Max Colodro: “Si no hay convergencia entre Republicanos y Chile Vamos, van a perder la presidencial”

El doctor en Filosofía y académico de la UAI, Max Colodro, analiza el momento de la derecha, que ha vivido días de discusión, tras la derrota en el plebiscito. “Se están cobrando las cuentas de una derrota sustantiva que dejó a la derecha ante la posibilidad de no tener garantizada la próxima elección presidencial”.

-Una carta firmada por 30 figuras de la centroderecha plantea que el principal responsable de la derrota en el plebiscito fue Republicanos, pero también la derecha que se plegó a la estrategia de ese partido. ¿Estás de acuerdo?

-Lo que estamos viviendo y observando son las secuelas naturales de una derrota bien profunda. La derecha no esperaba un resultado de estas dimensiones, una derrota tan categórica. Finalmente, el sector no logró impedir que la izquierda instalara un escenario de una cierta equivalencia entre lo que fue la derrota del 4 de septiembre y esta del 17 de diciembre. Son las pasadas de cuenta y el no querer asumir responsabilidades que en mi opinión son compartidas, tanto por Republicanos como por Chile Vamos.

-Pero Republicanos tenía la mayoría.

-Es cierto, era la mayoría. Pero Chile Vamos participó de un proceso y de una negociación de un texto al cual terminó dándole su pleno respaldo. Como la derecha no fue capaz de ponerse en un escenario distinto, que no fuera tener que respaldar forzosamente el texto que emanara del Consejo, paga las consecuencias de un hecho que era casi imposible. Era muy improbable que se pudiera aprobar un texto con la centro izquierda y la izquierda en contra.

-¿Una parte de Chile Vamos se dejó llevar por Republicanos?

-Claro. Finalmente, la centroderecha sintió que no había más alternativa que apoyar el texto que la mayoría estaba imponiendo. Trató de marcar ciertas diferencias en el debate. El tema de fondo es que la derecha se dejó arrastrar a un escenario en que creyó equivocadamente que no tenía otra alternativa que respaldar el texto constitucional. Y yo creo que ese es el principal error de la derecha.

-¿Había otras opciones?

-La derecha tenía más alternativas. Nunca las evaluó en serio. Por ejemplo, la derecha pudo haber planteado desde el principio que el mandato que ellos tenían era tratar de construir una propuesta transversal entre los sectores del oficialismo y los sectores de la oposición. Y si no había la posibilidad de construir un texto transversal, relativamente unitario, ellos podían decir: “en ese escenario vamos a optar por mantener la Constitución vigente. Por lo tanto, también vamos a votar rechazo”.

-También han habido declaraciones bastante fuertes de gente como Jaime Bellolio, que dijo que algunas frases de republicanos eran brutales. O las críticas al partido de Kast de Hernán Larraín Matte. ¿Obedecen a una disputa por la hegemonía en la derecha?

-Se están cobrando las cuentas de una derrota sustantiva que dejó a la derecha ante la posibilidad de no tener garantizada la próxima elección presidencial. Después de este período, que debiera ser breve, va a tener que imponerse la racionalidad. Porque si no hay acuerdo, si no hay acercamiento, si no hay convergencia entre Republicanos y Chile Vamos, la próxima elección presidencial se va a perder.

-Larraín Matte dijo que si Chile Vamos se asimilaba con Republicanos era el fin de la centroderecha.

-Estoy de acuerdo en que no pueden mimetizarse y convertirse en lo mismo. Representan proyectos, sensibilidades y electorados diferentes. Y lo que tienen que hacer es más bien perfilarse cada uno en sus diferencias, teniendo claro que tarde o temprano van a tener que converger.

De la misma manera que ocurre hoy día entre el Socialismo Democrático y Apruebo Dignidad. Siendo diferentes, tienen la necesidad de converger para gobernar. En el caso de la derecha va a pasar exactamente lo mismo. Si no hay posibilidad de converger entre Republicanos y Chile Vamos, si representan proyectos no solo distintos, sino que antagónicos, la próxima elección la tienen perdida.

-¿Crees que algunas frases de Republicanos son brutales, como dice Bellolio?

-Son brutales. Estamos viviendo la noche de los cuchillos largos. Pero eso tarde o temprano tiene que pasar y tienen que empezar a pensar en función del objetivo inmediato que son las elecciones municipales y de gobernadores regionales en octubre próximo.

-Algunos dirigentes de Chile Vamos dicen que quieren abrirse a llegar a acuerdos con el Gobierno. ¿Es un intento de mostrarse más dialogantes que Republicanos?

-Puede ser una buena estrategia de diferenciación por parte de Chile Vamos. Buscar entendimiento y mostrar mayor apertura a la construcción de acuerdos con el gobierno en determinadas materias. Pero está claro que Chile Vamos no va a ir a una elección en conjunto con ningún sector del oficialismo en la próxima municipal. Por lo tanto, si no es capaz de construir un acuerdo con Republicanos, lo más probable es que la próxima elección la gane la izquierda y la centro izquierda.

-También está el tema presidencial. Kast dijo que le gustaría ir a primera vuelta. ¿Qué refleja esta decisión?

-Al anticipar su candidatura, Kast da una señal de debilidad más que de fortaleza. Es la reacción a su derrota. Y a la pérdida de poder y de hegemonía en función del resultado del plebiscito. Volvió a confirmar que él tiene un piso muy importante, de mucho respaldo, pero que también tiene un techo que le impide llegar a la mayoría absoluta. Y eso le ocurrió en la segunda vuelta y le acaba de ocurrir ahora.

Cuando analizas los datos, Kast tiene una dificultad muy seria para generar respaldo en la gente más joven, los menores de 35 años. Y en las mujeres. Si insiste en ser candidato presidencial y termina siendo el candidato de la oposición en una eventual segunda vuelta presidencial, la posibilidad de que pierda la elección es muy grande.

-Una encuesta de la UDD dice que Evelyn Matthei está arriba de Kast. ¿Le ha resultado esto de no ser tan protagónica?

-Yo creo que Evelyn Matthei, afortunadamente dio señales de una cierta distancia crítica respecto del proyecto constitucional. Eso la ha ayudado a tener que pagar menos costos y estar menos afectada por la derrota en el plebiscito. Según muestran todos los estudios de opinión pública, ella tiene mayor capacidad de llegada, de penetración en el mundo independiente, de centro y eventualmente incluso en sectores de la centroizquierda. Ese debiera ser un factor clave para que la derecha finalmente decida cuál es la candidata más competitiva en una elección presidencial.

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