Óscar Guillermo Garretón: “La normalidad y estabilidad se ha transformado en la nueva demanda dominante”

El ex militante del PS proyecta las profundas transformaciones que podría tener, a su juicio, la inoculación de millones de chilenos, que llega tras largos meses de inestabilidad que irrumpieron a partir del 18-O y la pandemia. Piensa que habrá un nuevo cuadro, marcado por estímulos a los acuerdos y castigo a la radicalidad, y que el Gobierno podría subir en las encuestas. De Daniel Jadue observa que incurrió en un error estratégico, en el marco de su importación de remedios rusos para el Covid.

¿Cuáles cree que serán los efectos políticos y sociales de la vacunación masiva en Chile?
Hemos vivido un largo periodo de anormalidad, de inestabilidad y el cambio mayor es que la demanda por normalidad y estabilidad se ha transformado en una nueva demanda dominante. No desaparece la demanda de cambios de ninguna manera, pero sí la radicalidad. Tengo la impresión de que la demanda por acuerdos crece. Los pocos signos electorales que ha habido en este tiempo, como las internas de los partidos, hablan de una militancia muy distante a sus directivas y más cercana a una posición más moderada y más pro acuerdos. Por supuesto que, en esa demanda de normalidad, certezas y estabilidad, la demanda de previsión del futuro va a seguir siendo muy fuerte, en referencia al virus, y también a la protección social por parte del Estado. La demanda de protección es algo que debería mantenerse o fortalecerse después de toda la inestabilidad e incertidumbre vivida. La anormalidad va a ser castigada.

¿Cuál sería un ejemplo concreto en el que se podría retratar esa mayor demanda de normalidad?
Habrá una cierta impaciencia con las formas de violencia. Cosas como las que hemos vivido en La Araucanía ahora o temas de largo tiempo sin solución como la migración, van a tener una influencia mayor de la que han tenido hasta ahora en la gente.

¿De qué forma, a su juicio, se encauzarán las demandas del 18-O?
La demanda por cambios existe y seguirá existiendo. Durante el 18 de octubre y los meses siguientes, hasta que comenzó la pandemia, la radicalidad tenía una legitimidad social muy alta. Diría que ha perdido terreno. Tengo la impresión de que, en el caso actual, la suma del 18 de octubre y sus secuelas, más la pandemia, hace que vayamos para un año y medio de anormalidad en la vida de los chilenos. Llevamos más tiempo de anormalidad que el resto de los países del mundo -exceptuando los que están viviendo guerras internas, por supuesto- y eso afectó a la gente desde el punto de vista de la violencia que había, las expectativas que había y lo que se creía legítimo y no legítimo. Este cambio es muy fuerte y no vamos a saber bien cuál es el efecto final hasta fines del 2021, cuando termine todo este rosario de elecciones.

Para los analistas, la vacuna traerá más optimismo en la ciudadanía y en el plano económico. ¿Cuál es su proyección?
En lo económico obviamente la vacuna mejora las expectativas de la gente. Produce más optimismo la normalización y eso debería reflejarse en los sectores que han estado más afectados, porque las exportaciones han seguido creciendo durante el periodo de pandemia, pero, sobre todo, la vacunación debiese afectar positivamente en el mercado interno, a la gente de sectores muy afectados como el turismo, el comercio, los restoranes, etc.

¿Puede el proceso de vacunación devolver una mayor confianza en las instituciones?
Sí. Al comienzo hubo un intento de politizar el tema de la pandemia con críticas o defensas al gobierno -los procesos electorales pueden agudizar eso-, y fue la reacción de la sociedad la que disuadió a la política de politizar el tema de la crisis sanitaria. La sociedad, estoy seguro, va a premiar acciones respecto a la pandemia.

“El cuadro político que teníamos el 18 de octubre va a ser muy distinto al del 2021”

¿Es de los que cree que subirá la aprobación del Gobierno? En La Moneda se ha afirmado que el legado de esta administración pasará, en buena medida, por un exitoso proceso de vacunación.
La sociedad ha valorizado acciones del Estado. Uno debería prever que va a haber un cambio en la evaluación del Gobierno y del Presidente. Uno debería esperar que aumente en algo, no mucho. Si llega más allá de un 30% yo me asombraría, porque está muy arraigado el juicio negativo, pero el equipo de salud del gobierno está absolutamente salvado y no es casualidad que sea el que tiene más alta valoración. Pero sin duda que el proceso de vacunación va a ser un legado del Gobierno. Lo que yo me preocuparía es que el Gobierno no trate de transformarlo en un éxito solamente de ellos. Jugó un rol muy importante, pero la clave del éxito ha sido que ha logrado asociarse con la sociedad para salir de esto.

¿Cómo ve la situación de la centroderecha?
Creo que ha dado con la pandemia, la imagen de trabajar bien. Y tiene una ventaja electoral hoy por estar unida, pero la verdad es que tienen una disputa interna bastante aguda. Hay cosas que a mi me sorprenden: me cuesta entender que el ministro de Hacienda abandone el Gobierno en un momento que es clave la reactivación y se vaya a una candidatura que a mi me parece bastante voluntarista. Ahí no se ve un absoluto rigor en cómo hay que hacer las cosas. Lo que los puede favorecer es que el manejo de la pandemia va a ser muy determinante y se puede valorar la capacidad de gestión. Puede tener una ventaja electoral. Que con la misma votación tenga mejores resultados porque en la oposición hay una disputa muy fuerte entre lo que es el mundo PS-PPD-PR con la intención del PC de sacarlo de su predominio dentro del electorado de izquierda. Eso puede provocar un efecto de izquierdización en esa discusión que lo va a sacar del electorado más moderado.

¿En qué otros ámbitos se traducirá, a su juicio, este nuevo escenario en el plano político?
Si yo me atengo a las pocas señales que estoy viendo, podría hacer sola una afirmación para fines del año 2021: el cuadro político que teníamos el 18 de octubre o a comienzos de la pandemia, va a ser muy distinto al que vamos a tener a fines del 2021. Puede terminar teniendo algún impacto en la gente para elegir aquellas alternativas que le parezcan más eficientes desde el punto de vista del manejo del Estado, ya que la protección del Estado y el manejo eficiente del Estado ha pasado a tener en la gente un valor mucho mayor que antes. Con la pandemia apareció todo el peso de tener un Estado que funcione, una economía que pueda proveer en los momentos de angustia de la población, todo eso. Ahora, eso mismo te exige hoy algunos cambios, diría que hay un par de cosas que me preocupan referente al Estado.

¿Cómo cuáles?
Lo que espero y hasta ahora no he visto es una reactivación real de temas que son críticos: la inversión de infraestructura y en urbanismo, que creo son aquellas desigualdades que provocaron una reacción más agresiva e irritada en la gente. Me encantaría que estuviera ya en los barrios de Santiago la retroexcavadora haciendo plazas, cambiando los sistemas de vivienda, moviendo todo eso con mucha fuerza. No hay ninguna posibilidad de poder responder de verdad las expectativas de la gente sin una reactivación y en eso creo que lo primero es la inversión de infraestructura, es extremadamente importante, porque la inversión privada, si bien ha mejorado el optimismo, va a estar limitada por el proceso constituyente.

El alcalde Daniel Jadue fue criticado tras importar un remedio ruso para el Covid. ¿Qué efectos tendrá, a su juicio, esa situación?
Fue un error del alcalde Jadue tratar de transformar esto en una bandera política personal y de hecho la reacción no ha venido solo de los partidos que compiten con el PC, sino que también de Izkia Siches, del Colegio Médico, que es una persona con claras posiciones de izquierda. De alguna manera, el intento de politizar una acción que es vista por la sociedad como prioritaria y que es de ella, no de los partidos, creo que es un error y va a seguir siendo un error a futuro. Si la política se fuerza en llevar la sociedad a la política y no la política a la sociedad, va a estar en serias dificultades de legitimidad. La clave de los alcaldes es que es visto por la sociedad como parte de ellos, como la política que está con ellos, y creo que ahí se equivocó Jadue.

¿Cómo cree que se configurará la elección de constituyentes?
Me atrevería a hacer algunas apuestas: Tengo la impresión de que en la Constituyente las fuerzas y listas más votadas van a ser la lista del Apruebo y la lista de Chile Vamos. Creo que va a tener una menor representación la lista del PC y lo que va quedando del Frente Amplio. Es muy probable que por su mayor organización unitaria le pueda ir mejor a Chile Vamos pero la que va a estar inmediatamente después va a ser la lista del Apruebo, la alianza de partidos de PS, PPD, DC, Liberales, etc. Es coherente con lo que decía de la demanda de normalidad y estabilidad.