Experto en seguridad y situación de Chile: “Las policías están entrenadas, pero no tienen las herramientas para defenderse”

Diego Beltrán es CEO de Dynamic Trading Security, compañía que lleva instalada más de cinco años en Chile. La empresa se fundó y tiene más de 20 años de experiencia en Colombia. Y se ha expandido a distintos países de Latinoamérica, además de Estados Unidos y Europa. Beltrán comenta que “se necesita educar a la población de cómo convivir con esta inseguridad. Es desagradable de decir, pero hoy la ciudadanía se tiene que adaptar a este Chile con esta inseguridad”. Agrega que “cuando en Latinoamérica se corre la voz de que en Chile tú puedes cometer un delito y no te vas preso, ¿a dónde voy a ir de Latinoamérica a cometer delitos? A Chile”. 

–¿Cuál es el servicio que ofrecen como empresa de seguridad?

–Básicamente lo que hacemos en la compañía es lo que los estadounidenses definen como ESRM, que es básicamente gestión de riesgo de seguridad empresarial. Nosotros vamos y buscamos generar ciertos debates, no solo en el mundo corporativo, sino también en el mundo público, de eliminar la percepción, con datos y números, hacer cálculos de riesgo, entender cuál es el riesgo, entender cuál es el problema. Si tú no entiendes cuál es el problema, no puedes tomar decisiones.

Y estamos acostumbrados a hablar de forma súper amplia, sin entender realmente cuál es el problema. La seguridad es muy amplia. Nosotros nos enfocamos en la gestión de riesgos de seguridad privada, en la identificación de riesgos.

–¿Qué planes tienen ahora y en qué países están presentes?

–Estamos en Colombia, Brasil, en Ecuador, Perú, en México, en Estados Unidos y en Europa. En Chile lo que estamos haciendo ahora, más que en términos de expansión, es un trabajo bastante específico respecto al entendimiento. De lograr generar ciertas instancias de debate, por ejemplo en el tema de la nueva ley de seguridad privada.

–¿Qué rol tienen este tipo de empresas hoy día? En Chile, ¿se les da el espacio e incentivos para avanzar?

–La verdad no. Hoy todos los incentivos para una empresa de seguridad están focalizados en convertirte en una empresa de guardias. Porque básicamente es como está escrita la ley, incluso la ley nueva. No tienes un incentivo a ser una empresa estratégica.

–Considerando tu experiencia en Colombia, ¿cómo ves el tema hoy día de la violencia y el crimen en Chile?

–Tienes que separar la cantidad de delitos, el tipo de delito y la percepción. ¿Qué es lo que pasa en Chile? En Chile en los últimos años lo que hemos visto ha sido un aumento del delito, no exponencial como pareciera que es, pero el problema de ese aumento es que ha sido con muchísima más violencia.

Antiguamente te robaban con un palo, hoy te roban con una pistola y están dispuestos a matarte. Por lo tanto, cuando a ti te atacaban con un palo, tu percepción aumentaba un poco. Hoy, cuando te atacan con una pistola, tu percepción aumenta infinito.

Importamos delitos que antes en Chile no existían. El sicariato, el secuestro, la extorsión, eso en Chile no existía. Estamos acostumbrados a verlo.

–¿Nos pegó de golpe y no estábamos preparados?

–Absolutamente. Pensamos que Chile era un oasis y hubo muchas señales. Cuando en Latinoamérica se corre la voz de que en Chile tú puedes cometer un delito y no te vas preso, ¿a dónde voy a ir de Latinoamérica a cometer delitos? A Chile, porque si no me voy preso, puedo entrar y salir libremente.

–¿Y dónde están las soluciones?

–Es un conjunto de soluciones. Están la policía, la fiscalía, los tribunales, gendarmería y obviamente el poder político que tienen que hacer que esas leyes sean duras y lo suficientemente robustas para que esto funcione. Si no, no va a funcionar.

La seguridad se convirtió en un producto político y no en un derecho. Hoy conseguimos votos a través de la seguridad. Pero no existe esta obligatoriedad. Tú como Estado me tienes que proteger. Esa es tu obligación. Las policías están entrenadas. A mí me da vergüenza oír cuando dicen que las policías no están entrenadas. Están entrenadas. Pero no tienen las herramientas para poder defenderse. No tienen los instrumentos, no tienen el respaldo.

El ecosistema completo hoy permite que los delincuentes vengan a hacer turismo. Roban y se van. Si a eso le sumas que no existe una ley robusta con estándares internacionales reconocidos en seguridad privada, la mezcla es perfecta para delinquir.

–¿La seguridad privada no está a la altura entonces de las nuevas amenazas?

–El foco de la seguridad privada tiene que ser el estándar. La seguridad privada existe pero no está estandarizada. Tiene que ser un estándar duro, robusto, que permita efectivamente que los privados también puedan defender sus patrimonios, sus activos, y eso no está escrito en ninguna parte. Lo que te permiten es poder tener guardias, pero guardias que no pueden hacer absolutamente nada.

–También se ha visto que los delincuentes están mejor preparados en todo lo que es armamento. ¿Tienen mejor equipamiento que nuestras policías? 

–Al menos tiene que haber una igualdad de fuerza. Eso es lo que no está viendo el poder político. De partida, el delincuente hoy usa armas automáticas. La policía no usa armas automáticas. En su mayoría son revólveres de seis tiros. Los delincuentes tienen cargadores alargados, o sea, le meten 17 balas a lo menos, 25, o sea, contra seis.

–¿Estamos a tiempo de revertir esta percepción o situación de inseguridad que se ha instalado? 

–Siempre se puede hacer algo. Se necesita educar también a la población de cómo convive con esta inseguridad. Es desagradable de decir, pero hoy la ciudadanía se tiene que adaptar a este Chile con esta inseguridad. Y entregarle los conocimientos necesarios para que por lo menos puedan entender la problemática y qué es lo que tienen que hacer en ciertos casos. Cuando perdamos la capacidad de asombro, la situación se habrá salido de las manos. Cuando nos acostumbremos a ver muertos en las noticias ahí, ya no hay vuelta atrás.

Hay tres puntos de quiebre. El día que secuestren “al hijo de”, el día que maten a un periodista y el día que maten a un político. Ahí es cuando los políticos dicen “se acabó”. Pero ahí ya es muy tarde.

Pero la mano dura y el rayado de cancha no depende de las personas. Hay que trabajar desde lo público y trabajar a través de las leyes y estándares. Además de una coordinación pública, que no existe hoy.

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