentado otras iniciativas como la que fortalece al Ministerio Público o que regulan funerales de alto riesgo.
En seguridad social y económica los principales desafíos son destrabar la reforma de pensiones y el pacto fiscal, con iniciativas tales como el proyecto de permisos sectoriales, que resulta fundamental para la inversión y el emprendimiento, el de cumplimiento tributario, o los que modernizan el sistema de evaluación ambiental. A lo anterior debemos agregar la nueva ley de pesca, y la ley corta de Isapres, entre otras iniciativas. Además, estamos impulsando una ambiciosa agenda de probidad.
-¿Qué tipo de salida le ve al estancamiento de las reformas (pensiones y pacto fiscal) en el Congreso?
-Es necesario tomar conciencia de que ambas son reformas fundamentales para el país. ¿O acaso alguien duda que las pensiones de AFP no permiten a los jubilados llegar a fin de mes? Estamos frente a un drama en la vida cotidiana de muchos compatriotas, que es una de las principales causas de descontento. El diagnóstico es antiguo y compartido, sin embargo, no hemos podido sacar adelante esta reforma pese a los sucesivos proyectos presentados por anteriores gobiernos.
Y lo mismo ocurre con el pacto fiscal, clave para aumentar la recaudación tributaria que nos permita abordar desafíos en materia de seguridad, de salud, así como el incremento de la PGU e iniciativas para fomentar la inversión, el crecimiento y el empleo. Por eso para destrabar estas iniciativas creo imprescindible una voluntad resuelta de diálogo constructivo con sentido de urgencia.
-¿Hasta cuánto está dispuesto a ceder el gobierno en la reforma Previsional? ¿Es el 3-3 la fórmula final?
-El Gobierno ha actuado con flexibilidad y voluntad de acuerdo. Por ello hemos puesto sobre la mesa múltiples alternativas. Más que mencionar formulas o guarismos específicos por la prensa -algo que se debe abordar directamente en las conversaciones con las bancadas parlamentarias- me parece importante destacar un principio básico que le da sentido y justificación a la reforma de pensiones: la propuesta debe considerar elementos de seguridad social que permitan aumentar el monto de las pensiones ahora, sin tener que esperar varias décadas.
-En otro tema, ¿cuáles son los detalles de la iniciativa que anunció el Monsalve para revocar pensiones de gracia a condenados?
-Se debe actualizar nuestra legislación para asegurar que todos los antecedentes estén a la vista al momento de otorgar estos beneficios y establecer requisitos expresos al respecto. Más detalles se darán a conocer en su momento.
-¿Cuál es la principal diferencia entre ser parte del Congreso y ahora estar negociando con el Congreso desde la Segpres?
-Son roles distintos. No es lo mismo ser un par dentro del Congreso que representar a otro poder del Estado, pero la experiencia parlamentaria, y en especial, la presidencia del Senado, me han permitido abordar de mejor forma este desafío. Además estoy muy agradecido de los equipos de la Segpres, conformados por una gran subsecretaria y destacados profesionales.
-¿Se puede conciliar estabilidad política con más de 20 partidos en el Congreso?
-Es muy complejo. Uno de los mayores problemas de nuestro sistema político es la tendencia a la dispersión y la atomización, con múltiples proyectos personales y poca lógica de equipo. Ello dificulta significativamente la construcción de mayorías y acuerdos. La prioridad del Gobierno son las reformas sociales, pero no descartamos una reforma política que se haga cargo de este desafío.
-¿El factor generacional le ha jugado en contra a este Gobierno?
-Creo que los desafíos que tenemos por delante requieren de la colaboración de distintas generaciones. Los nuevos actores políticos aspiraron por mucho tiempo a reemplazar a los actores tradicionales, lo que no ocurrió, como lo acredita la actual conformación del Congreso. Por otro lado, hay quienes promovieron una especie de revancha de los actores tradicionales, lo que tampoco prosperó, como lo demuestra el resultado de la lista paralela del oficialismo en la elección de consejeros constitucionales. No es la generación a la que se pertenece lo que debe ordenar a las fuerzas políticas sino los principios y convicciones en que se cree, lo que va más allá de la edad de las personas.
-Carlos Peña dijo en La Tercera que “Boric y el socialismo deben sacudirse del lastre del Frente Amplio”. ¿Qué le parecen sus declaraciones?
-No las comparto. La atomización de la política chilena va en el sentido contrario de lo que el país necesita, esto es, la constitución de bloque amplios estables y con vocación de mayoría. La tesis del reemplazo, por un lado, y la de la revancha, por el otro, son inconducentes. Aquí no sobra nadie.
Por todo lo anterior creo firmemente en la necesidad de fortalecer la unidad y convergencia de todas las fuerzas progresistas, y no lo opuesto. Esto es precisamente lo que el Presidente Boric decidió promover cuando optó por ampliar la base de apoyo de su gobierno al inicio de su mandato. Debemos persistir en ese esfuerzo.
-¿Qué es lo que más lo ha sorprendido del estilo del Presidente Gabriel Boric?
-De su liderazgo destaco, especialmente, su curiosidad intelectual por conocer, sin renunciar a sus convicciones, puntos de vista y miradas distintas. Es una persona que forma su opinión tras leer, escuchar a todos, incluso a quienes están en la otra vereda política, y reflexionar. Y creo que eso es fundamental para lo que el país necesita. El Presidente en su mensaje del 1 de junio pasado ante el Congreso Pleno realizó una interpelación por Chile para generar acuerdos que destraben cambios que den respuesta a sentidas demandas ciudadanas. Es un llamado de buena fe que inspira transversalmente a todo el Gobierno.
-Sin considerar al Presidente Boric, ¿cuál es para usted el principal personaje político de 2023?
-Fiu. Mi respuesta puede parecer curiosa, pero creo que simboliza lo que el país necesita. Si hay una lección que debemos aprender de los Panamericanos y Parapanamericanos es que cuando los chilenos nos unimos podemos alcanzar importantes logros. Por ello Fiu es para mí el personaje de 2023.
-¿Cuáles son las diferencias más relevantes que ve entre Chile Vamos y Republicanos?
-El Partido Republicano se fundó como una crítica a Chile Vamos de sectores más extremos. Hoy existe una tensión en la derecha respecto al camino a seguir. El tiempo nos dirá si Chile Vamos logra mantener su independencia y autonomía. Me parece imprescindible que existan actores en la oposición con voluntad de entendimiento. Chile necesita acuerdos que se hagan cargo de los problemas que afectan a nuestros compatriotas en su vida cotidiana. Acuerdos sustantivos, no meramente formales, que den solución a las demandas ciudadanas. El Gobierno seguirá dialogando con todos, sin exclusiones.
-¿Definiría a José Antonio Kast como una persona de ultra derecha?
-Kast representa un fenómeno, bastante recurrente en otras latitudes, de escisiones hacia la derecha. Basta tener a la vista quienes son sus referentes y aliados a nivel internacional y la forma en que los califica la academia y la prensa de sus respectivos países.
En el reciente proceso constituyente el Partido Republicano optó expresamente por una propuesta y un plebiscito confrontacional, pese a que la experiencia anterior indicaba que se requería un diálogo inclusivo para arribar a un texto compartido y transversal. Esta fue una decisión deliberada. Los resultados están a la vista. Esta actitud da cuenta de una clara voluntad por no arribar a acuerdos, por polarizar, por defender tesis desde las trincheras, contrario a lo que el país necesita.
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