En su memoria para optar al título de periodista, convertida en un libro publicado en 2013 por Lom, el exvicepresidente de la Fech y hoy ministro de Bienes Nacionales incluyó un relato de una protesta de 2011 que terminó con una multitienda quemada. “La sensación de que se estaba haciendo justicia nos invadió a varios”, escribió.
Por qué importa. Los dichos del exdirigente estudiantil Francisco Figueroa, 38, validando el saqueo y quema de un edificio donde funcionaba una multitienda —durante una protesta del 4 de agosto de 2011—, adquirieron otro tono luego de que este jueves fuera nombrado ministro de Bienes Nacionales, cartera encargada de resguardar el patrimonio fiscal.
- La designación del periodista y exvicepresidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech), quien pertenece al Frente Amplio (FA), ocurrió luego de que Marcela Sandoval, también FA, dejara el cargo por la controversia generada por el fallido plan para comprar una casa en Providencia del expresidente Salvador Allende, para convertirla en museo.
- Su nombramiento generó reparos en el Socialismo Democrático, donde parlamentarios oficialistas cuestionaron su escaso currículo en el área —fue jefe de gabinete de la cartera entre marzo de 2022 y agosto de 2023— y sus múltiples críticas hacia la Concertación y a la expresidenta Michelle Bachelet.
El capítulo del libro. “Esa mañana nos reunimos en una sesión extraordinaria de la Confech en la sede sanmiguelina de la Universidad de Valparaíso, para evaluar la respuesta de (Felipe) Bulnes al Acuerdo Social, para luego marchar. No pudimos. El centro estaba sitiado”, escribió en la página 140 del libro “Llegamos para quedarnos”, publicado en 2013 por Lom. El texto había sido su memoria de título en la Universidad de Chile.
- “Un cinturón de Fuerzas Especiales rodeaba Plaza Italia cerrándole el paso a cualquier transeúnte que osara acercarse. Los estudiantes eran arrestados de inmediato. Guanacos (carros lanza agua), zorrillos (carros lanza gases) y micros de Carabineros poblaban cuadras enteras a la redonda”.
- “Los pacos actuaban con una violencia no vista en todo el año. Portugal con Alameda y Seminario con Providencia serían puntos de reencuentro para continuar la protesta, pero no era posible pasar de una calle a otra”.
- “Avanzó la oscuridad y con ella la Fech se transformó en el único lugar cercano a Plaza Italia para el refugio de los manifestantes. Las Fuerzas Especiales se lanzaron al asedio con un ataque ininterrumpido de gases lacrimógenos”.
- “El asfixiante acoso se repetía con la misma violencia en las sedes universitarias más importantes de Santiago. Helicópteros sobrevolaban informando a los efectivos de a pie cuáles eran los puntos de reagrupamiento de los manifestantes e incluso lanzando bombas lacrimógenas desde el aire. Comprendimos que la jornada era distinta a las anteriores. Y que si el único sello era la violencia, íbamos a salir para atrás”.
- “En la televisión, la única imagen positiva de lo que iba de jornada era la de un grupo de apoderados que sacó ollas y cucharas para protestar por la detención de sus hijos. Ellos inspiraron el cacerolazo al que convocamos para esa noche”.
- “La cuenta de Twitter de Camila (Vallejo), con más de cien mil seguidores, fue el amplificador perfecto. No pudimos reagruparnos para marchar, pero sí para cacerolear con éxito”.
- “Los enfrentamientos callejeros se reanudaron tras el caceroleo y duraron hasta bien entrada la noche. Cuando logramos salir, a eso de las dos de la mañana, no había transporte público. La única alternativa era caminar”.
- “El panorama era sorprendente. La gente, de forma espontánea, levantó barricadas en las principales arterias del centro, pero también en calles insignificantes. Hasta en los acomodados barrios comerciales de Providencia se les cerró el paso a uniformados y automóviles”.
- “Caminamos y caminamos, hasta que una enorme columna de humo negro llamó nuestra atención”.
- “Nacía en pleno centro, a la altura de San Diego. Por unos minutos temimos por la Casa Central de la universidad. La imagen mental del edificio en llamas me aterrorizó”.
- “Afortunadamente no era la Casa, sino una sucursal de la multitienda La Polar, ícono de los abusos. Había sido saqueada y quemada, a vista y paciencia de manifestantes, vecinos y transeúntes”.
- “La sensación de que se estaba haciendo justicia nos invadió a varios. Quien lo niegue, miente”, escribió en la página 143 del libro.
- El editor agregó un pie de página mencionando el denominado Caso La Polar, que consistió en la repactación unilateral de la deuda de miles de clientes.
- “El saldo final fue de 874 detenidos registrados, 90 carabineros y decenas de estudiantes heridos en todo Chile. Pero el espaldarazo ciudadano al movimiento y la sobregirada respuesta del Gobierno se robaron el protagonismo de la jornada”.