Desde el instante mismo en que los republicanos ganaron la mayoría relativa del Consejo Constitucional el tema presidencial se transformó en una variable clave. Para la izquierda ya no solo se trataba de hacer una nueva Constitución sino de cómo impedir que el éxito del proceso termine fortaleciendo el liderazgo de José Antonio Kast.
Paradójicamente, Chile Vamos tiene el mismo dilema porque también están decididos a competir en las próximas presidenciales contra Kast, al que ven como una amenaza existencial.
Esta disputa está en la raíz de la dinámica confrontacional que se ha apoderado del proceso constitucional, de los llamados a “salvarlo”, de las recriminaciones mutuas, de las comparaciones con la convención fracasada. Michel Bachelet incluso ha llegado a decir que será una Constitución “medieval”.
Hay una ofensiva conjunta de la izquierda y sectores de Chile Vamos, una especie de “auto de procesamiento” contra los republicanos al que se les imputa ser intransigentes, poner en riesgo un gran acuerdo nacional que permita que la nueva Constitución se apruebe. Curioso viniendo de Chile Vamos que ha respaldado todas las iniciativas que hoy critican.
En este contexto entra en escena Evelyn Matthei. Se suma a las críticas de la izquierda y del centro (Amarillos y Demócratas) toma distancia de lo aprobado por la mayoría republicana con votos de Chile Vamos, afirmando que no está dispuesta a poner su “capital político” para aprobar el texto, abogando por un acuerdo transversal.
Ella sabe que tendrá que competir con Kast y que no puede darse el lujo de que él salga bien parado. Tiene claro que su única opción de llegar a La Moneda es que un sector de la centro izquierda esté dispuesta a votar por ella en primera vuelta, como el “mal menor”, para frenar a Kast.
Matthei propicia un acuerdo entre Chile Vamos, Amarillos, Demócratas y sectores del Socialismo Democrático en el Comité de Expertos que se traduzca en enmiendas que se aprueben en el pleno. Una propuesta “razonable” que, ojalá, no ponga a los republicanos contra la pared.
De producirse este acuerdo en el Comité de Expertos con la concurrencia de Chile Vamos, los republicanos quedarían en una encrucijada muy difícil de resolver. La intransigencia en cuestiones de principios los ha llevado al éxito y hoy son el partido con el que la gente mas se identifica según la encuesta CEP. La ausencia de ambigüedades ha sido su bandera contra la derecha moderada y transaccional a la que derrotó en las últimas elecciones.
Su electorado ve el diálogo como debilidad y las concesiones como entreguismos propios de la política tradicional caracterizada por las componendas. Son el partido rebelde, desafiante, el que no asiste a los “conciliábulos” ni a mesas de negociaciones, acostumbrados a caminar en solitario.
El Partido Republicano se ve a si mismo como el muro de contención a las “maquinaciones” de una izquierda “woke” que busca imponer sus valores al conjunto de la sociedad. Se sienten parte de la “guerra cultural” que se ventila a nivel mundial que defiende los valores tradicionales cristianos, refractarios de las comunidades LBTGQ.
Este es el drama de la derecha dialogante y de su abanderada Evelyn Matthei. Las propuestas que concitan el repudio de la izquierda, promovidas por los republicanos, son inmensamente populares entre el electorado de derecha. Incluyendo a los de renovación nacional y la UDI.
En estas circunstancias, la estrategia de Matthei podría terminar perjudicándola; es cierto, ganaría terreno en el espacio del centro, pero arriesga perder mucho apoyo en la derecha, sin el cual no pasa a segunda vuelta.
Los Republicanos están usando su mayoría para preservar las bases fundamentales del Orden Público Económico consagrado en la actual Constitución, conocido como el principio de subsidiaridad del Estado.
La izquierda tiene razón cuando alega que la idea del Estado Social de Derechos se está “desdibujando”. En materia del derecho a elegir en salud el texto aprobado fue mucho más lejos que la Constitución vigente pues consagra dos sistemas, uno público y otro privado, garantizando el derecho a usar la cotización obligatoria.
Lo mismo ocurre en materia de pensiones pues incorpora el sistema privado a la Constitución en circunstancias que hoy solo es materia de una ley; garantizando la propiedad de los fondos y el derecho a destinarlos a un sistema privado.
En materia del derecho de huelga los republicanos mantuvieron el estatus quo de modo que ésta solo se podrá ejercer en el contexto de una negociación colectiva prohibiendo la negociación por ramas.
No veo a los republicanos haciendo concesiones suficientes como para satisfacer las demandas de la izquierda de modo que concurran todos unidos llamando a votar a favor del texto en el plebiscito de diciembre. No creo que tengan el menor interés en aparecer mezclados con la izquierda.
No imagino a la izquierda votando una Constitución que hace inviables sus reformas en salud y previsión.
Veo difícil que Chile Vamos firme un acuerdo con la izquierda a sabiendas que republicanos rechazará el texto final haciendo fracasar el proceso y abortando el plebiscito. Si lo hicieran transformarían inmediatamente a Kast en el líder indiscutido del sector.
En cierto modo, el futuro de Evelyn está en manos de José Antonio Kast. Solo con su beneplácito se puede construir un acuerdo con la izquierda que no dinamite su candidatura y despeje el camino para Carolina Tohá.
Es imposible predecir lo que va a suceder en los próximos días. Sin embargo, todo indica que es probable que no tengamos plebiscito, que los republicanos no darán sus votos para aprobar un texto final que modifique en lo sustantivo lo aprobado por el Consejo, aún que tenga el visto bueno de Chile Vamos.
De ocurrir así, sería lo mejor para la derecha. Se evita tener que enfrentar un plebiscito de resultado incierto, que solo agudizará ante la opinión pública sus profundas divisiones internas; y que de ser exitoso sería un bálsamo electoral vigorizante para el gobierno.
Para seguir leyendo columnas de Ex-Ante, clic aquí.
Ver esta publicación en Instagram
Los fenómenos populistas surgen cuando las sociedades enfrentan una crisis “catastrófica”, es decir, cuando se prolonga una disputa social sin que ningún sector logre la hegemonía cultural y política. El malestar y la indignación se canalizan a través del populismo.
Chile enfrenta un estancamiento productivo de casi dos décadas, según el informe de la CNEP 2024. A pesar de un leve crecimiento económico, los salarios aumentan sin respaldo en productividad, agravando las holguras del mercado laboral. El consumo privado y la inversión siguen débiles, mientras el empleo formal muestra señales preocupantes.
Tras la reforma previsional y el impulso que tendría el ahorro y sus efectos positivos en el mercado de capitales, será clave también la recuperación del ciclo del crédito y que se complete el traspaso de la política monetaria a las tasas de interés de mercado. Con todo, el sistema financiero local estaría en buen […]
Silicon Valley encarna el éxito y la innovación, valores que resuenan entre votantes jóvenes y emprendedores. Trump podría estar utilizando esta conexión para fortalecer su atractivo generacional.
El oficialismo sería el más contento si la derecha divide su votación en tres, aumentan sus posibilidades de llegar al balotaje con alguno de los escuálidos nombres que circulan. En el entorno de Matthei debería haber sentimientos encontrados: si llegan dos derechas a segunda vuelta, su triunfo está prácticamente asegurado, como le ocurrió a Chirac […]