“Si no detenemos el narcotráfico, vamos a terminar con un cartel en Chile”

El excomisario Héctor Arenas es analista de inteligencia e información criminal y ha participado en varias investigaciones internacionales relacionadas con el narcotráfico. Entre ellas, el caso La Línea en Guatemala, donde se indagó al presidente y a su vicepresidenta por su participación en una red de tráfico de drogas. En Chile ha indagado casos relacionados con DDHH, como el asesinato del general Prats. Basado en su experiencia, alerta que sobre el peligroso avance del crimen organizado en Chile.

¿Piensa que hay un antes y un despúes en la delincuencia y el crimen organizado tras estallido social?

• Esto es algo que se va forjando en el tiempo, precisamente, porque el país se presta, de alguna manera, por falta de legislación, porque algunas personas no hacen la pega como corresponde, etc. No es de extrañar que esté sucediendo esto en Chile ahora porque muchas manifestaciones que nosotros vimos en su oportunidad -año 2000-, fuera de Chile, principalmente en Centroamérica, de alguna manera se fueron trasladando hacia el sur. Incluso en ese tiempo se habló de una mexicanización de América del Sur, como un interés de los carteles de México y colombianos de empezar a incursionar hacia el sur, establecerse en zonas que les otorgaran la factibilidad de realizar su negocio ilícito.

¿Cómo se vivió esa mexicanización?

• Por las investigaciones que realizamos en Guatemala para la Comisión Internacional contra la Impunidad, los carteles, por ejemplo, principalmente los Zetas en su tiempo -los Zetas actualmente están reducidos y han aparecido nuevos carteles- pero estos que empezaron a ocupar territorio en Guatemala. Se trasladaron desde México porque Guatemala tenía una legislación más permisiva, por ejemplo, para la producción de droga sintética. Entonces los laboratorios los instalaron en Guatemala y efectuaban, a través de países utilizados como aduanas, la internación de las drogas usando ciertos subterfugios, de la materia prima que ellos requerían para la fabricación de droga sintética.
• Tenían laboratorios móviles, montados en camiones o container, entonces un día estaban produciendo en un sector y después se trasladaban y seguían produciendo en otro sector.
• Había mucha confabulación del aparataje del Estado que permitía que ellos, sin mayor control, importaran. Partían el container con productos diferenciados, y se anotaban a nombre de una sola persona que provenía mercadería que podían ser zapatos, ropa. Así traían efedrina, pseudoefedrina en tambores y la introducían a través de los puertos.

¿Cree que en Chile ocurre lo mismo, como las denuncias que se conocieron en contra del municipio de San Ramón?

• Hemos fallado como país, como Estado, en los mecanismos de control.Son preocupantes los índices altos de incautación de droga, el aumento de la violencia, la cantidad de homicidios y la importación de delitos que antes no se veían.
• Lo que pasa es que no tenemos la capacidad para detectar qué tan permeable es nuestra estructura estatal.
• Hay mucho énfasis en la recuperación de droga, que somos muy efectivos en eso, pero lo que hay que hacer es cortar el circuito de la droga: si hay un aumento de decomiso de droga, es evidente que tienen que existir delitos asociados, como lavado de dinero. Ese dinero no anda volando, tiene que estar en alguna parte.

¿Cuánto se ha profesionalizado el narco en Chile? 

• No sé si se estará dando actualmente ese fenómeno, pero uno ve que ellos van evolucionando en ese sentido. Por ejemplo, ya nos dimos cuenta en Guatemala que los hijos de narcotraficantes, estaban estudiando en buenas universidades. Allí van estableciendo los contactos que les permiten permear el aparataje estatal. Estudian derecho en una universidad y los contactos empiezan a salir de ahí mismo hacia adelante.

¿Cómo evalúa la ley 20.000? ¿Está en sintonía con nuevos delitos?

• Sirve. Pero siempre hay que entender que el delito evoluciona. Entonces siempre hay que ir perfeccionando la ley, porque ellos van cambiando de modalidad constantemente. Ellos (los narcos) buscan influir en las decisiones del Estado, de alguna manera, que contribuya a su negocio.
• Tenemos que anticipar ciertas cuestiones que se van a dar acá en Chile en relación a cierto tipo de crímenes, principalmente basados en la experiencia que ya han tenido otros países. Porque esto se traslada. El delito, en general, muta, y va adquiriendo nuevas formas.
• Ahora, ¿por qué se están viendo estos niveles de violencia? Porque están compitiendo territorialmente. Simplemente es por eso. Ahora, los recursos con los que cuentan son distintos. por ejemplo: el caso de tres funcionarios que fueron atacados mientras realizaban indagaciones en La Florida, donde fueron víctimas de fuego cruzado. Probablemente eran “soldados” que estaban apostados cuidando que no ocurrieran mexicanas -quitadas de droga- que avisan cuando aparece la policía. En esto no hay nada nuevo. Lo nuevo es cómo lo enfrentamos, cómo tenemos la capacidad de prevenir y de atacar estos grupos que están causando bastantes trastornos en Chile actualmente.

¿Cómo ve a la PDI en el combate al narcotráfico?

• La PDI representa a Interpol, que es una organización mundial de policías. Evidentemente existe una constante conexión de información que llega desde los otros países. Por ejemplo, te avisan cuando un narco importante de otro país quiere establecerse por acá. Tenemos bastante gente agregada en los países que son productores de droga y agregados policiales en muchos países que están velando justamente por esta situación.
• Ningún país en Latinoamérica puede enfrentar esto solo. Esto tiene que ser en conjunto. Ahora, lo que hay que entender es que si en Chile no tenemos una visión de país, no tenemos una visión de consenso, esto va a aumentar.
• Aquí tenemos que sentarnos en alguna parte, principalmente los legisladores, y ponerse de acuerdo qué país queremos en 10 años más. Porque no sabemos en qué lugar estamos en el punto de no retorno. No sabemos si estamos justo en el medio, y que podemos solucionar esto, o ya estamos en un nivel que no hay vuelta atrás.

¿Qué tan cerca estamos de tener carteles en Chile? porque hasta ahora solo sabemos de clanes.

• No estamos lejos. Si no detenemos el narcotráfico, vamos a terminar con un cartel en Chile. En este momento lo que vemos no es verticalidad, sino horizontalidad. Hay muchos grupos que están compitiendo territorialmente.
• Entonces la forma de enfrentar el problema es, precisamente, un enfoque territorial y un enfoque transnacional. Porque, ¿dónde hay otra dificultad? En que siempre pensamos que en estos negocios buscamos las conductas ilícitas. Pero hay otras conductas lícitas que se están realizando y que, de alguna manera, están disfrazadas. Entonces no nos vamos a dar cuenta que ellos están lavando dinero de esa manera.

¿Usted es de la tesis de quitarles todo a los narcotraficantes, que no basta solo con una “incautación histórica”, como suelen decir las autoridades?

• De esa manera se corta el circuito. Por ejemplo: tenemos a un jefe de un clan delictivo. Pasa detenido y pasan detenidos otros tres o cuatro. El tipo, o sigue operando desde la cárcel o los familiares siguen operando. Entonces sacas de circulación a uno, pero la organización como tal sigue. Y son los mismos que después vas a detener de nuevo y van a seguir.
• Aquí tiene que haber un trabajo más de largo plazo. Principalmente en el área económica. Y también, ya de una vez por todas, crear un aparataje de inteligencia que tenga que ver con todo este tipo de cosas que van a llegar a afectar muy gravemente -si no se le pone freno- la economía de este país.
• Esto yo lo vi en Guatemala, me acuerdo de haber tenido una conversación con el hombre más rico que hay allá en Guatemala. Él siempre se mantuvo ajeno al tema del narcotráfico, porque andaba en helicóptero, tenía un aparataje de seguridad impresionante con carros blindados, entonces a él no le iba a tocar. Pero ¿cómo le tocó? Él tenía empresas constructoras y construían casas bastante caras y los narcos empezaron a llegar a los condominios que ellos construían. Evidentemente eso le empezó a provocar una merma en el negocio de las ventas, porque se dateaban que ahí estaba viviendo conocidos narcotraficantes, porque igual son ostentosos, escandalosos y allá es peor porque andan con metralletas y tienen un alcance insospechado.

Héctor Arenas cruzando un río en Salama, Guatemala.

¿Qué otras cosas presenció en Guatemala?

• Allá había una finca que se llama “Los Cocos”, donde le cortaron la cabeza a más de 20 personas. Una de las primeras investigaciones que me tocó fue el asesinato de Juan José León Ardón alias “Juancho León” (su esposa es Johana Jordán, sobrina de la Reina del Sur), un narco mexicano que, se supone, fue asesinado por pasar dinero para una candidatura política
• En Nicaragua me tocó la investigación del caso, donde murieron muchas personas. Era un bus que cruzó la frontera hasta Guatemala y que se suponía traía droga, pero no venía droga y mataron a 15 personas, entre ellas, un holandés. Fueron 15 nicaragüenses que los torturaron y los quemaron dentro de ese bus.

¿Era una mexicana? o ¿Querían quedarse con la droga que venía en el bus?

• Se supone que venía un cargamento en el bus. En centroamérica es muy común esto. Otro delito que se ve mucho es el tránsito del dinero para pagar la droga, por ejemplo, desde México hacia Colombia, con verdaderas estaciones. Algunos países funcionaban como estaciones de servicio de la droga que salía de Colombia con destino a México: pasaban por Costa Rica, Honduras, El Salvador antes de llegar a Guatemala. Y habían distintos grupos que la iban cuidando en los determinados países. Había zonas de acopio y algunas organizaciones que les prestaban servicio. De esa manera, cuando tú detenías un cargamento de toneladas de droga, detenías a la persona y la persona detenida estaba prestando un servicio, y él no tenía idea quién era el productor de la droga, ni de dónde venía y tampoco sabía quién era el consumidor final de la droga. Entonces le das un golpe al grupo que le incautan la droga, pero eso es una merma para ellos en el negocio, pero el flujo continúa.
• Tú no apagas el flujo. El que produce y el receptor de la droga no son afectados, sino que el intermediario. Por eso que hay que tener una visión bien clara y saber sobre esto.

¿Chile sigue siendo un país de tránsito o está produciendo también?

• Se ha establecido que hay laboratorios en Chile. No olvidemos que los mejores “cocineros” de droga han sido chilenos.

¿En qué casos se ha descubierto que los cocineros son chilenos? ¿En otros países o acá mismo?

• En otros países y acá mismo. Por ejemplo, en un laboratorio que había en el norte, el cocinero era chileno. No hay tanto secreto. Por lo general lo que hacen acá es cortarla y aumentar la cantidad. Hay mucho de eso. Ahora, se han encontrado laboratorios en Chile.