Robert Funk: “Boric tendrá que manejarse como equilibrista entre EEUU y China”

Robert Funk, doctor en ciencia política de la LSE y profesor en la U. de Chile, analiza las señales que ha dado Boric en política exterior antes del cambio de mando. Funk dice que el Presidente electo ha tenido un discurso de acercamiento hacia América Latina, pero que la realidad política lo llevará a transitar hacia EEUU y China. Y que, entre ambas potencias, será “muy difícil optar por uno u otro lado de manera unilateral”.

-¿La visión regional de Boric representa un cambio respecto de Piñera?

-Definitivamente. Eso sí, no va a ser un quiebre especialmente fuerte. El quiebre lo hizo Piñera en su segundo gobierno, pero después vino el estallido social y  la pandemia y nos olvidamos de ese giro en política exterior, que fue muy comentado entre los especialistas. Con el viaje a Cúcuta y optar por no unirse al Pacto de Marrakech ni al Acuerdo de Escazú, Chile estaba alejándose de su tradición multilateral.

Para ser justos, Piñera se estaba sumando a tendencias que se veían en muchos lugares y particularmente en EE.UU. con Donald Trump. Y que hoy vemos reflejada de manera violenta en el conflicto entre Rusia y Ucrania. Un cambio fuerte en el sistema liberal internacional hacia posiciones unilaterales.

Dicho eso, creo que lo que vamos a ver con Boric es un retorno a muchos de los principios que existieron antes de 2018, especialmente durante los gobiernos de la Concertación. Tienen que ver con una reafirmación del compromiso con el multilateralismo.

-La primera visita de Boric como presidente será a Argentina, algo lógico considerando la importancia estratégica del país vecino. ¿Qué señal entrega con esa gira?

-Desde hace muchos años, en Chile hay una discusión sobre si debería acercarse más a América Latina o priorizar China o EEUU. Y es una discusión un poco inútil, por dos razones. Primero, porque obviamente la idea de que no estemos insertados en América Latina simplemente es absurda. Estamos donde dice el mapa. En segundo lugar, porque se ha hablado de integración desde los tiempos de Bolívar, pero ese ideal tiene limitaciones. Si uno mira el comercio de Chile a Argentina es de alrededor de 600 millones de dólares al año, y como punto de contraste el año pasado exportamos 5 mil millones de dólares a China solamente en fruta. En el mes de febrero exportamos a China 500 millones de dólares en cerezas.

Boric ha tenido un discurso de acercamiento hacia América Latina y está bien, pero las cifras siguen siendo las cifras y el presidente electo ha sido muy pragmático y hábil en dar buenas señales hacia EEUU y hacia China. Sabe por dónde va a la cosa.

-Además en Argentina se va a encontrar con un gobierno peronista muy complicado.

-Va a ser una encrucijada para Boric. Porque los medios internacionales y los partidos progresistas ven en Boric el ejemplo de una nueva izquierda y un modelo a seguir. Esa es una espada de doble filo para el presidente electo chileno. Boric va a mostrar un cierto liderazgo, sin duda, porque siempre es atractivo un líder joven, energético, con ideas nuevas, etc. Pero tendrá que ser muy cuidadoso para no asociarse con gobiernos que en otros lados han fracasado. Obviamente, el modelo peronista de Fernández y Kirchner no tiene nada que ver con lo que plantea Boric.

-China es el principal socio comercial, pero EEUU es un socio político muy importante. ¿Cómo Boric puede manejar ese equilibrio?

-Hay una tensión y la vimos cuando en 2019 vino Pompeo, el secretario de Estado de EEUU. Le pidió al gobierno no comprar los productos Huawei. Dada la naturaleza de la economía y de la política chilena es bien difícil optar por uno u otro lado de manera unilateral. De alguna forma, la guerra en Ucrania ha reordenado el sistema internacional. La votación en la Asamblea General de la ONU fue contundente, algo así como 140 países criticando a Rusia.

China ha dicho que Rusia es un aliado importante. Por lo tanto Boric tendrá que manejarse como equilibrista entre EEUU y China. El presidente electo ha tenido muy buenas declaraciones denunciando las acciones de Rusia en Ucrania y eso lo aleja de la postura política de China. Por el momento Chile ya se ha pronunciado fuertemente al lado de Occidente, pero habrá que ver cómo se resuelve el conflicto, si es que se resuelve.

-Un aspecto que ha destacado el Presidente electo es la defensa de los derechos humanos. ¿Puede esta postura moldear su política exterior?

-Ahí hay otro punto que va a ser una complicación para Boric. Él ha dicho que sus posturas internacionales salen de su fuerte compromiso con los derechos humanos.  Eso le ha permitido criticar a Venezuela, Nicaragua, causándole algunos problemas con los partidos que lo apoyan, como el PC. La pregunta es: ¿qué va a hacer con respecto a China? Si mantiene esos principios tan estrictos, obviamente va a empezar a tener problemas cuando le pregunten sobre la situación de los musulmanes en la parte oeste de China.

Es evidente que cuando uno entra a La Moneda otra cosa es con guitarra y hay que suavizar esos principios o matizarlos en pos de la realidad política. Creo que los principios  que Boric dice que guían sus posturas tanto internas como externas van a chocar en algunos puntos con la realidad política.

-Le va a tocar a Boric el tema del Silala. Y ha dicho que quiere reanudar relaciones con Bolivia.

-Él ha dicho que la intención es mejorar las relaciones con Bolivia, pero de nuevo hay un choque entre las intenciones y la política real. La intención de mejorar relaciones choca con la realidad que es la postura chilena en esta materia, que no va a variar.

-La próxima canciller, Antonia Urrejola, es una especialista en materias internacionales. ¿Qué foco puede darle al ministerio?

-Uno de los grandes misterios del gobierno de Piñera ha sido el poco respeto o preocupación por el ministerio de RREE. Y eso se ha visto en la elección de cancilleres, no todos, porque la actual es experta. Realmente mostró un cierto desdén… Y tal vez tenga que ver con la idea de que él se ve como el representante de Chile en el exterior y por lo tanto era menos importante. Dicho eso, en Cancillería se hicieron cosas muy buenas, hay que destacar el rol de (Rodrigo) Yáñez, el subsecretario, en la negociación de las vacunas. Con un poquito de apoyo desde La Moneda no va ser difícil para la próxima canciller tener más éxito.  Y es importante, porque hay mucho que ordenar.

-¿Cuáles serán sus desafíos?

-Desde el punto de vista más macro, dados los cambios que están ocurriendo en el sistema internacional a partir de la guerra en Ucrania, durante los próximos cuatro años vamos a ver un reordenamiento del sistema internacional. La gente va a tener que optar de nuevo, no igual pero parecido a la guerra fría, entre oriente u occidente.

La razón por la cual Chile ha mantenido en los últimos 30 años un fuerte compromiso con el multilateralismo es que se ha entendido que esa es la única opción para que los países pequeños o medianos puedan influir y tener voz. Y por eso estábamos en Haití, en el Consejo de Seguridad, que fueron los momentos que tuvimos mayor impacto en el sistema internacional.

Las acciones de Putin están  volviendo a un sistema en que lo que importa son las decisiones de los grandes poderes. La pura fuerza. Ahí se debilita el sistema multilateral y los países chicos y medianos quedan sujetos a la voluntad de los grandes. Eso puede profundizarse en los próximos cuatro años y para un país chico como Chile es un desafío muy complejo.