El espíritu de la asamblea está dominado por la presencia de los representantes de los pueblos originarios y de los movimientos sociales, especialmente de aquellos que viven en regiones. Conforman una mayoría absoluta y si bien vienen con el viento a favor, dependen, para obtener el quorum de los dos tercios, del Frente Amplio y del colectivo socialista si quieren llevar a buen término la escritura de la que hasta ayer era una hoja en blanco.
Paradojalmente, los que no creyeron en el acuerdo del 15 de noviembre 2019 son los que están llevando la iniciativa en el debate, mientras la derecha queda expuesta a una desesperante irrelevancia y la centroizquierda parece extraviada y atomizada.
Puntos más, puntos menos, desde un punto de vista constitucional, estamos frente a un cambio radical, que rompe con la versión unitaria del Estado que rige desde la década del treinta del siglo XIX para pasar a un “estado regional, plurinacional y multicultural”. No se sabe aún si será una suerte de federalismo disfrazado con asambleas legislativas o uno de menor intensidad, pero con fuertes atribuciones para gobiernos regionales y comunales; el multiculturalismo venía definido desde el momento en que se atribuyeron escaños reservados para los pueblos originarios, la plurinacionalidad es mucho más discutible y probablemente fuentes de futuros conflictos. El hecho es que de todas formas el texto que evacuará la Convención representa una ruptura con la tradición constitucional del país y, por esa misma razón, requerirá de un enorme esfuerzo legislativo y político para implementarse en un plazo que no será corto.
El esfuerzo que realizan los colectivos de centroizquierda para encauzar los anhelos revolucionarios han logrado algunos éxitos, en especial -hasta el presente- para defender la inamovilidad e independencia de la judicatura y rebajar los impulsos federalistas que proponen un Estatuto (pequeña constitución regional) y una tercera asamblea legislativa instalada en cada una de las 16 regiones, idea que aumentaría exponencialmente los riesgos de balcanización y las fallas de Estado que ya estamos viendo en el país. Quedan por ver cuestiones relevantes de la estructura del Estado, pero el ánimo parece ser reducir dramáticamente al poder ejecutivo en beneficio de los gobiernos regionales y de un parlamento unicameral sin contrapesos.
El gobierno entrante se verá ante desafíos de una magnitud que exceden lo visto desde la recuperación de la democracia y la mayoría de la Convención Constituyente no parece interesada en ayudarlo. Se tornará muy difícil la reactivación económica en medio de impulsos expropiatorios y esfuerzos por desconocer las instituciones y acuerdos del comercio internacional de las cuales el país se ha beneficiado. Si el éxito del nuevo gobierno de Gabriel Boric dependiera de la coalición que sostiene al gobierno, Apruebo Dignidad sigue con la asignatura pendiente.
“Michelle Bachelet estuvo en la primera línea del empeño por convencer al PS respecto de la conveniencia de asociarse con el PC y el Frente Amplio (muestra de ello fue el ágil giro de la tendencia “grandes alamedas”, que encabeza Isabel Allende), pero también hizo cuanto pudo para desestabilizar la lista del PPD. Ella es, […]
La decisión de Boric de involucrase en el debate no solo le puede traer costos en lo inmediato, sino que también en el mediano plazo. Su esfuerzo podría transformar el debate constitucional en un plebiscito sobre su gestión. El problema, finalmente, no es la decisión de Boric de intervenir en este debate, es la decisión […]
En esta madeja política enredada en nudos inentendibles, siguen llegando narcos; sigue la migración descontrolada; sigue la violencia y la inseguridad. Y espera la salud una solución. Y esperan las pensiones un buen proyecto en serio. Y los estudiantes que necesitan aprender. Y más, y mucho mas.
Ex ministro de Frei, Lagos y secretario general de la OEA, el senador José Miguel Insulza es muy crítico de la decisión del PS de aliarse con el FA-PC y desestimar su histórica alianza en la centroizquierda. “No entiendo qué quiere decir el PS al señalar “seguimos siendo entusiastas del Socialismo Democrático” y luego rompemos […]
Prometió venir al país—yendo hasta el aeropuerto— sin tener la intención siquiera de hacerlo. Nada de eso hizo mella sin embargo en Franco Parisi, que consiguió en su reciente viaje a Chile todo lo que buscaba: reorganizar su partido en vista de proceso constituyente, salir en la prensa hasta por los codos y alabar a […]