¿Empleo Público para quién? Por Elisa Cabezón

Directora de Evidencia de Pivotes.

El gasto fiscal en Chile lleva años expandiéndose, mientras el sector privado, la fuente de este gasto, está estancado. Se debe cambiar esta inercia, y un buen punto de partida es ordenando la casa estatal a través de una regulación única, transparente y clara del empleo público, que evite que éste se convierta en una repartición de favores políticos en lugar de ser un servicio hacia los ciudadanos.


El fin de semana vi una comedia española en la que dos candidatos compiten por la presidencia del gobierno de España. En una escena, el asesor principal de una de las candidatas le dice: “Usted debe ganar la elección, acuérdese que miles de empleos dependen de esta victoria”. Ella responde: “Por supuesto, nosotros queremos fortalecer el mercado laboral de España”, pero el asesor la corrige: “No candidata, me refiero a los miles de empleos de nuestro partido cuando lleguemos al Estado”.

La escena no está lejos de la situación actual de Chile. En nuestro país coexisten más de 10 estatutos diferentes de empleo público, cada uno con sus propias reglas para regular el ingreso, movilidad, promoción y salida de los funcionarios públicos.

Esta fragmentación normativa y complejidad en la administración pública, acompañada de interpretaciones tanto de la Ley de Presupuesto como de la Contraloría y tribunales de justicia, ha generado un marco jurídico difícil de entender y fácil de arbitrar, incentivando la contratación ante la llegada de cada nuevo gobierno y dificultando la desvinculación, situación reflejada en varios índices bien preocupantes para Chile.

Por una parte, cada año es más caro para el país financiar las remuneraciones de los funcionarios públicos. Según datos de la Dirección de Presupuestos (Dipres), el gasto del Gobierno en personal crece más rápido que nuestra economía: pasó de representar el 4,6% del PIB en el 2006 a un 7,1% el 2023. Esto viene acompañado de otra realidad preocupante y es que el sector privado ha perdido espacio ante el sector público en el mercado laboral formal. Cada vez hay más empleados públicos con relación al número de empleados privados, tendencia que no es sostenible ya que el financiamiento del empleo estatal proviene del sector privado. Hoy hay 23 empleados públicos por cada 100 privados, el mayor ratio en los últimos 20 años.

Por otra parte, tampoco hay indicios de que el mayor gasto en personal haya mejorado la calidad de los servicios públicos. El Banco Mundial año a año construye un indicador llamado “Efectividad del gobierno”, en que, a través de encuestas a hogares, empresas y a expertos de diversas organizaciones, miden la percepción de la calidad del servicio estatal y percepción de la calidad de la formulación e implementación de políticas públicas. Este índice se ha deteriorado en los últimos 11 años y nuestro ranking mundial empeoró: pasamos del percentil 84 en el año 2012, al percentil 69 en el año 2022.

Y para terminar, la guinda de la torta: los días de ausentismo laboral van al alza en el Gobierno Central. Según datos de la Dipres, en cada nuevo gobierno aumenta el número de días hábiles en que los funcionarios no trabajaron. En la actual administración, el promedio de días hábiles no trabajados por funcionario público ha sido de 34 días al año, alcanzado el máximo desde que existe registro.

Más días hábiles sin trabajar significan una menor capacidad para ejecutar políticas públicas y para responder a las demandas ciudadanas. Esta alza puede ser señal de una disfuncionalidad en la administración pública y que una modernización en el régimen del empleo público podría mejorar.

De esta forma, la complejidad y opacidad de la regulación del empleo público se ha traducido en un crecimiento desmedido y costoso de la administración pública, sin venir acompañado de indicios de mejora en la calidad de los servicios públicos y con señales de disfuncionalidad dentro del aparato público.

Esto respalda la necesidad de avanzar hacia un régimen del empleo público moderno, que compatibilice el mérito, como eje orientador del sistema, con una protección adecuada de la función pública ante la influencia política, de modo de poder entregar servicios del Estado a los ciudadanos de forma eficiente y eficaz. En Pivotes proponemos dos cambios importantes.

Primero, establecer un estatuto único de empleo público, reemplazando los más de 10 estatutos diferentes que coexisten hoy. Debe regular el ciclo vital del funcionario público, es decir, su ingreso, promoción, desarrollo, retiro y desvinculación en base al mérito y al desempeño de éstos.

Y segundo, el estatuto único debe contemplar un régimen especial para los funcionarios de Gobierno y de exclusiva confianza del Presidente de la República, coherente con su condición excepcional y limitada. Se debe determinar un número o proporción máxima de este tipo de funcionarios en comparación con aquellos que son parte de la Administración del Estado. Esto permite delimitar los nombramientos por criterios de cercanía política y avanzar hacia un Estado profesional y técnico.

El gasto fiscal en Chile lleva años expandiéndose, mientras el sector privado, la fuente de este gasto, está estancado. Se debe cambiar esta inercia, y un buen punto de partida es ordenando la casa estatal a través de una regulación única, transparente y clara del empleo público, que evite que éste se convierta en una repartición de favores políticos en lugar de ser un servicio hacia los ciudadanos.

Puede leer las columnas de Elisa Cabezón en Ex-Ante Pinchando Aquí

Publicaciones relacionadas

El Batallón Germania. Por Cristóbal Bellolio

El oficialismo sería el más contento si la derecha divide su votación en tres, aumentan sus posibilidades de llegar al balotaje con alguno de los escuálidos nombres que circulan. En el entorno de Matthei debería haber sentimientos encontrados: si llegan dos derechas a segunda vuelta, su triunfo está prácticamente asegurado, como le ocurrió a Chirac […]

Manuel Izquierdo P.

Enero 20, 2025

Patricio Melero y arremetida de Jara y Marcel por AFP estatal: “No es leal en la forma de legislar y alcanzar acuerdos”

Imagen: Agencia Uno.

El exministro del Trabajo, Patricio Melero (UDI), respalda el acuerdo global alcanzado en el Senado para debatir la reforma de pensiones y asegura que afectará positivamente la candidatura de Evelyn Matthei. Sin embargo, expresa sus reparos a la posibilidad de que el Ejecutivo ingrese un proyecto para crear una AFP estatal. “Lo que han hecho […]

¿Qué se gana y qué se pierde con el acuerdo de pensiones? Por Pepe Auth

Lo más importante para el gobierno y el presidente Boric, es que, de concretarse el acuerdo descrito, habrá tenido éxito donde ya fracasaron dos gobernantes previos. El gobierno puede estar satisfecho de haber logrado dos de sus propósitos principales: aumentar las pensiones futuras y mejorar al mismo tiempo las actuales, además de igualar las diferencias […]

Cientista Político. Libertad y Desarrollo.

Enero 19, 2025

Catalina Pérez y el Frente Amplio como gran proyecto fachada. Por Jorge Ramírez

Que Catalina Pérez haya sido electa diputada por el pacto Apruebo Dignidad fue, quizás, el mayor indicio del comienzo de una gran puesta en escena. Una que, más temprano que tarde, derivó en una penosa tragedia con visos de comedia.

Monsalve: coincidencia significativa, oscuridad irradiante. Por Lucy Oporto Valencia

El crimen organizado y su narcobarbarie avanzan en su consolidación, como abismales brotaciones de lo siniestro, enquistándose en la niñez y la juventud entregadas a la vileza y la muerte. Su maldad latente y manifiesta, su oscuridad irradiante, es coherente con la laxitud y vacío del pensamiento y del alma promovidos como “batalla cultural”: intercambio […]