El debut internacional de Boric en la Cumbre de las Américas ocurre en un momento en que EEUU ya no tiene el mismo poder que hace 30 años, cuando se realizó la primera Cumbre de las Américas en Miami, y enfrenta una fuerte competencia de China por la influencia en el continente. “No veo como Estados Unidos puede competir con China en América Latina”, dice Michael Shifter, ex presidente del Diálogo Interamericano y uno de los especialistas en en el continente más respetados en EEUU.
El contraste con Clinton. La primera Cumbre de las Américas, realizada en Miami en 1994, bajo el mandato de Bill Clinton, parecía inaugurar una nueva era en las relaciones de Estados Unidos con América Latina. El único ausente fue Fidel Castro, excluido por Washington, y un entusiasta Bill Clinton escogió ese escenario para convidar a los países del continente a sumarse al Nafta, el tratado de libre comércio entre EEUU, México y Canadá.
- Ahora, en Los Angeles, hay 8 presidentes de la región que decidieron no participar, además de tres que no fueron invitados (Cuba, Venezuela y Nicaragua). Salvo el presidente uruguayo, aquejado de Covid, los demás se rehusaron a ir al encuentro en protesta contra la exclusión de esos tres países (entre ellos dos gigantes de la región, México y Argentina).
- Más importante, y que explica la facilidad con que esos países se abstuvieron de participar, es que en 1994 China estaba todavía lejos de convertirse en un actor relevante en América Latina. Hoy Beijing es el principal socio comercial de Brasil, Argentina, Chile y Peru. Lo cierto es que América Latina hoy es mucho menos dependiente de Estados Unidos. Y la tendencia parece acentuarse, más allá de los esfuerzos del gobierno de Biden de intentar recuperar su hegemonía en la región.
- “No veo cómo Estados Unidos puede competir con China en América Latina”, dijo al diario argentino La Nación Michael Shifter, ex presidente del Diálogo Interamericano y uno de los latinoamericanistas más influyentes de Estados Unidos, quien acuñó la expresión “América Latina posestadounidense”.
- Al revés de 1994, hoy es China la que hace grandes inversiones en América Latina, especialmente en infraestructura, y está negociando tratados de libre comercio con los países de la región.
- Por último, pero no menos importante, Washington no está en condiciones de lanzar una iniciativa para fortalecer la democracia en la región, ya que desde el gobierno Trump enfrenta sus propios problemas en ese terreno, reflejados en la bárbara invasión del Capitolio con la que el republicano buscaba desconocer su derrota ante Biden.
- “Creo que esa tendencia de mayor distancia con América latina no va a cambiar hasta que se resuelvan los profundos problemas internos de Estados Unidos, se recupere su democracia y mejore su manejo para tener gobiernos menos disfuncionales. Hasta que esto ocurra, no veo una manera de que se aumente su proyección en el mundo o América latina. Mi impresión es que China tiene más capacidad, una estrategia clara en América latina y el resto del mundo y sus avances son inevitables”, dice Shifter a La Nación.
- Al referirse a la falta de liderazgos regionales, Shifter se mostró esceptico respecto de las posibilidades de que el presidente Gabriel Boric asuma un liderazgo regional: “Boric es un líder interesante, es un cambio generacional, pero nadie debería pensar que lo va a tener fácil. También tiene un país polarizado, con expectativas muy altas y difíciles de cumplir. No lo veo como líder regional”.
Los anuncios de Biden. En el discurso de Biden este martes en la cumbre, dedicada al tema de la migración, el anuncio más importante es un fondo de US$ 300 millones para combatir la crisis alimentaria en América Latina, además de una reforma al Banco Interamericano de Desarrollo, entre otros.
- La suma anterior empalidece frente al anuncio realizado el martes por la vicepresidenta Kamila Harris, quien anunció inversiones por US$ 1.900 millones por parte del sector privado estadounidense en América Central, desde donde hoy procede el mayor flujo de inmigrantes hacia Estados Unidos. Los países beneficiados son El Salvador, Guatemala y Honduras, cuyos presidentes no viajaron a Los Angeles.
- También Estados Unidos quiere aprobar una declaración, que incentive a los ciudadanos a quedarse en sus países y combatir el tráfico de personas.
- Lo cierto es que hoy Estados Unidos enfrenta una serie de problemas que, según Schifter, le impiden tener un papel importante en América Latina mientras China avanza sobre su patio trasero.
- “Creo que esa tendencia de mayor distancia con América latina no va a cambiar hasta que se resuelvan los profundo problemas internos de Estados Unidos, se recupere su democracia y mejore su manejo para tener gobiernos menos disfuncionales. Hasta que esto ocurra, no veo una manera de que se aumente su proyección en el mundo o América latina. Mi impresión es que China tiene más capacidad, una estrategia clara en América latina y el resto del mundo y sus avances son inevitables”.