El abogado y académico de la Universidad de Chile señala que el fallo de la Corte de Apelaciones demuestra las falencias de la investigación del juez Madrid y del sistema de penal antiguo. Y advierte que por lo mismo las personas que habían sido condenadas podrían obtener indemnizaciones si la máxima instancia judicial confirma lo dictado por la Corte de Apelaciones.
—¿Cómo se explica la revocación de la Corte de Apelaciones de un fallo cuya investigación duró 19 años?
—Uno tendería a naturalizar que en las causas existan presiones políticas o contextos políticos que a veces pueden llevar a los jueces a tomar posiciones que no se atengan al mérito de los antecedentes. Yo en este caso he hablado de valentía porque, tampoco nos engañemos, hay una verdad bien grande: aquí durante 19 años -sin ánimos de prejuzgar-, se preconstruyó un relato, hay libros incluso, donde se da por cierta una suerte de versión oficial por quienes tienen un determinado interés en esto, de cómo habrían ocurrido los hechos hace 39 años respecto a la muerte del expresidente Frei. Una versión no oficial que por lo que uno sabe, es disputada incluso al interior de la misma familia Frei. Por lo tanto eso le da la hecho mismo, a la muerte del expresidente Frei, un contexto de intereses políticos que son complejos.
-¿No cree que tras casi dos décadas de investigación el dictamen del juez Madrid había quedado instalado como una versión oficial?
—Sí, se instala eso pero es sobre simplificar el análisis y quien crea eso no puede estar a la altura de un debate serio. Las causas no tienen más o menos mérito por el tiempo de investigación, al revés, eso confirma uno de los graves defectos que tenía el sistema penal antiguo.
—¿A qué se refiere?
—Es absolutamente inadmisible en los tiempos que corren alguien pueda estar expuesta a una investigación penal durante 19 años como le ocurrió a algunas personas en esta causa. Eso atenta contra los tratados internacionales que Chile ha suscrito, contra las garantías mínimas que tiene que tener cualquier persona que pudiera ser investigada en una causa. Todos podemos ser investigados pero no es justo, no corresponde a estándares democráticos y civilizados que alguien sea investigado durante 19 años. Otro defecto que tiene esa investigación como resultado del sistema procesal antiguo, el sistema inquisitivo, es que en el fondo el juez era juez y parte: investigaba, se formaba una idea y después tenía que fallar o resolver en base a eso.
—¿Apunta a que eso le sucedió al juez Madrid?
—Es difícil, cuando tu durante muchos años estás investigando un hecho y por la razón que sea te formas una cierta convicción, tomas una visión, una postura, es muy difícil resistirse a no dictar una sentencia en línea con lo que ya has hecho previamente. Los jueces a veces excepcionalmente lo podían hacer, pero es humano pensar que no es tan fácil cambiar olímpicamente de opinión. El sistema tenía eso. Hoy el sistema es distinto, los fiscales investigan y son los jueces los que fallan. Lo interesante es que la Corte de Apelaciones mira esto y lo que hacen estos tres ministros es estudiar todo en profundidad, todos los antecedentes que hay en la investigación, y llegar a una conclusión. Jueces que no están contaminados por lo que pasó se pronunciaron respecto al mérito de la misma, en ese sentido creo que tiene mucho valor, mirado desde afuera, lo que hacen Balmaceda, Plaza y De La Barra.
—El fallo del Juez Madrid fue desechado por la Corte de Apelaciones desde su forma a su fondo. ¿Usted qué mirada tiene al respecto?
—Voy a decir algo bien duro. En mi opinión como profesional y académico, creo que poca gente leyó el fallo del juez Madrid. Y el fallo del juez Madrid, honestamente en mi opinión, era un fallo débil y bastante precario. Es decir, había en ese fallo verdaderas acrobacias jurídicas. Pero nadie leyó ese fallo, todos se fueron a la parte final en que se dice lo que se resuelve. A mi juicio, había debilidades de razonamiento estructural y leyendo el fallo yo no llegaba a la misma conclusión que el juez Madrid. Es lamentable que pese a lo que resuelva la Corte de Apelaciones y Corte Suprema, habrá siempre un manto de duda respecto a la muerte del expresidente. Si uno contrasta las dos sentencias, a mí me hace mucho sentido el razonamiento de la Corte de Apelaciones y no tengo ningún interés en esto ni sesgo en particular: no hubo delito, hubo complicaciones propias de una cirugía que inicialmente parecía sencilla. Y si sacas el contexto político de este caso, estas cosas pasan. La medicina ha avanzado y aún así todavía a cualquiera de nosotros nadie nos puede asegurar que al entrar a un hospital, aunque sea una operación de apendicitis, no pueda haber una complicación como una infección o algo por el estilo. La gente siempre quiere encontrar culpables cuando esas cosas pasan, pero lamentablemente a veces las cosas ocurren, no somos capaces de controlarlo todo.
—El exministro de Salud, Jaime Mañalich abordó este tema y apuntó a que se ha provocado mucho daño, por ejemplo al exsubsecretario Luis Castillo.
—Estoy de acuerdo. Una parte de este problema en Chile, de que muchas querellas son casi instrumentales, tienen fines políticos y la consecuencia para que quien apunta con el dedo, es muy leve, muy baja. No solo no hay indemnizaciones económicas, tampoco hay responsabilidades penales. Entonces eso hace que sea de alguna manera gratis apuntar con el dedo o acusar a alguien de cometer hechos ilícitos. En otras jurisdicciones, en otros países, tú puedes hacer lo mismo, pero si tú no logras comprobar lo que dijiste, tienes que indemnizar debidamente, entonces lo piensas varias veces antes de hacerlo. En Chile no es bien ponderado esto, tenemos este exceso de entusiasmo por las acciones penales. En el caso Frei hay personas que murieron estigmatizados con esta investigación. En Chile si bien existe la presunción de inocencia somos malos para reconocerla, altiro instalamos la sospecha. Somos más escépticos con el fallo contundente de la corte de apelaciones que dice que fueron complicaciones médicas a ser escépticos con el fallo que apuntan con el dedo a los doctores.
—Si la Corte Suprema ratifica el fallo, ¿cree que existe posibilidad de una indemnización en este caso?
—Me da la impresión de que uno podría sostener puntos para sostener responsabilidades de algunas personas. Yo creo que, si la Corte Suprema ratifica esto, debiera haber espacio para algún tipo de indemnización. Si podemos sacar algún aprendizaje de este desgraciado caso de la muerte del expresidente Frei, es que se debe ser cuidadosos con las personas, las personas no deben estar expuestas a estos juicios públicos durante tanto tiempo, viola sus derechos humanos. Deja una enseñanza: con la justicia no se debiera hacer política, la política debiera estar al margen de la justicia penal.
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