Según el historiador la determinación del Consejo de Monumentos Nacionales de sacar esa estatua para su restauración demuestra que ahí no hubo una decisión sino la presión de fuerzas, de hechos que se imponen. En su opinión, es un fenómeno que responde a lo que en jerga académica de EEUU se denomina “guerra de culturas”, que “genera polarizaciones muy extremas”.
¿Qué opina que se retire, por ahora temporalmente, la estatua de Baquedano?
No sé cuál es el margen de opinión que uno pueda tener a estas alturas del juego, puesto que esta decisión, que no obstante es transitoria, supone una presión que involucra a fuerzas. Estamos hablando sobre hechos que se imponen de esta manera. No queda mucho margen de opinión y me pregunto ¿hasta qué punto hubo margen de decisión por parte del Consejo [de Monumentos Nacionales]? Eso demuestra lo grave de la situación.
¿Qué valor usted le asigna a esa estatua?
La estatua tiene enorme valor en la medida que está hecha por un gran escultor, Virginio Arias. Eso por un lado. Ha estado ahí 93 años, que puede ser otro criterio de peso.
¿Y cómo ve la figura de Baquedano?
Su figura concita respeto y explica porqué [la estatua en ese lugar] había durado tanto tiempo. Noventa y tres años en Chile y de ahora en adelante, en el Chile que se está abriendo, en que todo es mucho más fluído y turbulento, que algo dure 93 años es algo que posteriormente quizá vamos a valorar enormemente. Pero aquí lo estaríamos sacrificando.
Por el valor que usted le asigna a la estatua y a la figura de Baquedano, ¿no es mejor poner ese monumento en un lugar donde no esté en riesgo?
Esa pregunta podríamos haberla hecho hace bastante tiempo atrás. Nuevamente creo que está descartada la pregunta. Lamentablemente. Yo pondría la atención en una decisión en la cual no hay decisión. Me parece que todas las preguntas que dicen relación con cambios de puntos de vista, de intercambiar opiniones en materia de historia, es lo aconsejable, es lo que permiten pensar en la historia. Pero esa oportunidad no se ha dado en esta ocasión.
¿No sería la instancia para, en el caso de Baquedano, dar a conocer su figura, con sus claros y oscuros, una discusión más histórica y menos ideológica?
El problema es que yo estoy dispuesto a reconocer que la historia vale cada vez menos. Eso es una realidad y esto lo confirma. Lo digo en son de humildad, epistemológica. No es que yo lo hubiese querido. Me parece que lo que está detrás de una situación de esa índole es en qué medida somos más pobres desde el momento en que no podemos tener este tipo de discusión, no puede tener ese nivel, no podemos resolver nuestros conflictos, por lo tanto no podemos convivir y no podemos lograr un acuerdo mínimo de cómo pensarnos históricamente como sociedad. Todo eso esta muy presente en este caso con la salvedad que esto no es en un contexto académico…
¿Más bien de barras?
Exactamente. Se ha generado un escenario rabioso en que primeras líneas estarían, en potencia, enfrentándose. Porque podría ser que un cierto sector, por decirlo, progresista o de izquierda el que habría generado esta situación, pero también podría ser generado por nacionalistas de derecha, por el otro lado. Es decir, cualquier remplazo o cualquier alternativa que se proponga, qué impediría que no nos fuéramos también a las manos para desalojar a cualquier estatua que remplazara [a Baquedano].
¿Considera que no sería bueno que Baquedano regresara?
Lo que tenemos es una decisión en que se desaloja la estatua temporalmente, aunque sabemos que cuando algo es temporal tiene características de permanencia perpetua. Por lo tanto, lo que tenemos es una situación de facto.
¿Qué opina de la declaración del Ejército de acusar a quienes atentaron contra la estatua de Baquedano de “cobardes desadaptados” y “antichilenos”?
Es un lenguajemuy propio del Ejército. Si usted me pregunta si es conveniente ese tipo de lenguaje, la situación tampoco es conveniente, pero cada sector va a defender sus íconos, sus distintas “patrias”. Esto lo vemos con el tema de la Araucanía, con el tema político, en la radicalización del movimiento feminista, y en materia de género, en que estamos hablando de patrias, y cuando se presentan distintas patrias, significa que esos escenarios pueden llevar, por ejemplo, a guerra civiles. De ese caldo de cultivo surgen guerras civiles.
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