-Se especula que este 7 de mayo Republicanos logre un gran resultado. ¿Hay recambio del sector?
-Antes que nada tienes que distinguir dos cosas. Chile Seguro (o Chile Vamos) es una alianza que es bastante más amplia, no sólo en términos de partidos, sino que de abanico ideológico. En cambio Republicanos es un sector que ha ido atrayendo en gran parte a esos sectores que representaban el Rechazo. Han logrado construir una marca en torno a eso.
La pregunta es ¿quién ha ido creciendo? Yo creo que más bien Chile Seguro. Los resultados del día domingo pueden ser superiores a los que históricamente ha tenido la derecha. Muchas personas que probablemente no votarían, lo harán orientadas hacia el orden.
-¿Puede haber una confluencia en el Consejo Constitucional entre estos dos sectores o son muy distintos?
-Yo creo que el diálogo es inevitable. El gran error para la derecha sería que el exitismo nuble la racionalidad. No olvidemos que hay un escenario factible en el que sectores radicales de la izquierda hagan fracasar el proceso. Desde ese punto de vista uno esperaría ver capacidad de acuerdo, no solamente en la derecha, sino que también en la centroizquierda. Esa es la gran demanda. Aquellos sectores más radicales de derecha que pretendan que esta es una revancha, respecto de la Convención anterior, se podrían equivocar, porque la revancha podría terminar siendo paradójicamente de aquellos que perdieron el plebiscito.
-Republicanos estuvo fuera del acuerdo constitucional, ¿puede torpedear el proceso?
-Republicanos a veces se asemeja a lo que es el Frente Amplio, que en su mayoría se opuso al 15-N. Aunque el Partido Republicano no estuvo de acuerdo con el nuevo itinerario constitucional, igual participó en la elección por una razón obvia: afianzar una marca y tratar de crecer. Y no fueron en pacto porque no es lo mismo presentar 70 candidatos en todo el país; que lo que hizo la UDI, que tuvo que presentar 30 o 20. Es una estrategia electoral que han usado todos los partidos.
-¿Qué diferencia a Chile Vamos de Republicanos? ¿Tú crees que hay un voto de castigo por la política de diálogo, por ejemplo, de la UDI?
-No, yo creo que la fuerza de Republicanos viene de gente que quedó muy afectada por lo que ocurrió a partir del 18 de octubre. Millones sintieron que el orden se se caía en el país. Pero también se trata de gente que siente una desilusión, un desapego en la política tradicional.
-¿Piensas que llegarán a acuerdos?
-Los imperativos políticos van a llevar a los republicanos a tener acuerdos. De otro modo se corre el riesgo que ellos sean responsables de un nuevo fracaso en un ciclo que ya ha sido frustrante para el país.
-¿Un nuevo traspiés constitucional qué significaría para el país?
-Mira, un 78% de las personas estaba dispuesta a un cambio constitucional. Pero hubo un rechazo frontal hacia la forma en como se hizo. Entonces, en ese contexto, no se pueden dejar las cosas como están, porque el tema no está resuelto por la ciudadanía. La política tiene que ser capaz de cerrar esto. A mí no me sorprendería que la izquierda o centro izquierda llegara a acuerdos con Republicanos. De hecho, la izquierda en este pasada ha estado muy cautelosa en criticar a Republicanos.
-La izquierda fue muy dura con Kast en la presidencial.
-Cuando estuvo Kast de candidato era inmisericorde la crítica que se le hacía al candidato, al punto de ser grotesca. Lo peor sería que la izquierda se fuera en contra de ciertos puntos esenciales de la Constitución, pensando que “ahora nos toca a nosotros empujar el rechazo de este proceso”. Sería muy malo para el país.
-¿Republicanos leyó mejor las demandas de ese 62% que votó rechazo?
-Primero que nada, el Rechazo es bastante disperso. Además, hay que tener cuidado en la lectura que se hace de las encuestas, sin considerar a sectores que no van a votar o personas indecisas.
-¿Esa tesis de que Republicanos puede sacar más votos que Chile vamos te parece plausible?
-El Partido Republicano puede empatar y estar muy cerca de los resultados de Chile Seguro, pero es bastante heterogéneo. Tampoco van a votar los 13 millones que votaron para el plebiscito de salida. El padrón va a estar más cerca de 10 millones. La diferencia no es menor. Los únicos que no leyeron bien el Rechazo son los sectores de la izquierda que recién están recapitulando.
-Y en el oficialismo, ¿también hay un punto de quiebre?
-Si el subpacto Convergencia Social / PC obtiene mejor performance que los socialistas, eso plantea una fricción, una fisura importante al interior del gobierno. Y abre la pregunta de qué tan conveniente ha sido esta participación del Socialismo Democrático, este salvataje que ese sector ha hecho al Gobierno. ¿Qué rol le caben a los ministros que no son del del Frente Amplio? Es una discusión delicada.
Por otro lado está la otra lectura: ¿qué tanto le ha convenido a Socialismo Democrático estar con un gobierno con baja aprobación, que no se ha traducido en votaciones altas en un proceso electoral tan importante como este? Sin mencionar que el próximo año hay elecciones y el siguiente también.
-¿Va a ser una jornada crispada? ¿Habrá demora en los resultados?
-Sí. El problema es que los resultados no van a ser tan inmediatos como en otras ocasiones, porque tienen que recalcular la paridad y los votos que son de pueblos originarios. Entonces, no se va a tener un cómputo definitivo tan temprano, creo yo. Van a haber muchos trascendidos de gente que ganó y que perdió. Hay que mantener la calma.
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