-Haces una conexión muy interesante entre las vanguardias artísticas y las vanguardias políticas, muchas veces delirantes. Por ejemplo, en Chile fue muy importante la figura de Pablo Neruda, que era comunista. ¿Cómo aprecias la influencia de Neruda en el comunismo latinoamericano?
-En Chile fue una figura descomunal en todo sentido, en política y en cultura. Me da la impresión de que en el resto de América Latina se le veía muchísimo más como poeta que como político. Incluso quienes lo conocían de cerca, no se creían tanto su lado marxista, porque lo veían bastante burgués, bastante hedonista, era un esteta. Su influencia política fuera de Chile fue menor que su influencia poética. Obviamente, su influencia poética en el mundo es abrumadora. Fue un rockstar en toda América Latina. Llenaba estadios. Y fue sumamente leído e influyente en varias generaciones.
-En tu libro hablas sobre la figura de José Martí y cómo influyó en Fidel Castro y en la Revolución cubana. Pero dices que, pese a lo influyente que fue en el continente, cuando murió Fidel Castro, no pasó nada.
-El castrismo ya había muerto antes de que muriera Castro. Se suele decir que Franco había dejado la dictadura atada y bien atada y que su muerte no iba a significar ningún cambio. Y qué va, su muerte sí lo cambió todo. En cambio la de Castro no significó gran cosa, porque el Partido Comunista ya estaba previendo su muerte, y ellos sí lo tenían todo atado y bien atado.
-Planteas que en el continente se han creado algunas corrientes ideológicas, como cierta versión del populismo que es muy latinoamericana.
-El populismo tiene una manifestación particularmente latinoamericana, aunque su presencia se puede rastrear en muchos lugares. Pero es verdad que hay una vertiente netamente latinoamericana y claramente peronista, que buscó el asalto a las instituciones, no desde la calle, con tanques o con bombas, sino a través de las urnas. Perón usó tácticas muy astutas, que el populismo latinoamericano fue refinando: encontrar pequeños huecos legales que le permitieran destituir jueces, reemplazarlos por jueces afines para finalmente poder abrir un proceso constitucional y en ese proceso constitucional derogar el artículo que impide la reelección. Ese guión lo hemos visto mil veces repetido.
-¿Qué piensas sobre la elección presidencial en Argentina, donde compiten Massa apoyado por el peronismo y Milei, que es de una derecha ultra liberal?
-Es un camino sin salida. Porque Massa no solamente es el representante del peronismo, sino que es un político en activo que ha demostrado total incompetencia. Es el ministro de Economía de un país que tiene 150% de inflación, el 40% de la población bajo el umbral de la de la pobreza, que además ha demostrado una irresponsabilidad brutal estando en campaña y activando lo que se llamó allá el Plan Platita, que fue un reparto de dinero que no tienen y que se habían comprometido a no gastar con el FMI, simplemente para conseguir votantes.
La ventaja para él es que en frente tiene una bala perdida, totalmente imprevisible, que tiene ideas también populistas. Es decir, soluciones expeditas muy sencillas para problemas muy complejos. Y también visiones utópicas, de regreso a una edad de oro, de esplendor, de riqueza de Argentina. Como si fuera un camino facilísimo, que depende de la voluntad.
-¿Ves un panorama complejo para Argentina? ¿Cuál es tu pronóstico?
-Massa tiene el camino fácil. Ahora bien, lo peor ha sido el comportamiento de Juntos por el Cambio, que han decidido apoyar a Milei en lugar de servir como foco de resistencia civil. Y eso los está desarticulando. Es decir, la coalición del partido del PRO de Macri con Unión Cívica Radical parece condenada al fracaso. Se van a desunir y dentro de cuatro años va a volver a ganar Massa porque no va a haber una oposición unida, que permita hacer resistencia al peronismo. Eso, no solamente va a significar cuatro años de Massa, sino una nueva era peronista. Quién sabe cuánto dura.
-¿Cuál es visión sobre estos nuevos gobiernos de izquierda, como el de Boric en Chile, Petro en Colombia y López Obrador en México?
-Es una izquierda, llamémoslo así, poética. Una izquierda convencida de que está siendo llamada a cambiar la historia de sus países, a refundarlos, a corregir vicios y pecados de generaciones anteriores. Han pecado de ingenuidad, de idealismo y sobre todo de falta de gestión. Mucho poema y poca eficacia.
-¿Y sitúas en ese mismo relato al presidente Boric, el presidente más joven de la historia de Chile?
-La juventud le ha pesado muchísimo. Pecó inicialmente de desprecio a todo lo previo, es decir, de adanismo: creer que todo el mundo lo ha hecho mal. Eso se traduce por lo general en la inevitable frustración.
Lo que le ha ocurrido a estas nuevas figuras políticas un tanto populistas es que emergen prometiendo maravillas, pero no logran materializarlas. Entonces se les juzga durísimo.
-Pero Boric gobierna con la generación anterior, la de la ex Concertación.
-En el caso de Boric yo veo que tiene, a pesar de su juventud, un corazón muy encandilado o enamorado de ciertas ideas setenteras absolutamente superadas, absolutamente desfasadas. Como esa pretensión de que parte de él quiere acabar con el capitalismo. Tiene ideas viejas que conviven con una actitud muy juvenil. Entonces, hay una contradicción en él, que tiene una cabeza racional, pragmática, actualizada y a la vez un corazón encandilado con la poética de los años 70 y libros como Las Venas Abiertas de América Latina, de Eduardo Galeano.
-En Chile algunos poetas han intentado ser candidatos presidenciales, como Vicente Huidobro y el ya mencionado Neruda. Bolaño fue infrarrealista cuando joven y quería “acabar con el mundo”. ¿Qué consecuencias ha tenido esta conexión entre las vanguardias culturales y políticas?
-Después de esta investigación entendí lo peligroso que es confundir el arte y la política. Porque en el campo del arte, cabe la ambición absoluta, cabe el deseo de revolucionarlo todo, de crear mundos nuevos. Cuando el político se cree poeta, cuando actúa como un creador, las víctimas somos nosotros. Y pagamos las consecuencias.
El presidente de la Fundación para el Progreso, Axel Kaiser, acaba de lanzar un libro, “Parásitos Mentales”, que describe siete ideas populares, que él considera nefastas. Respecto de la candidatura presidencial de su hermano Johannes señala que “ha hecho un aporte, ha movido la centro-derecha hacia la derecha y eso es muy importante”.
El socio y fundador de Cadem, Roberto Izikson, analiza el momento electoral presidencial. Dice que la posición de Matthei es fuerte, que ha revertido la baja que tuvo en los últimos meses, pero que el camino es largo. “No puede cometer errores. Y debe mejorar su manejo en redes sociales”, dice.
La vocera de la Casa Blanca explicó la semana pasada que el gobierno continuaría con la política deportar integrantes del Tren de Aragua, apoyada en una norma del siglo XVIII. En este marco es que se ubica la decisión de extraditar a Chile a los venezolanos imputados por el crimen de Ronald Ojeda. Un fallo […]
El director ejecutivo de Panel Ciudadano, Juan Pablo Lavín, comenta la nueva encuesta que plantea siete escenarios. En todos gana Matthei. “El PC tiró toda la carne a la parrilla en el evento por las pensiones con Jeannette Jara, y eso la llevó a marcar un 4%. Que le pueda ganar a Carolina Tohá en […]
En una nueva edición del programa En Foco, de Pivotes, la académica de la Escuela de Gobierno UC y cofundadora de Enseña Chile habla sobre las deudas de la educación en Chile. El debate “todavía se queda en los palos y la infraestructura”, dice Claro. Y sostiene que el eje de la discusión educacional del […]