¿Cuál es el verdadero plan de Bachelet? Por Sergio Muñoz Riveros

Ex-Ante

Lo más seguro es que, luego de la elección del 27 de octubre, aumente la presión oficialista para que ella compita. Quizás hasta Boric se lo pida. No pocos candidatos a parlamentarios le rogarán que postule de nuevo, porque así potenciarán sus propias candidaturas, e incluso se creará la sensación de que ella puede pasar a segunda vuelta y hasta ganar de nuevo la Presidencia. Será el momento de la verdad, y no bastará con mirar las encuestas.


Viendo toda la actividad que despliega la expresidenta Michelle Bachelet en estos días, solo se puede concluir que ella está preparando su tercera candidatura presidencial. Así lo perciben los líderes de los partidos oficialistas, preocupados por lo que ocurrirá dentro de 11 domingos, cuando los ciudadanos concurran a las urnas para elegir alcaldes, concejales, gobernadores y cores. Seguramente, muchos candidatos ya decidieron incluir la foto de la exmandataria en sus carteles de propaganda.

El partido más motivado con una eventual postulación de Bachelet es, sin duda, el Partido Comunista. Vive tiempos particularmente oscuros debido a su respaldo al régimen de Maduro, por lo que ha recibido críticas de medio mundo, incluidos sus aliados. Ha sido muy revelador ver a sus dirigentes a la intemperie, balbuceando malas explicaciones.

Ellos saben que la crisis venezolana puede dañar seriamente las expectativas electorales del partido. Por lo tanto, una candidatura de la exmandataria les caería del cielo para capear el temporal y salvar todo lo que puedan el próximo año en la elección parlamentaria. Si ella se convierte en la candidata de la “unidad sin exclusiones”, el PC será el más beneficiado, puesto que así se bloquearán las posibilidades de que el Socialismo Democrático separe aguas de un aliado que ya es muy incómodo.

Aunque Bachelet ha dicho que no es candidata, es visible que se deja querer y disfruta el momento. En todo caso, el actual escenario es muy distinto al que enfrentó en sus candidaturas anteriores, cuando avanzó con viento a favor. En 2005, fue la heredera de la sólida obra de Aylwin, Frei y Lagos, y fue vista como la continuadora del último, cuyo respaldo resultó determinante para que ella llegara a La Moneda. Terminó bien evaluada, y tuvo la suerte de contar con Andrés Velasco, como ministro de Hacienda, y Edmundo Pérez Yoma, como ministro del Interior.

En la campaña de 2013, Bachelet aplicó otra fórmula, más acorde con sus sentimientos. Llamó a su lado al PC, sumó a los jóvenes del naciente FA y hasta consiguió que la DC se allanara a participar en un mismo gobierno con los comunistas. Entonces, los dirigentes demócratacristianos repetían un mantra para convencerse de que iban con los vientos de la historia: “es mucho más lo que nos une que lo que nos separa”.

Por si fuera poco, Bachelet fue favorecida por la emergencia que vivió la centroderecha debido al retiro de Pablo Longueira por razones de salud, lo que obligó a improvisar una candidatura de Evelyn Matthei.

El segundo gobierno de Bachelet fue el momento del giro a la izquierda. En la campaña, le dijo a su equipo de confianza: “este no será el quinto gobierno de la Concertación, sino el primero de la Nueva Mayoría”. En realidad, fue algo muy distinto a la Concertación. Allí están las reformas educacionales para demostrarlo. El embrujo neoestatista quebró el impulso de progreso que traía Chile, al punto de que la economía creció apenas 1,7% en promedio en esos 4 años. No fue todo. Bachelet fue la auténtica promotora de la algarabía constituyente para reemplazar la Constitución que llevaba la firma de Lagos.

En la última década, Bachelet fue, al mismo tiempo, defensora de los efluvios del “izquierdismo RDA”, o sea, el socialismo de raíz autoritaria y, a la vez, madrina del izquierdismo new age de Boric, Jackson y Vallejo, las militancias identitarias y lo que podría llamarse la “ideología ONU”. En síntesis, el magma que desembocó en la Convención refundacional. Se ilusionó tanto con aquel delirio, que apoyó a ojos cerrados el proyecto de nueva Constitución que trozaba a Chile en un montón de naciones.

¿Qué ofrece ella ahora? ¿La continuidad programática del actual gobierno? ¿Algo parecido a la Nueva Mayoría? ¿En qué está pensando? A lo mejor, estas preguntas están de más, puesto que ella podría no postular. Pero, entonces, ¿cómo se las va arreglar para retirarse con cierta elegancia? Mucha gente no va entender que haya dado tantas señales de disponerse a competir, y que luego haya retrocedido.

Lo más seguro es que, luego de la elección del 27 de octubre, aumente la presión oficialista para que ella compita. Quizás hasta Boric se lo pida. No pocos candidatos a parlamentarios le rogarán que postule de nuevo, porque así potenciarán sus propias candidaturas, e incluso se creará la sensación de que ella puede pasar a segunda vuelta y hasta ganar de nuevo la Presidencia. Será el momento de la verdad, y no bastará con mirar las encuestas. Bachelet tendrá que sacar muy bien las cuentas sobre algo que nadie puede hacer en su lugar: los malos ratos que pueden venir.

Si se convierte en candidata, mucha gente lo interpretará de un modo que no la favorecerá en nada: “¿Otra vez quiere ser presidenta de la República? Pero, ¡si ya lo fue dos veces!” Ese será un factor muy gravitante en la reacción ciudadana. Ella podrá defenderse diciendo que está dispuesta a sacrificarse para impedir que gobierne la ultraderecha, pero eso sonará más o menos así a los oídos del votante medio: “Solo nosotros, los progresistas, sabemos lo que quiere el pueblo”.

Si compite, Bachelet lo pasará mal. Demasiado mal. Le pedirán cuentas por las malas reformas de su segundo gobierno y, además, tendrá que poner la cara por el actual. Y la mayoría del país ya tiene una opinión formada sobre ambas experiencias. En términos estrictamente humanos, una nueva candidatura puede ser muy costosa para ella. Alguien podría decir que, al final, todo eso se compensaría si gana la elección presidencial. Es cierto. Pero es poco probable que ello ocurra.

Para seguir leyendo columnas de Ex-Ante, clic aquí.

Publicaciones relacionadas

Crítica de cine

Abril 18, 2025

En cines: un muy buen thriller y la emocionante película de Ken Loach (y qué ver en streaming este fin de semana largo). Por Ana Josefa Silva

Drop: Amenaza Anónima es de esas películas de suspenso que no dejan respirar; El Viejo Roble , la última de Ken Loach, apunta al conflicto entre los habitantes de un empobrecido pueblo británico y los refugiados sirios que llegan allí.

Ex-Ante

Abril 18, 2025

Error de Matthei revive dicotomía dictadura-democracia. Por Jorge Schaulsohn

Una candidata con reales posibilidades de llegar a La Moneda no puede darse el lujo de cometer errores de ese calibre. En política, la diferencia entre liderar y naufragar muchas veces está en saber cuándo callar, cuándo explicar y, sobre todo, cuándo no repetir los errores del pasado.

Manuel Izquierdo P.

Abril 18, 2025

Gonzalo Müller y primarias de Chile Vamos: “Resuelve ansiedades en torno a la campaña de Matthei”

El director del Centro de Políticas Públicas UDD, Gonzalo Müller, analiza la posibilidad de que Matthei compita en primarias con Carter, Chahuán y Cruz-Coke. “Con primarias, se ve forzada a formar un comando, tener un jefe de campaña, armar equipos y desplegarlos”, plantea. Respecto a los dichos de la candidata, sostuvo que “los partidos la […]

Ex-Ante

Abril 17, 2025

Los diputados que votaron en contra de que Chile califique a Hezbollah como grupo terrorista

El presidente Gabriel Boric tendrá que decidir si apoya la solicitud -aprobada por 85 a favor, 12 en contra y 22 abstenciones- de reconocer al grupo Hezbollah como organización terrorista. El PC lideró los votos en contra, aportando 9 de los votos. El presidente Boric ha sido un fuerte crítico de Israel y adherente de […]

Ex-Ante

Abril 17, 2025

Perfil: Francisco Chahuán, el caudillo que renunció a RN para ser candidato presidencial

El senador Francisco Chahuán (RN) vuelve a insistir con una idea que ha buscado varias veces en los últimos años, pero que le ha sido esquiva: ser candidato presidencial. Este jueves renunció al partido para competir en las primarias con Matthei, Carter y Cruz-Coke y no tensionar más a su partido. Esta es su historia, […]