Augusto Álvarez Rodrich: “Pedro Castillo quiere un gobierno radical, pero no tiene ni la capacidad ni la fuerza para hacerlo”

Augusto Álvarez Rodrich, el influyente periodista, columnista y ex director del diario Perú 21, analiza el panorama político de su país mientras aún se cuentan los votos de la elección entre Keiko Fujimori y Pedro Castillo. Parte de la certeza de que el candidato de izquierda radical ya se impuso en las urnas y desde ahí hilvana los argumentos por los cuales avizora un escenario muy complejo en lo político y económico. “Puede acabar mal más temprano que tarde”, afirma.

Los análisis apuntan a que Pedro Castillo tiene la elección prácticamente asegurada, dado que en los lugares donde no se ha hecho el conteo estarían inclinados a votar por él. ¿Está de acuerdo con esa tesis?

-Sí, estoy de acuerdo con eso, pero por varias otras razones también. Primero, porque el conteo rápido nunca se ha equivocado en Perú. Así ha pasado incluso en situaciones bien complicadas, como cuando PPK ganó por 41 mil votos a Keiko Fujimori. Lo otro es la composición de los votos: casi ya estamos en 96% y ya se está estabilizando.

A qué atribuye que Castillo haya tenido esta votación. ¿Le recuerda el desembarco de otros outsider, como fue Fujimori en los 90?

Absolutamente, la comparación es absolutamente válida y pertinente. Se han repetido fenómenos que ocurrieron entonces. En 1990 hubo un aspecto social, que significó el terrorismo, donde murieron 70 mil personas según los registros de la Comisión de la Verdad. Hoy, con la pandemia, han muerto 180 mil personas al menos. Somos el país con la mayor tasa de muertos per cápita por la pandemia.

¿Por qué este factor favorecería a Castillo?

Porque se ha llegado a una situación muy dramática, extrema. La pandemia ha generado además una crisis económica muy fuerte. Un colapso donde el PIB del año pasado cayó en 11,3%, pocos países han caído tanto en el mundo. Se ha generado es una pérdida de 2 millones 200 mil empleos formales y no se están reconstruyendo, todo se va al subempleo, que es precario y eso ha implicado que la pobreza ha subido en solo un año en 10 puntos porcentuales. Pasó de 20 por ciento de la población a 30%. Son 3,3 millones de peruanos que se volvieron pobres en un año y la clase media cayó de 46% a 34% en ese mismo año. Hay una crisis de salud, social, económica y política.

Y una clase política en el suelo.

En los 90′ la política se desprestigió mucho porque Alan García hizo un pésimo gobierno y ahora lo que hay es un desprestigio total del sistema político con cuatro presidentes en un año, con casi todos los ex presidentes enjuiciados, que se suicidaron, que se escaparon a EE.UU. Entonces, existe una sensación de falta de representación enorme y, cuando eso ocurre, sospecho de que la gente no busca los centros, los que suelen en el Perú buscarse, sino los extremos. Y eso explica por qué acabamos con la peor segunda vuelta que podamos imaginar. Con los dos peores candidatos. Keiko Fujimori, que empieza la segunda vuelta con un 60% de gente que nunca votaría por ella, y al otro lado un profesor que parece una buena persona pero que a los primeros 10 minutos te das cuenta que no sabe dónde está parado. No logró cuajar un plan de gobierno que pueda presentar al país, no tiene un equipo técnico. Es algo absurdo, pero es lo que tenemos como Presidente. Ojalá que tenga un aterrizaje más interesante. Alguna gente habla que sería una especie de chavismo del Perú, yo discrepo. Creo que va a ser un chavismo pero no de Hugo Chávez, sino de un chavismo del Chavo del Ocho.

Las personas que lo asesoran, sobre todo el ex gobernador Vladimir Cerrón, se definen marxistas-leninistas, con cercanía a Sendero Luminoso. ¿Cree usted que Castillo va a transitar hacia un gobierno de izquierda radical o va a ser como Fujimori, que tuvo un discurso electoral y una práctica como gobernante completamente diferente?

Mi impresión es que va a intentar ser un gobierno muy radical. El problema es que no tiene la capacidad ni la fuerza política para aplicar un gobierno radical. No tiene mayoría en el Congreso y las ideas que propone requieren cambiar la Constitución, eso no va a ser fácil para él. Expropiar empresas, que es lo que propone, requiere cumplir la ley y en el Congreso no tiene la fuerza para cambiar normas que puedan permitirlo. Además, no cuenta con el respaldo de las Fuerzas Armadas. Las FFAA peruanas se han comportado de forma impecable en los últimos 10 o 15 años, después de Fujimori. El modelo económico no los conmueve mucho, pero sí los desarma que un nuevo gobierno comience a tener vinculaciones con grupos vinculados al terrorismo.

¿Qué otros factores le pesan?

El gobierno empieza con la mitad del país totalmente en contra. Y él tampoco alcanza a tener una comprensión de cómo funciona la política. Es un profesor que ha estado toda su vida trabajando en zonas rurales, muy adentro. No es que sea peyorativo, pero ¿cuántas veces ha viajado al exterior el señor Castillo? Dos veces. A Bolivia las dos. De su grupo etáreo que está llegando, de los 37, hay como 6 que nunca han venido a Lima. Entonces, no es que yo sea negativo, pero da una idea de la visión de mundo que trae, que es de otro tiempo. No es comparable con el gobierno de Fujimori o de Ollanta Humala, que llegó con ideas de izquierda y rápidamente hubo un aggionarnamiento, y realizó una gestión razonablemente buena. Acá hay otra visión de mundo.

A Ollanta Humala lo apoyó Mario Vargas Llosa, pero él ahora a Keiko Fujimori, son mundos diferentes.

Vargas Llosa perdió una elección. Pero al candidato que apoya nunca pierde. Si pierde con Keiko sería la primera vez.

¿Qué perspectiva ve usted para Perú en los próximos años?

Muy malas. Lo mejor que podría ocurrir es que el señor Castillo tenga la habilidad de convocar. Que empiece diciendo que va a ser un Presidente para los que votaron por él, pero también para los que no votaron por él. Pero toda su campaña ha sido más bien excluyente, ha polarizado entre ricos y pobres, ha tenido un discurso muy de dividir y eso es lo que le ha permitido el apoyo que ha tenido. Entonces qué va a ocurrir. Si él cambia ese discurso da la impresión que los actores que lo han apoyado pueden retirarlo. El dólar ha subido, la bolsa de valores tuvo que cerrar. Cayó 7% y cuando eso ocurre se cierra para ver si la gente entiende lo que está ocurriendo. Ya durante la campaña, cuando empezó a crecer, se suspendió el 75% de las inversiones de corto plazo de las empresas privadas en el país. La desconfianza que se ve en indicadores es altísima. Reconstruirla supone nombrar en cargos claves a gente que le de confianza a la inversión privada, pero esa gente le no va a dar confianza al sector que ha votado por él.

¿Qué papel jugarán algunos nombramientos, como el del Ministerio de Economía?

Eso es fundamental. El indicador más importante en este momento es qué personas van a ocupar cargos como el Banco Central, el Ministerio de Economía, el presidente del Consejo de Ministros, el Tribunal Constitucional. Esas serán señales muy claras de hacia dónde va el gobierno. Y como en el Perú tenemos instituciones tan débiles, todo funciona con personas. Recuerdo que cuando Ollanta Humala fue elegido Presidente al día siguiente la bolsa de valores cayó 12% y cerraron la bolsa. Al día siguiente él dijo mi presidente del Banco Central es Julio Valverde y mi ministro de Economía es el señor Luis Miguel Castila. Todos entendieron de qué se trataba y se recompuso todo. Vamos a ver cuáles son las señales que se da en ese sentido, pero hasta ahora las cosas no van muy claras.

¿Puede llegarse a una ruptura institucional en Perú, en el caso que escale la polarización?

Es una posibilidad que está din duda abierta porque va a ser una Presidencia muy débil y con muchos sectores con una actitud muy enconada frente a él. Entonces qué va a ocurrir. Que a la primera que trastabille con alguna decisión que anuncie y que no se sea bien recibida habrá una inestabilidad grande. Por ejemplo. Él ha prometido en la campaña indultar a Antauro Humala. Eso sería muy mal visto por muchos sectores clave y lo que va a ocurrir es que los va a movilizar. Pero los golpes con tanques pasaron de moda. Lo que ahora se usa es el Congreso. En Perú hemos tenido en estos últimos 5 años vacancias presidenciales, disolución del Congreso, que son maneras heterodoxas de resolver las crisis políticas. Va a estar presente como una posibilidad permanente al menos durante los primeros 6 meses, hasta que el panorama quede claro. Después de eso vamos a ver ya qué hace. Pero mi impresión es que si el señor Castillo insiste en un programa muy radical, como del que ha hablado durante toda la campaña, eso va a acabar mal más temprano que tarde.