Cristián Valdivieso, director de Criteria: “El Presidente refuerza su condición de pato cojo adelantado”

El socio fundador de Criteria y director de Asuntos Públicos de la firma, Cristián Valdivieso, sostiene que “lo que no puede hacer el Presidente es quedarse atrapado en el tobogán, por decirlo de alguna manera. Es decir, quedarse sin salir ni por arriba ni por abajo, en punto intermedio, sin tomar una decisión sobre si sostiene su giro hacia el centro y dedicarse a administrar”.

-¿Es probable que el Presidente Boric sea uno de los mayores damnificados políticamente tras el 7 de mayo?

-En primer lugar, el Presidente refuerza de alguna manera su condición de pato cojo adelantado. Boric pierde poder porque tiene una segunda evaluación de su gobierno en las urnas y la votación fue baja y mala. Las dos listas del gobierno perdieron casi 1 millón de votos respecto a lo que fue el Apruebo en su momento. Y eso tiene una segunda derivada que dice relación con que el Presidente pierde parte de la legitimidad social de su gobierno, pierde poder de cara a la ciudadanía y también dentro de su coalición.

-Al PPD le fue muy mal, al PS un poco mejor, pero en general la centroizquierda no tuvo éxito. ¿Cambia la correlación de las dos almas?

-Boric venía produciendo un giro hacia la socialdemocracia o Socialismo Democrático, que era resistido por el mundo de Apruebo Dignidad. Estos últimos se lo tenían que bancar no más porque era la decisión del Presidente. Pero resulta que Boric queda en una situación incómoda porque Apruebo Dignidad perfectamente le puede pedir que reordene sus cuentas porque ellos tuvieron más votos que el Socialismo Democrático. Yo creo que genuinamente el mandatario buscaba un gobierno de mayor unidad nacional, que ampliara sus bases e incluso apuntara al imaginario de Aylwin. Ahora Boric está atrapado entre Aylwin y Petro.

-El Partido Republicano ha estado mostrando una faceta más moderada. Por ejemplo, el jueves Kast pidió a los consejeros ser prudentes y distanciarse de la fallida convención.

-Estratégicamente Republicanos debiera moderarse y buscar que la tensión, la polarización, la conflictividad esté del lado de otros, no de ellos. Deben aprender a dialogar con un mundo distinto al que conocen. Estratégicamente no le queda otra que llegar a acuerdos a Republicanos. El peso de la prueba del éxito o el fracaso del proceso está en sus manos.

Es difícil la pega que tiene Kast. Por ejemplo uno puede pensar que para la izquierda hacer fracasar un proceso que no les gusta, puede tener también el incentivo de que no solo sabotean la nueva Constitución, sino que también podrían afectar profundamente a la figura de José Antonio Kast y su opción presidencial.

-¿Va haber una tensión entre Chile Vamos y Republicanos durante el Consejo?

-Esa es una noticia en desarrollo. Ya hemos visto alguna alineación en Chile Vamos a propósito del proyecto de salario mínimo, donde parte de la UDI se fue con Republicanos y otra parte la UDI se fue con Chile Vamos. Por lo tanto, lo que podemos empezar a ver es que se empieza a escindir Chile Vamos. Y algunos también empiezan a tomar posiciones más próximas de Republicanos, porque la marca Republicanos es muy atractiva para cualquier candidato, para cualquier parlamentario que se quiera reelegir.

Entonces, es un tema complejo, con un potencial de quiebre o reordenamiento de Chile Vamos, que evidentemente en este momentos se está moviendo. Debe haber varias réplicas de este fuerte tsunami republicano en el mundo de Chile Vamos.

-Y estratégicamente, ¿qué le conviene a Kast si quiere ser Presidente?

-Lo que le conviene a Kast, más que aprobar la Constitución para cerrar el tema constitucional, es no quedar instalado como parte de los responsables centrales de sabotear un proceso político. No buscar conflicto ni polarizar, sino el más amplio consenso. Yo creo que ese es el desafío más estratégico de Kast y por otro lado, mantener el foco y el posicionamiento en aquellos temas donde la sociedad encontró valor en la oferta republicana, que son orden, seguridad y autoridad.

También debe distanciarse más de aquellas cosas donde Republicanos no sintoniza con las grandes mayorías, que son los temas valóricos, fundamentalmente. Si se mete en esa área, es decir los derechos sexuales y reproductivos,  el matrimonio homosexual, la adopción parental, posiblemente mucha gente va a tomar más distancia de su liderazgo.

-¿Está en la pole position para ser presidente?

-Kast está en la pole position para ser Presidente. Pero uno podría pensar que estar en la pole position tan temprano obliga a mantenerte en una velocidad alta de crucero y que nadie te pase en la pista. Y eso es muy desgastante. A esta altura de la elección presidencial anterior, es decir, hace cuatro años, en 2019, en la pole position estaban Joaquín Lavín y Beatriz Sánchez, que finalmente ni siquiera llegaron a la papeleta presidencial.

El triunfo no calculado de Republicanos es el riesgo de tener una victoria pírrica en el sentido de que ganaron tanto, que pueden terminar de alguna manera perdiendo, porque cualquier error, cualquier complejidad que se produzca en el camino, puede ser muy costosa. El riesgo de caerse es más grande cuando estás más alto y por más tiempo.

-¿En qué posición queda el Partido Socialista (6%), que sacó más consejeros que el Partido Comunista (8%), pero en votos ganó este último? En la encuesta de Black & White el PS sale como el segundo partido mejor evaluado, a muy larga distancia de Republicanos.

-Yo creo que el tema en el oficialismo, dada la tremenda derrota que tuvieron, no tiene que ver con la cantidad de consejeros que se obtuvieron, sino más bien con la cantidad de votos. Posiblemente el Partido Comunista dirá: “bueno, qué importa tener menos consejeros si finalmente somos una minoría y no podemos hacer nada en el proceso”. Y al revés, más bien pueden terminar siendo cómplices, entre comillas, de una Constitución que termine validando la Constitución de Jaime Guzmán pero en democracia.

-¿El Presidente qué tiene que hacer en este escenario? ¿Mantenerse en un segundo plano?

-No. Una cosa es que hable menos y otra cosa es que tiene que tomar decisiones. Lo que no puede hacer el Presidente es quedarse atrapado en el tobogán, por decirlo de alguna manera. Es decir, quedarse sin salir ni por arriba ni por abajo, en punto intermedio, sin tomar una decisión sobre si sostiene su giro hacia el centro y por lo tanto tiene que enterrar la idea del fin del modelo neoliberal y dedicarse a administrar; o bien optar por la versión más ideológica, más polarizante que apunta a echarle la culpa de sus fracasos a la derecha, al empresariado. Son dos tensiones que el Presidente tiene que resolver.

Desde mi punto de vista, el gobierno lo que debiera hacer es aceptar la derrota. Entender que su programa de gobierno y sus ideas matrices originales ya no tienen cercanía con la sociedad y dedicarse a administrar el día a día, hacer un gobierno de administración y contentarse con una buena administración en términos económicos, en términos de orden y seguridad, y una buena ejecucion del presupuesto.

-¿Pero eso significa claudicar?

-Tiene que claudicar para poder gobernar. Tiene que claudicar respecto de su proyecto original para poder liderar la nueva realidad que le tocó; y que a partir de un plebiscito y una elección de constituyentes revelaron que el escenario que veía era un mundo muy distinto al que imaginaba.

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