-El proyecto tenía una recomendación de ser aprobado y después salió la RCA negativa. Ustedes ven que desde un principio esto ya tenía todos los fundamentos para ser aprobado, tenían como ejemplo Europa, donde es una tecnología súper aceptada. ¿Cómo ven eso?
-La tecnología WTE, como opera en Europa, cumple con todos los estándares. Y se ve que las plantas pueden operar en países que tienen estándares ambientales mucho más altos que nosotros, e incluso en los centros de las ciudades, y dentro de sectores residenciales.
Desde esa lógica, a partir de la base de una planta de esas características y con ese estándar ambiental, debería también poder aprobarse aquí en Chile.
-¿Qué se comenta en las empresas que desarrollan esta tecnología en Europa?
-Los países europeos, nórdicos y occidentales están completamente asimilados a la importancia de estas plantas en el contexto urbano y de una sociedad. No sólo es aceptado, sino que valorado y reconocido por el hecho de proveer a ciudades enteras de calefacción y hacerse cargo, en definitiva, de una manera sustentable de la basura no reciclable que los propios habitantes generan.
-Dentro de los países que innovan con fuentes de energía nuevas, ¿Chile es el único que no logra entrar la tecnología WTE?
-En Sudamérica no hay plantas todavía. Hay un tema ahí de estándar o del nivel económico del país, porque estas plantas o esta tecnología es más cara que ir a llevar la basura a un vertedero. A medida que los países van desarrollándose, van también invirtiendo en mayor infraestructura para hacerse cargo de los desperdicios.
-¿Por qué crees por qué ha tenido tanta oposición el proyecto en Chile?
-Si uno desmenuza bien el ruido de oposición no son muchos, son estos típicos grupos de interés ambientalistas donde el medio ambiente no es lo que tienen como principal promotor de sus acciones sino que son intereses propios que muchas veces tienen que ver con la búsqueda de poder.
Son grupos minoritarios pero ruidosos y que han logrado presionar a los tomadores de decisión y autoridades en desmedro del desarrollo del país y de mejorar los estándares ambientales en la gestión de residuos.
-¿Por qué crees que la Comisión de Evaluación Ambiental (Coeva) y el Comité de Ministros argumentarían que los estándares ambientales no se cumplen? Si se sigue la pauta de Europa.
–Hay una una motivación política y eso a mi juicio no se puede desconocer. Autoridades de este gobierno son más afines a las posiciones ideológicas de estos grupos ambientalistas. Eso sí, hubo dos votos a favor en el Comité de Ministros, la ministra de Salud y el ministro de Agricultura. Lo que te da una señal del estándar ambiental que sí cumplía el proyecto.
El Coeva básicamente replicó uno a uno los argumentos de estos grupos y que son en mayoría falacias o información descontextualizada. Por lo tanto, sí creo que en la Coeva había una motivación política. En vista también de lo que los Seremis habían asumido horas antes de votar. Ni siquiera habían alcanzado a leer el expediente del proyecto.
-Hay un gran problema con la basura en la Región de la Araucanía. En específico, ¿qué está ocurriendo?
-La única alternativa a los rellenos sanitarios y vertederos para la basura que no logramos reciclar es la valorización energética en plantas WTE, no hay otra alternativa. El reciclaje lo que va a hacer es disminuir la cantidad de residuos que no se logran reciclar, pero siempre va a haber residuos que no se van a lograr reciclar.
La Araucanía ya tiene todos sus sitios o cerrados, colapsados o superando su vida útil, y eso ha conllevado a que más de la mitad de la basura tiene que irse a la región vecina. Eso está haciendo colapsar los vertederos de la región vecina y así esto va a llevar en definitiva a una crisis mayúscula.
También hay que tomar en consideración que cualquier proyecto para hacer frente o poder gestionar el residuo demora entre 6 y 10 años en tramitarse e instalarse. Nosotros ya llevamos casi ocho años y todavía no estamos ni cerca de poder construir. Y no hay ningún sitio que va a aguantar esos 10 años con toda la cantidad de basura que estamos generando.
-¿Cómo han sufrido el tema de la permisología?
-No sé a quién le pudiera parecer razonable estos plazos de tramitación a un proyecto de estándar europeo. Es insólito e insostenible. El costo que eso significa en dinero, en tiempo, toda la energía invertida en desarrollo y todo lo demás, es realmente mayúscula.
Esos son los costos que tienen hoy día los proyectos de inversión en Chile, y eso también conlleva a las cifras y números de inversión que tenemos. Y tiene que ver en parte importante con esto, con una obstaculización para el desarrollo de proyectos, como el nuestro.
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