Lecciones comunicacionales del Caso Macaya. Por Erick Rojas y Andrés Azócar

El reciente escándalo que involucra al ex presidente de la Unión Demócrata Independiente (UDI), Javier Macaya, por la defensa pública de su padre, acusado de abuso sexual contra dos menores, ilustra de manera cruda la intersección entre la comunicación personal y la institucional. La controversia ha puesto a la derecha chilena bajo el microscopio y ha demostrado cuán vital es manejar adecuadamente la comunicación en temas de alta sensibilidad. 

En el complejo mundo de la política, la comunicación no es solo un instrumento de difusión y confrontación; es también una herramienta estratégica que debe ser aplicada con una visión integral y sistémica, que incluye la responsabilidad institucional y personal de los actores que ocupan cargos de liderazgo. En otras palabras, se debe abandonar la improvisación y profesionalizar la labor política, poniendo las comunicaciones siempre al centro. 

Las redes sociales, además, han agregado algo que los asesores y dirigentes no han aprendido: los errores se viralizan. Orgánicamente o por redes interesadas en convertirlas en tendencias. La respuesta tradicional a las crisis, ya no resuelve los problemas cuando llegan a las fauces de las plataformas sociales, especialmente de X (Twitter). 

El reciente escándalo que involucra al ex presidente de la Unión Demócrata Independiente (UDI), Javier Macaya, por la defensa pública de su padre, acusado de abuso sexual contra dos menores, ilustra de manera cruda la intersección entre la comunicación personal y la institucional. La controversia ha puesto a la derecha chilena bajo el microscopio y ha demostrado cuán vital es manejar adecuadamente la comunicación en temas de alta sensibilidad. 

Algunas lecciones:

Separar la vida familiar de las responsabilidades del cargo. Una de las lecciones más importantes que deja este caso es la importancia que tiene separar claramente la vida familiar de la responsabilidad de un cargo de liderazgo como la presidencia de un partido político. Javier Macaya, al optar por defender su padre, no solo comprometió su figura como líder de la UDI, sino que también arrastró al partido a una tormenta mediática de consecuencias insospechadas.

• El caso Caval se convirtió en la pesadilla del segundo gobierno de Michelle Bachelet. A pesar que su hijo abandonó el gobierno, el daño ya estaba hecho. Y la Presidenta tuvo que crear una agenda de transparencia.
• El segundo mandato del Presidente Piñera también tuvo un momento familiar-institucional, cuando sus hijos viajaron en una comitiva de negocios, organizada por el gobierno, a Asia. La oposición aprovechó el momento para golpear duro al ex mandatario.
• En el caso Macaya, la defensa incondicional, aunque entendible desde una perspectiva familiar, resultó en una gestión de crisis fallida que afectó profundamente la percepción pública del partido y que podría tener efectos electorales.

Confundir la experiencia política con la comunicación política. Otro error crucial en este caso fue la confusión entre la experiencia política y la comunicación política. No es lo mismo.

• La experiencia en el ámbito político no siempre se traduce en habilidad para manejar crisis comunicacionales. Macaya, a pesar de su experiencia, subestimó la magnitud del problema y la necesidad de una estrategia integral para enfrentar las acusaciones.
• La comunicación política exige una planificación detallada y una sensibilidad particular a los temas delicados. La falta de una estrategia clara no solo incrementó el daño a su imagen, sino que también comprometió la de su partido.

Abordar temas complejos sin estrategia integral de comunicaciones. La falta de una estrategia integral de comunicaciones fue otro error crítico.

• Abordar temas complejos y sensibles requiere una planificación meticulosa que incluya mensajes claros, coordinación con asesores y una evaluación constante de la situación.
• La respuesta inicial de Macaya careció de esta planificación y resultó en una serie de declaraciones contradictorias y reactivas que agravaron la crisis en lugar de mitigarlo. 

Anticipación y renuncia oportuna. La falta de anticipación y la decisión tardía de renunciar también jugaron un papel importante en el agravamiento del escándalo. Javier Macaya tuvo el tiempo suficiente para anticiparse y responder con la frialdad que exige la política.

• Bill Clinton fue capaz de decir que no tuvo sexo, luego que se desatara el escándalo de la becaria Mónica Lewinsky, cuando incluso hubo un vestido manchado como evidencia.
• En lugar de actuar con anticipación y dar un paso al costado antes de que el problema se desbordara, Macaya esperó hasta que el escándalo alcanzara proporciones significativas, a pesar que tuvo el tiempo para armar un modelo coherente.
• La renuncia oportuna, como medida preventiva, podría haber ayudado a minimizar el impacto negativo y preservar la dignidad personal y la del partido. 

La Importancia de Dejar las Instituciones Funcionando. Es crucial recordar que en temas de delitos graves, la defensa de parientes, por más legítima que pueda parecer desde una perspectiva familiar, debe ser manejada con extrema cautela.

• El riesgo de que la defensa personal arrastre a las instituciones y comprometa su función es alto. Las autoridades deben priorizar el funcionamiento independiente de las instituciones y evitar que los lazos familiares interfieran en su responsabilidad pública.
• Apelar al llamado a dejar que las instituciones funcionen es un recurso que puede ayudar a una figura pública a abordar un problema que enfrente alguno de sus familiares. 

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