Marzo 5, 2023

Gabinete fantasma: Cambio de guardia. Por Rafael Gumucio

Ex-Ante
El Presidente Boric y sus ministras y ministras tras el cambio de gabinete del pasado 6 de septiembre. Foto: Agencia UNO.

Humildad y firmeza, firmeza y humildad. Esa debe ser la idea central del nuevo diseño presidencial. Un tono que se alcanzó al final de los incendios debe ser la guía de este segundo tiempo del gobierno. Nada de eso asegura el éxito, pero la sobrevivencia es, en un mundo como el de hoy, una suerte de éxito.


Se apronta un cambio de gabinete. Es al menos lo que toda la prensa espera con impaciencia. Una impaciencia que tiene que ver con la sensación cierta que empieza otro momento político. La sensación que los resultados del 4 de septiembre recién ahora han empezado a ser asumidos no como un accidente del destino, sino como un destino en sí mismo.

Así, antes de pensar en quienes deberían irse y quienes quedarse del gabinete del Presidente Boric, me resulta importante preguntar por el país que se pretende gobernar. Por supuesto solo se puede responder de modo parcial a esta pregunta porque Chile se ha ido, justamente, complejizando y diversificando de tal manera que no se reconoce a sí mismo.

Sus calles, su campo, su ritmo, sus cuatro estaciones, sus árboles, sus colores no son lo que fueron. Se le echa la culpa a la ola migratoria de los llamados “caribeños” pero lo cierto es que ellos son parte de un fenómeno mucho más amplio y complejo que tiene que ver con el lugar inesperado y distinto que ha ido asumiendo Chile en el mapa del mundo. Un país que dejó de ser la provincia al final de todo sin llegar a ser aún la capital de nada.

Ese nuevo lugar, esa nueva incomodidad fue parte de lo que causó el estallido. Un estallido que, unido a la pandemia, agotó muchas de las reservas económicas, anímicas, espirituales de un país que se siente lanzado a la intemperie más total.

La desconfianza, que siempre fue una de nuestras características fundamentales, siempre convivió con una esperanza desbordante. Nuestro enorme pesimismo se vio siempre temperado por el pensamiento mágico que nos permitió esperar que, con el fin del lucro, mejoraría la educación de un día para otro y, con el fin de las AFP, mejorarían las pensiones y, con el fin del patriarcado,se acabaría el machismo, todo esto mágicamente.

Al gobierno, que es hijo de todas esas esperanzas, le toca administrar un país decepcionado de todas ellas. Un país que no espera nada, ni cree en nadie más que en sí mismo, lo primero que nos traiciona siempre. Un país de ansia autoritaria que detesta con la misma pasión que jugó a creer en ella, cualquiera deriva utópica: llámense feminismo, ecología, o cualquier ensayo de algo parecido al socialismo.

Es evidente entonces que el Presidente tendrá que, como dificultad primera y primaria esta subjetividad airada que se independizó hace tiempo de las cifras y los datos objetivos. Es así un crimen que un Presidente al que le gusta que le saquen fotos leyendo libros de poesía no haya tenido en todo lo que va de su gobierno nada parecido a una política cultural.

No conozco los méritos o desméritos de la ministra Brodsky, pero no creo que mi ignorancia sea solo mía. En el mundo de la cultura la ministra sigue siendo tan desconocida e inesperada como lo fue el día de su nombramiento. Su enfoque en la “gobernanza” y las nimiedades de una burocracia aplastante no ha conseguido el menor eco ni hacia la ciudadanía ni hacia los propios artistas e intelectuales, divididos entre la habitual “comitiva oficial”, que es también la comitiva oficialista.

En la misma área del relato, el gobierno debería tener en el Ministerio de Desarrollo Social una ministra poderosa, retadora, ambiciosa y no un alumno castigado que trata de portarse bien para que no vuelvan a retarlos los papás. Ahí parece también faltar un plan más allá del día a día. Una Izkia que no fuera la Izkia. Alguien que le de voz al mundo popular completamente acallado y ausente del debate político.

Un ministro o ministra que termine con la impresión cierta de que este gobierno es tan “cuico” como el anterior, solo un poco más “abajista”. Un “abajismo” que es percibido como el peor de los insultos en un mundo popular completamente huérfano de representación simbólica.

En la misma área del relato, el gobierno necesita una ministra de Relaciones Exteriores un poco menos accidentada y accidental, firme profesional, sin grandes ambiciones, pero capaz de decirle que no al Presidente cuando le da por ser el justiciero mundial, consiguiendo a lo más imitar a Cantinflas en “Su excelencia” de 1968.

Tampoco parece haber resultado demasiado bien la elección de Marco Antonio Ávila como ministro de Educación. Gentil, bien intencionado, articulado pero carente de envergadura política, de ambición, de ganas más allá de las ganas de sobrevivir el próximo mes. Una vez más resulta incomprensible que una generación que nació de la lucha estudiantil, que creció dando lecciones de como debería ser una educación gratuita y de calidad no tenga un ministro y ministerio potente en esta, que debería ser su reino.

Los problemas de la ministra de la Mujer, Antonia Orellana, son quizás justamente los contrarios del ministro Ávila. Nadie puede quejarse de su falta de iniciativa, de su desconocimiento en su cartera, o de su falta de trabajo político, o de su capacidad para influir en las grandes decisiones del gobierno. Sus problemas quizás están en ese desmedido poder sobre el Presidente, que no olvida de hacer ver a cualquiera que se lo dispute. Su carácter duro, controlador, su ironía tantas veces amarga, la ha llevado a enfrentarse una y otra vez con la prensa, llegando a denunciar como vil mentira una información que resultó ser verdadera.

El mal humor, la pedantería, la suficiencia, tanto o más que la improvisación y los chascos, deberían ser el enemigo de un gobierno que necesita con desesperación alivianar la agenda. Sonreír, escuchar, acoger, dejar en claro que el paraíso no será nuestro mañana, pero el infierno tampoco es nuestro destino. Esta debería ser la agenda del nuevo gabinete.

Está todo demasiado caro y los sueldos no alcanzan, pero la economía no se va al despeñadero, lo que ayuda a planificar nuestra cotidiana quiebra. El gobierno debería ser capaz de ver el colapso mensual de la economía hogareña. La Nueva Izquierda debe ser capaz de construir un discurso social que hasta ahora no ha tenido. Lo debe hacer en un castellano claro y común en que nos podemos entender todos.

Humildad y firmeza, firmeza y humildad. Esa debe ser la idea central del nuevo diseño presidencial. Un tono que se alcanzó al final de los incendios debe ser la guía de este segundo tiempo del gobierno. Nada de eso asegura el éxito, pero la sobrevivencia es, en un mundo como el de hoy, una suerte de éxito.

Todo lo que podría darle a este gobierno una nueva vida es complejo y difícil, pero nada de eso resulta imposible. Mi fe, como la de mucha, es que la santísima trinidad Vallejo, Uriarte y Tohá puedan restituirnos algo de toda esa fe perdida. No me queda otra más que rezar: Amén.

Siga leyendo columnas de Ex-Ante aquí.

Publicaciones relacionadas

Abogado, Ex Presidente de la Cámara de Diputados

Septiembre 20, 2024

¿Traición o pragmatismo? Edmundo González reconoce -por escrito- triunfo de Maduro. Por Jorge Schaulsohn

Edmundo González al momento de la firma, junto a la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez y al hermano de ella, Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional.

En última instancia, el exilio de González y sus circunstancias son una señal de la profundidad del control que el régimen de Maduro ha logrado imponer sobre sus adversarios. A medida que más líderes se vean enfrentados a la implacable represión del régimen, la pregunta que queda sobre la mesa es: ¿quién quedará en pie […]

Por Ana Josefa Silva, crítica de cine

Septiembre 20, 2024

Las películas que hay que ver de aquí a diciembre y sus fechas de estreno. Por Ana Josefa Silva

Se trata de esperados filmes, ya sea por el renombre de sus directores o de sus protagonistas o porque, además (en varios casos), vienen de recibir premios en los más relevantes festivales. Salvo dos de ellas, el resto se estrena en cines. Y para fines de año, las súper producciones Disney para los más pequeños […]

Profesor MBA para la Industria Minera, Ingeniería Industrial - U. de Chile, y socio de CIS Consultores

Septiembre 20, 2024

Inclusión: concepto clave para el desarrollo. Por Marcos Lima

Necesitamos de una sociedad y de empresas que valoren las capacidades de las personas por lo que son y pueden llegar a ser, y no por el colegio en que estudiaron. El talento está distribuido uniformemente en todas las clases sociales y es un desperdicio no generar los incentivos adecuados para aprovecharlo, esté donde esté.

Directora de Evidencia de Pivotes

Septiembre 20, 2024

La miopía del debate público en Chile. Por Elisa Cabezón

Imagen generada por IA

Uno de los factores detrás de esta realidad es la miopía del debate público en Chile, que prioriza medidas de corto plazo, que introducen incertidumbre a nuestra economía y desincentivan la inversión.

Ex asesor presidencial en ciberseguridad y ex superintendente de Bancos e Instituciones Financieras.

Septiembre 19, 2024

Salvemos a BancoEstado. Por Mario Farren

De acuerdo con cifras oficiales, es el banco con las mayores pérdidas por eventos de riesgo operacional y fraude, con un monto que a julio equivale aproximadamente a una vez y media las pérdidas del resto del sistema financiero, con el mayor monto de pérdida por fraude externo.