Iván Poduje y polémico mural en Parque San Borja: “Esto no tiene nada que ver con la diversidad sexual”

El arquitecto Iván Poduje se refiere al controvertido mural realizado por un colectivo en el Parque San Borja. “Que la municipalidad no lo auspicie no deslinda su responsabilidad. Este mural tomó tiempo en hacerse y la alcaldesa debió haber actuado con tiempo pensando en los niños y niñas que visitan el lugar”, dice.

-A un costado del Parque San Borja hay murales de un colectivo de arte erótico, que provocaron el rechazo de la Defensoría de la Niñez. La municipalidad aclaró que no había auspiciado tal iniciativa y la alcaldesa tuiteó que iba a retirarlo. Pero generó una polémica: ¿hasta qué punto este tipo de expresión puede exhibirse en espacios públicos?

-Primero quiero lamentar la falta de criterio de los autores de este mural y su nula consideración del daño que le pueden generar a niños y niñas, al dibujar escenas de sexo explícito en un parque público. Por eso felicito que la Defensoría se haga parte y ojalá que se borre.

El dibujo de San Borja carece de cualquier sutileza. Que la municipalidad no lo auspicie no deslinda su responsabilidad. Este mural tomó tiempo en hacerse y la alcaldesa debió haber actuado con tiempo pensando en los niños y niñas que visitan el lugar. Lamentablemente no es un caso aislado. Este municipio de Santiago parece haber entregado carta blanca para que cualquiera haga lo que quiera con los espacios que nos pertenecen a todos.

-El lugar es conocido como el Memorial Disidente a Cielo Abierto. ¿De qué manera chocan las legítimas demandas de las disidencias sexuales con los estándares urbanos de una ciudad moderna?

-Se resuelve con participación ciudadana. Conversando con vecinos y usuarios del parque, y cuidando que el mensaje de la obra de arte no los afecte, especialmente a niños y niñas que no pueden defenderse ni alegar.

Esto no tiene nada que ver con la diversidad sexual. Dibujar sexo explícito en un espacio público refleja una total falta de consideración a los demás, en especial, si son menores de edad.

-El lugar se inauguraría el viernes 25 en el ahora llamado “Parque Daniel Zamudio”. ¿Pueden ciertos colectivos bautizar con otro nombre los lugares, tal como en Plaza Dignidad/Plaza Italia?

-Por supuesto, en la medida que se converse y acuerde con los vecinos y usuarios de ese espacio público. Lo que no puede ocurrir es que un grupo se lo apropie y piense que está en el living de su casa y que puede hacer lo que quiera, sin preguntarle a nadie.

-Los rayados y grafitis han inundado las paredes de Santiago. ¿Debe restringirse esta actividad, limpiar las murallas o aceptarla como parte de la contemporaneidad?

-En ninguna de las ciudades que admiramos puedes rayar o dibujar donde quieras. Las multas son enormes y se aplican. El Estado entiende que el patrimonio es un bien colectivo que no puede dañarse para satisfacer proyectos o impulsos individuales. Lamentablemente en Santiago ocurre lo contrario. Tenemos autoridades que muestran indiferencia con los bienes públicos, permitiendo que una persona, dupla o patota haga lo que se le venga en gana sin considerar su efecto sobre el resto. Ese egoísmo también está presente en este mural porno.

La consigna es: “Yo dibujo lo que quiero, donde quiero sin importar el daño que le puedo generar al resto”. Valparaíso es una triste muestra del nivel a donde nos puede llevar esta enajenación. Este endiosamiento del individuo por sobre el espacio colectivo.

-¿La llegada del nuevo gobierno debería significar una nueva estrategia para recuperar la ciudad, en especial Plaza Italia los viernes? ¿Cuáles deberían ser las bases de un renacimiento urbano?

– El nuevo gobierno administra el Estado y por tanto debiera velar por el interés colectivo y no por las agendas o impulsos de personas, especialmente si usan la violencia como ocurre en la Plaza Baquedano. Ejemplos de recuperación de zonas dañadas sobran. Lo que falta es la voluntad política para implementarlos. Eso implica proteger bienes colectivos, de la apropiación violenta e inconsulta de personas o grupos, por más legitimas que sean sus demandas. Espero que el nuevo gobierno piense en el bien colectivo.

-Si uno recorre el centro, hay muchos locales cerrados, todas las fachadas tapadas de fierros. Acaba de cerrarse el Bar Nacional, entre otros muchos negocios. ¿Santiago sufre un abandono?

-El Bar Nacional cerró en el centro pero abrió en Las Condes en un barrio, donde los espacios públicos están impecables. Así se va segregando más Santiago. Esto pasó luego del terremoto de 1985 y tardamos décadas en revertirlo para que nuevamente fuera un lugar atractivo. Lamentablemente ese esfuerzo se ha perdido producto fruto de la violencia e indolencia de las autoridades con nuestro centro histórico. Para lograr un renacimiento urbano debes lograr que el centro sea un lugar limpio, seguro y bonito para vivir, visitar o recorrer. Es así de simple. Y para ello, no puede imperar la ley de la selva donde cada uno raya donde quiere y como quiere.