Las campañas presidenciales se articulan en torno a un clivaje, una división dicotómica que ubica al electorado en uno u otro lado: pasado vs. futuro, libertad vs. autoritarismo, el pueblo vs. las elites, y un largo etcétera. Los clivajes no caen del cielo; son los candidatos los que promueven una división que les sea favorable para alcanzar una mayoría. Al mismo tiempo, un clivaje, para ser efectivo, tiene que conectarse con las prioridades de los votantes.
¿Qué tipo de clivaje promueven los candidatos en la campaña presidencial estadounidense de 2024? Ambos candidatos promueven un clivaje de pasado vs. futuro; dicho de otro modo, ambos se han intentado posicionar como los candidatos del cambio, lo que es algo paradojal, pues ambos son incumbentes. Sin embargo, el tipo de cambio que ofrecen es diametralmente opuesto.
En el caso de Donald Trump, el mensaje de cambio está vinculado a la actual administración. En el debate, el Republicano señaló que Estados Unidos se está yendo al despeñadero, tanto en el frente interno como en el internacional. Domésticamente, dice Trump, el país sufre una crisis de inmigración sin precedentes. Los inmigrantes ilegales estarían invadiendo apacibles pueblos en el medio oeste, poniendo en riesgo la vida y la integridad de los americanos.
En el mundo, la debilidad de la administración habría causado la guerra en Ucrania y en Gaza, lo que tendría al mundo al borde de la guerra nuclear. Según él, se requiere un cambio radical para enmendar los males que habría traído la administración Biden-Harris desde el momento en que se pararon en la Casa Blanca.
Kamala Harris también ofrece un cambio, pero no vinculado a la actual administración —de la que ella es parte—, sino que del tipo de convivencia política que el país ha experimentado en la última década. En la que fue quizás su línea más efectiva en debate, Harris dijo “basta esta monserga divisiva, que llevamos años escuchando”. El cambio, según Harris, no se basa en girar respecto a alguna administración en específico, sino que en abandonar un estilo político negativo y odioso.
La candidata demócrata ha vinculado esta idea de cambio a los temas centrales de su campaña. Con respecto al aborto, dice Harris, el país no quiere volver al pasado, sino que a un futuro de libertad. De hecho, emulando la frase de Reagan, la Demócrata indica que no queremos que el estado nos diga lo que tenemos que hacer en nuestra vida privada. Tampoco querríamos volver a un pasado sin la reforma a la salud denominada “Obamacare”, donde las aseguradoras privadas cobraban tarifas abusivas, pues no tenían una regulación adecuada.
Todas las mediciones posteriores indican que Harris fue la vencedora en el debate, precisamente porque exhibió talento, frialdad y disciplina en comunicar su mensaje central de cambio. En efecto, según CNN, la idea de superar una política divisiva y retrógrada fue valorada incluso por votantes republicanos. Sin embargo, Trump, pese a su vanidad y sus constantes mentiras y exageraciones, sí articuló un mensaje de cambio que tiene sentido para muchos: según la misma medición de CNN, votantes independientes si valoraron algunas de sus críticas a la actual administración con respecto a la inflación y a conflictos internacionales.
En suma, tenemos una elección con dos incumbentes que se sitúan como los candidatos del cambio. El vencedor será quien logre persuadir a los votantes indecisos que su versión del cambio es la que el país necesita.
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