Rodrigo Ubilla: “No comparto esta idea de que la centroderecha está en riesgo de no pasar a la segunda vuelta”

A juicio del ex subsecretario y director del Área Política y Sociedad Civil de Libertad y Desarrollo, Rodrigo Ubilla, el nivel de participación en las próximas primarias será un factor relevante a la hora de confirmar los temores o bien despejar las dudas respecto de la potencia electoral de Chile Vamos. De paso, rechaza que en la presidencial se configure un escenario como el de 1964, cuando la derecha terminó apoyando a Frei Montalva.

Tras las últimas jornadas electorales, marcada por la debacle electoral del 15 y 16 de mayo, se ha instalado la inquietud de que Chile Vamos podría no pasar a la segunda vuelta. Aunque Lavín ha dicho que estará el balotaje, Sichel y Desbordes han señalado que el riesgo existe.

Yo no conozco ningún estudio que muestre hoy día que el candidato que salga de la primaria de la centroderecha, no vaya a a pasar a segunda vuelta. La información que se genera a partir de encuestas, desde hace meses, no muestra un escenario de segunda vuelta sin la centroderecha. Pero también legítimamente se puede decir que las encuestas no han estado acertadas en el último tiempo. Es cierto. Pero complemento eso con un segundo análisis. Hoy día, hay dos sectores políticos, bastante ordenados, en términos de cómo resolver la multiplicidad de candidatos. Uno es la izquierda con la primaria Boric-Jadue y el otro es la centroderecha con los cuatro candidatos que vimos ayer en el debate. Eso va a llevar a que tengamos dos candidatos de esos seis, uno de izquierda y otro de centroderecha.

¿Por qué son esos factores, y no otros, los que terminarán pesando en el tablero presidencial?

La pregunta que comienza a tomar sentido para estimar lo que puede suceder, es cuál será el nivel de participación en las primarias de la centroderecha y de la izquierda. Una baja participación en la primaria de la centroderecha puede comprometer la posibilidad de pasar a la segunda vuelta. Hay una relación relevante entre la participación en las primarias y el potenciamiento del candidato que salga de esas primarias en vista a la primera vuelta. Entonces, podría responder con mayor certeza una vez que pasen la primarias, con el antecedente de si la centroderecha tiene una participación baja como el 2013 o alta como fue el 2017. Otro dato relevante es la brecha que habrá entre los votos de la izquierda y la centroderecha. Estos son los factores objetivos que van a permitir seguir aproximándonos en este en intento de estimar lo que puede pasar en la segunda vuelta.

¿Y qué sucederá con la ex Concertación?

Hay un gran sector marginado de esto: la centroizquierda. Hemos visto sus dificultades. Además del impasse que les llevó a no inscribirse dentro de estas primarias, hasta el día de hoy hay un tira y afloje permanente dentro de los partidos de centroizquierda, a partir la importante presencia en las encuestas de la senadora Yasna Provoste. El solo hecho que no participen en estas primarias institucionales, reguladas por el Servel, les afecta en su proyección pensando en la primera vuelta presidencial. Ya se vio con Alejandro Guillier en 2017.

¿Ve una amenaza en Yasna Provoste si sigue creciendo en las encuestas? Algunos han planteado que, en un escenario favorable para Jadue, el electorado de centroderecha termine votando por un DC, como ocurrió con Frei Montalva en 1964.

El escenario del 64 es diametralmente opuesto al de hoy, en esa época la derecha no tenía un candidato competitivo y hoy sí lo tiene. Tampoco estaba en ese momento estructurada una alianza del sector con la fuerza que hoy tienen Chile Vamos.  Además, las encuestas muestran que en los diferentes escenarios, Chile Vamos pasa a la segunda vuelta. Imagino que la izquierda hoy se arrepiente de no haber cerrado un acuerdo con Unidad Constituyente para las primarias. Hoy son ellos los que se ven amenazados en primera vuelta por la candidatura de la senadora Yasna Provoste, el escenario presidencial de noviembre está abierto.

Los temores de no pasar al balotaje, en todo caso, se sustentan en los análisis de presidenciables de centroderecha y algunos analistas afines al sector, que dicen que la coalición no ha hecho un debido balance después del estallido social. ¿Coincide con ello?

Primero quiero insistir que no comparto esta idea de que la centroderecha está en riesgo de no pasar a la segunda vuelta. Yo solo puedo hacer un análisis de lo que se ve. Y veo que, en el debate de ayer, los cuatro candidatos muestran elementos que contradicen esa tesis (de falta de diagnóstico). No sé si alguien puede decir que los cuatro candidatos piensan igual (que antes del estallido) en materias económicas, sociales y valóricas. Eso es producto de una reflexión. Segundo, difiero mucho de los análisis simplistas que he escuchado de analistas, que más bien se identifican con la izquierda y la centroizquierda, que interpretan la situación de la centroderecha y que está superada por los procesos electorales desde 2017. Todos coinciden en que el Presidente Piñera fue electo con un porcentaje de votos de gente que no votaba por la centroderecha. Si nos vamos al plebiscito, nos muestran cambios significativos en los electores, de grupos que votaban por la centroderecha y no fueron a votar. Y grupos que nunca habían votado, como jóvenes, que hoy le dieron preferencia a grupos de izquierda. Hay un cambio electoral.

¿Cómo se identifica hoy el centro político, un tema recurrente en el debate de los presidenciables de Chile Vamos?

Hoy el centro no tiene que ver con una equidistancia en relación a los polos, sino que tiene ver con una expresión cultural, política y social distinta. Por eso, cuando veo las propuestas de los distintos candidatos, se están refiriendo a eso. Cómo recuperar la votación de un centro político, que es básicamente clase media que está representada en comunas que no fueron a votar en las últimas elecciones. Ellos aspiran a cambios profundos, pero tiene que ver con una actitud muy pragmática de la clase media, que las condiciones sociales y económicas del país les permita ellos seguir afianzando sus  propias condiciones.

Los candidatos ayer coincidían en la idea de avanzar hacia el centro, pero hay un debate planteado, entre otros, por profesionales de Libertad y Desarrollo, respecto de una inquietud de que se abandonen las ideas propias.

Lo que sentí es que cada vez que los periodistas planteaban esa hipótesis, todos los candidatos contraargumentaban con propuestas concretas para reencantar a un sector político que dejó de votar en los proceso del 2020 y 2021, personas que históricamente participaba. Lo que creo es que tiene que ver con dos elementos. Una es el campo de la ideas. LyD tiene que seguir identificando la ideas de la centroderecha que siempre han sido movilizadoras de estos sectores medios, la igualdad de oportunidades, el crecimiento, el esfuerzo, los derechos, pero con deberes de los ciudadanos y la defensa de la libertad. Dónde ha fallado la centroderecha: En bajar estos conceptos a cosas concretas.

¿Le llamó la atención que los candidatos ayer tomaran distancia del Gobierno y en particular, que Lavín fuera muy severo con la agenda de seguridad y le reprochara al Presidente la frase “a los delincuentes se le acabó la fiesta”?

Lo que percibí de parte de los cuatros candidatos el interés de establecer propuestas para el futuro. Creo que una frase no hace un debate de más de dos horas. Todos parten de un diagnóstico y el énfasis de ellos fueron las propuestas y el más explícito fue Lavín quien incluso llevó un instrumento tecnológico.