-¿La nominación de Diego Paulsen viene a acallar las críticas hacia una falta de conducción en la campaña?
-Las campañas tienen etapas. Una vez cerrado el tema primaria, lo que corresponde ahora es enfocarse en la estrategia con miras a la primera vuelta. Y la conformación del equipo de campaña es probablemente lo primero que hay que hacer. Los comandos se arman de arriba para abajo y por lo tanto la llegada de Diego Paulsen es el puntapié inicial de una estructuración de comando acorde a los objetivos de primera vuelta. Creo que Diego es la persona indicada.
Es una persona con experiencia política, muy talentoso, que tiene características de gestión muy importantes que ha demostrado en el mundo privado. Y el hecho de que haya sido escogido directamente por Evelyn Matthei implica necesariamente que ella confía en él y que por lo tanto van a poder trabajar muy bien en conjunto.
-Pero quizás no sea una persona tan conocida, ¿eso puede ser una debilidad?
-No, la persona que importa que tenga conocimiento es la candidata. El jefe de campaña está para que la campaña comunicacional y territorialmente funcione como reloj. También para guiar la relación con los partidos y el manejo de la agenda legislativa. Creo que en todas esas materias Diego tiene mucha experiencia.
-¿Y qué papel va a jugar la vieja guardia, gente como Juan Antonio Coloma?
-En todas las campañas de cualquier candidato presidencial hay siempre un grupo de personas de vasta experiencia que asesoran al jefe de campaña en la toma de decisiones. Esta campaña también va a tener una especie de consejo y según entiendo los nombres de ese consejo van a ser definidos por Evelyn Matthei en los próximos días.
-¿Ahí van a estar los viejos estandartes, por así decirlo?
-Hay gente con mucha experiencia. Los nombres en particular los definen la candidata.
-También asume como una de las vocerías Paula Daza. ¿Es una señal para el piñerismo?
-Entiendo que eso aún no se ha comunicado, pero por supuesto que Paula Daza es una mujer con una capacidad inmensa. Los chilenos confían en ella y yo creo que sería una gran vocera. Pero esa decisión no es mía, sino de la candidata y del jefe de campaña.
-¿La UDI va a tener un rol especial por ser el partido de la candidata? ¿En los acentos y contenidos?
-A nosotros no nos gusta plantear el tema del comando en la lógica del cuoteo. La idea es tener a las mejores personas. El jefe territorial, Felipe Valdovinos, no está ahí por ser de la UDI, sino por ser la persona indicada. En ese concejo asesor, que también incluye independientes, se pueden canalizar las visiones de los distintos partidos.
-¿Cómo califica el fiasco que hubo con las primarias fallidas?
-Nosotros durante meses, insistimos en la necesidad de una primaria amplia, con Kaiser y Kast, que nos habría permitido ganar en primera vuelta y obtener mayoría en ambas cámaras. Esto no es baladí, porque nuestro sector nunca ha gobernado con mayoría parlamentaria. Una vez que se empiezan a agotar los plazos y el realismo se impone, lo que se hizo fue evaluar distintos escenarios.
Uno de ellos era hacer una primaria acotada, la otra era no tener primarias y finalmente la decisión fue no tener primarias. Evelyn Matthei se demoró dos o tres días en tomar esa decisión. Y por lo tanto creo que las críticas respecto de que aquí ha habido desorden son injustas.
-Pero evidentemente no se pusieron de acuerdo. Fue un poco dispersa toda la operación.
-Por el contrario, los tres partidos y la candidata estamos de acuerdo en esta decisión. Y uno de los argumentos que más pesó fue que una primaria acotada no iba a cambiar el escenario de primera vuelta. Por eso no tenía mucho sentido.
-Checho Hirane dijo que Matthei le había pedido ser precandidato.
-Él, a través de Twitter, rectificó diciendo que él se había ofrecido. Creo que ese asunto quedó zanjado.
-¿Comparte los dichos de Mathei sobre el golpe, que era inevitable?
-Yo creo que la posición de Evelyn Matthei puede ser noticiosa, pero no es novedosa. Ella ha tenido la misma postura desde siempre. Su postura es que el golpe era inevitable y que las violaciones a los derechos humanos son siempre condenables, en todo lugar y en todo momento.
Y creo que esa es una postura que compartieron dirigentes históricos en ese momento, como Patricio Aylwin y Frei Montalva. Y me atrevería a decir que, a medida que ha corrido el tiempo, es la postura mayoritaria también de los chilenos. Que el golpe era inevitable, pero que la violación a los derechos humanos no se puede justificar nunca.
-Pero ella dijo que los muertos del 73 y 74 también eran inevitables. ¿Está de acuerdo?
-Lo relevante es la condena a los derechos humanos.
-¿No hubo nadie que le dijera a la candidata que dar una entrevista de una hora y media era un riesgo innecesario?
-Yo siempre soy partidario de entrevistas más breves.
-¿A qué atribuye estos deslices que ha tenido Evelyn Matthei en la última semana?
-Todos los candidatos tienen buenas semanas y malas semanas. Evidentemente que la semana pasada fue mala, pero nosotros estamos trabajando para que tengamos más buenas semanas y menos malas semanas.
-La suma de Kaiser con Kast es mayor que Matthei. ¿Es una señal preocupante?
-Matthei sigue siendo la candidata favorita, sigue siendo la única que gana en todos los escenarios de segunda vuelta. Eso habla de un buen trabajo que se ha hecho en los últimos meses: hemos logrado mantenerla siempre en la pole position.
-Por otro lado, la derecha sumada es mucho más que la izquierda. ¿Chile dio un giro hacia la derecha?
-El rechazo sacó un 62%. Aparentemente los votos están. Y por lo tanto si finalmente perdemos la presidencial o no obtenemos la mayoría parlamentaria va a ser por culpa de la división.
-Cristóbal Bellolio advirtió que Matthei podría salir segunda. ¿Cree que la campaña no está ganada?
-El peor error que podríamos cometer es creer que la carrera ya está ganada. La izquierda es un rival muy difícil que en este país sabe ganar elecciones y por lo tanto nosotros tenemos que trabajar a toda máquina y hacer el mayor esfuerzo del mundo, como si fuéramos últimos en las encuestas, si queremos ser los primeros en primera vuelta.
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