-El presidente electo celebró tu aporte como presidente de la Cámara. ¿Te sorprendieron sus palabras, estando los dos en posiciones distintas?
-La verdad es que me sorprendieron las palabras del presidente electo. Le tengo un tremendo cariño a Gabriel, nos conocemos hace ocho años y hemos desarrollado una gran cercanía. Llegamos el 2014 al Congreso y trabajamos juntos en la Comisión de Derechos Humanos y Pueblos Originarios. Logramos construir una buena amistad cívica que nos ha permitido muchas veces conversar diferentes temas aun cuando tengamos posiciones diferentes. Por ejemplo, en el tema del aborto: yo soy contrario y él está a favor.
-Boric te mencionó por segunda vez por el tema de la pobreza. ¿Crees que eliminar la pobreza sigue siendo una tarea de suma urgencia?
-Uno de los grandes logros de Chile ha sido bajar notoriamente la pobreza en los últimos 30 años. Eso no quiere decir que hemos erradicado la pobreza en Chile, hay mucho trabajo por hacer, porque tenemos una pobreza muy extrema en el país. Y creo que nosotros en la oposición tenemos que tener la lealtad suficiente con el gobierno del presidente Boric para poder terminar con esa pobreza extrema. Y poder darle solución habitacional, de caminos, de agua potable. Yo vivo en La Araucanía donde la pobreza extrema es realmente extrema y es penosa, por lo tanto creo que tenemos que poner todos los esfuerzos en llegar a solucionar ese tema.
-Tu discurso fue muy aplaudido. ¿Fue más aplaudido tal vez que el del Presidente electo entre los empresarios?
-No, yo creo que el discurso del presidente electo fue un gran discurso, que transmitió mucha tranquilidad, que dijo al pan pan y al vino vino, pero además demuestra una altura de miras de cómo enfrentar lo que viene en los próximos cuatro años. Más allá de los aplausos, yo creo que finalmente lo que esperábamos todos en ENADE era que el Presidente le hablara a los chilenos, a los empresarios, a los emprendedores, y que les dijera las cosas de frente pero también teniendo una cuota de humildad y entregando una cuota de tranquilidad a lo que viene.
-Fuiste muy crítico sobre la oposición que tuvo Sebastián Piñera y planteaste que ustedes no pagarían con la misma moneda. ¿Es esa una tendencia mayoritaria en la derecha?
-En el gobierno de Sebastián Piñera hubo una oposición desleal, y que no tiene que ver muchas veces con la oposición parlamentaria, sino que había una oposición en el mundo civil, que quería la destitución del presidente, que cayera y le fuera mal. Y nosotros no vamos a hacer ese tipo de oposición. Yo voy a estar en el mundo civil a contar de marzo, y desde el mundo civil y desde los partidos vamos a hacer todo lo posible para que al presidente Boric le vaya bien. Pero que nuestras ideas estén sobre la mesa.
-Hay diferencias grandes, por ejemplo en el tema de La Araucanía, donde Izkia Siches propuso un diálogo que incluyera a la CAM.
-Yo creo que un gobierno como el de Gabriel, si bien tiene que abrir el diálogo, como lo han hecho muchos gobiernos, no puede pensar o querer dialogar con alguien que primero te amenaza, te pone las armas sobre la mesa y no depone la violencia. Hay mínimos para sentarse a dialogar y conversar. La CAM no cumple con ninguno de esos mínimos.
-A propósito de oposición, recién en la Convención hubo una disputa entre la UDI y RN por la vicepresidencia. ¿Quedaron dañadas las relaciones por este episodio?
-Yo soy un militante disciplinado de RN y en esa lógica pienso que tenemos que ir más allá de nuestras diferencias para poder consolidar un proyecto futuro, donde el valor de la libertad esté sobre todo. Lo que sí es inaceptable son los vetos para todos lados. Tenemos que limar asperezas, pero como Renovación Nacional es muy duro que desde un sector se quiera vetar a un ex presidente y a una persona tan querida como Cristián Monckeberg. Tendrán sus razones. Pero yo creo que nada justifica un veto entre dos partidos aliados.
– Un aspecto polémico del discurso de Boric fue el tema de la licitación del litio, dijo que se había hecho a última hora.
-Nos estamos ahogando dentro de un vaso de agua, estamos hablando de 1,8 por ciento de las reservas de litio en una licitación que no se hizo a última hora sino que lleva bastante tiempo. La adjudicación llegó a 60 días del término de un mandato de un gobierno. Tampoco se puede esperar que un gobierno no siga haciendo nada, un país no se puede parar dos o tres meses a la espera de que asuma un nuevo gobierno. Y todos los gobiernos lo hacen. En 2014, se trató de meter una reforma constitucional completa por el gobierno de Bachelet cinco días antes de que terminara. Es parte de la democracia.
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